Un grupo de jóvenes cubanos vinculados al movimiento Fridays For Future, por más conciencia ambiental, pidieron el permiso para unirse a la marcha mundial de septiembre.
Una mayor conexión con el mundo y nuevas plataformas para organizar acciones ciudadanas, impulsan el creciente activismo ambientalista en Cuba, donde las juventudes son protagonistas.
El capítulo cubano del movimiento internacional también conocido como Juventud por el Clima hizo su presentación en las redes sociales y ya comienza a dar pasos para incorporarse a las manifestaciones estudiantiles convocada globalmente y que identifican al movimiento.
Motivado por las palabras de Greta Thunberg, la adolescente cuya protesta frente al parlamento sueco dio inició al movimiento internacional, Rubén Darío Herrera, un estudiante cubano, de 22 años, decidió agregar a Cuba a la lista de los países participantes.
El pequeño grupo que aún no supera los 10 integrantes solicitó, el 18 de julio, al gobierno de la provincia de La Habana un autorizo que permita su participación en la próxima manifestación convocada para el 20 de septiembre, aseguró a la Redacción IPS Cuba el estudiante de lengua inglesa.
«Hasta el momento planeamos una simple manifestación en la plaza de San Francisco de Asís -ubicada en el casco histórico de La Habana- con algunas pancartas en apoyo a los jóvenes de todo el mundo, pero si el gobierno nos autoriza nos gustaría marchar hasta el Capitolio de la ciudad», amplió Herrera.
De ser aprobada, esta sería la segunda manifestación que se realice con autorizo gubernamental en 2019, y la tercera convocada por la ciudadanía sin intervención del Estado, una práctica inusual en el país de gobierno socialista y que se ha reavivado con el mayor acceso de la población a Internet.
Este es el caso de FFF Cuba, cuyos integrantes se reúnen virtualmente en la red social Whatsapp, a través de la cual también se conectan con el grupo internacional y el de Latinoamérica para compartir información.
«Hemos compartido el grupo en la página de Facebook para que otras personas se nos unan pero la gente, por disímiles razones, suele asustarse con el tema de las manifestaciones, y eso hace que todo se vuelva un poco más complicado», lamentó el joven.
El colectivo cubano tiene entre 18 y 23 años de edad, y residen en La Habana y la ciudad de Santa Clara, a 250 kilómetros al este de la capital.
FFF Cuba aspira a unirse a acciones ciudadana que promueven una mayor conciencia ambiental en el país, como el #trashchallenge que en los meses de marzo y abril, animó a voluntarios, oenegés, emprendedores privados e instituciones a organizar saneamientos masivos de segmentos de playas y ríos.
Entre los objetivos del grupo cubano está que el país declare la emergencia climática como una forma efectiva de que la ciudadanía entienda la gravedad de la situación, propuso Herrera.
Asimismo creen que se necesitan una ley que reduzca el uso del plástico desechable, causante de más del 60 por ciento de la contaminación global, y que se incluya en el sistema de enseñanza programas dirigidos a educar desde la niñez sobre la crisis climática y las acciones que se necesitan para mitigarla.
«Al ser una isla tropical estamos más propensos a padecer los efectos negativos de esta crisis en la forma de huracanes o precipitaciones; por ello necesitamos presionar para la creación de políticas públicas que provean una ruta segura hacia un futuro con un aumento de la temperatura menor a 1.5 grados Celsius», aseguró a IPS Cuba el joven activista.
La política estatal en relación al cambio climático, denominada Tarea Vida, establece la estrategia de país para la adaptación, aunque el mayor énfasis lo pone en la protección de las comunidades costeras.