Ambientalistas de Estados Unidos demandaron ante la justicia a la compañía petrolera Shell Oil y a varias de sus subsidiarias, con el objeto de frenar operaciones contaminantes admitidas por la propia firma en el meridional estado de Texas. Las organizaciones The Sierra Club y Environment Texas pretenden que un juez ordene a Shell ponga fin […]
Ambientalistas de Estados Unidos demandaron ante la justicia a la compañía petrolera Shell Oil y a varias de sus subsidiarias, con el objeto de frenar operaciones contaminantes admitidas por la propia firma en el meridional estado de Texas.
Las organizaciones The Sierra Club y Environment Texas pretenden que un juez ordene a Shell ponga fin a las aparentes violaciones a la Ley de Aire Limpio en Deer Park, un complejo de fábricas y refinerías de seis kilómetros cuadrados a 32 kilómetros de la ciudad de Houston.
Esa ciudad texana es la sede de la filial en este país de la angloholandesa Shell y de buena parte de las grandes empresas petroleras de Estados Unidos.
La compañía afronta el riesgo de pagar indemnizaciones de hasta 32.500 dólares diarios por cada una de las 1.000 violaciones a la Ley de Aire Limpio que, según los demandantes, se cometieron entre 2003 y 2007.
El enfrentamiento es entre pesos pesados. Shell es una marca de renombre mundial. The Sierra Club es la más antigua y, con seguridad, más famosa organización ambientalista estadounidense.
Además, la demanda presentada el lunes es la primera que aborda violaciones a la Ley de Aire Limpio atribuibles a mal funcionamiento de una planta industrial. Todos los antecedentes se refieren a transgresiones cometidas en el marco de operaciones normales.
La querella menciona roturas de equipos y otros incidentes que liberaron miles de toneladas de sustancias contaminantes al aire de Deer Park y sus alrededores.
Entre los tóxicos diseminados figuran el benceno y el 1,3-butadieno, ambos carcinógenos.
Shell, cuyos representantes no pudieron ser contactados para que realizaran comentarios en este informe, ya pagó multas por algunos de los incidentes detallados en la demanda.
Los grupos ambientalistas querellantes consideraron que estas sanciones pecuniarias fueron insuficientes para frenar la polución. «Más de una vez a la semana, en promedio, y al menos en los últimos cinco años, Shell informó a las autoridades que violaba sus límites de contaminación permitida al arrojar una amplia gama de contaminantes peligrosos en el aire desde Deer Park», dijo Luke Metzger, director ejecutivo de Environment Texas.
«Como el estado de Texas y la Agencia de Protección Ambiental (EPA) del gobierno de Estados Unidos no lograron detener estas flagrantes violaciones, los ciudadanos comunes trataremos de poner en vigor las leyes», agregó.
La Ley de Aire Limpio permite a ciudadanos elevar demandas para asegurarse de que la legislación se aplique, si los organismos de regulación federales y estaduales no cumplen con esa tarea.
Un residente local dijo que los vientos dominantes diseminan la contaminación desde la planta de Deer Park a los alrededores.
«Mi familia y mis empleados no pueden soportar más este aire contaminado», dijo Karla Lands, activista de The Sierra Club y propietaria de un comercio en la localidad de Channelview, cerca de Houston y al norte de Deer Park.
Un accidente en el complejo de Shell puede terminar con la liberación en el aire de miles de kilogramos de contaminantes en cuestión de minutos u horas, según activistas.
The Sierra Club y Environment Texas analizaron informes elevados por la propia Shell a la oficial Comisión de Calidad Ambiental de Texas, en el que la firma reconoce incidentes en los que desde 2003 se emitieron al aire de Deer Park cantidades inusitadas de contaminantes.
La suma indica que, más allá de las emisiones autorizadas por las autoridades, la planta lanzó a la atmósfera más de 450 toneladas de componentes orgánicos volátiles, 270 toneladas de monóxido de carbono, 113 de óxido de nitrógeno, 40 de benceno y 27 de 1,3-butadieno.
Los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos contribuyen con la formación de ozono a nivel del suelo, lo cual, según la EPA, ocasiona varios problemas de salud como dolores de pecho, tos, irritación de garganta y congestión.
Las mediciones de la calidad del aire del condado de Harris indican regularmente un exceso en el ozono a nivel del suelo de acuerdo con los criterios de la EPA, aseguraron ambientalistas.
El dióxido sulfúrico producido por el proceso de refinación del petróleo se vincula con enfermedades respiratorias, especialmente de niños y ancianos, y agrava las dolencias coronarias y pulmonares, así como la formación de lluvia ácida.
El complejo Deer Park consta de una refinería, una planta petroquímica y muelles.
Según Shell, la refinería y la planta química recibieron una certificación internacional ISO 14001 de manejo ambiental.
La refinería, operada por Shell, tiene como socia de la petrolera de origen angloholandés, con igual participación, a Pemex, la compañía estatal mexicana.
Allí se produce gasolina, diesel combustible de aviones y keroseno, destinados a Estados Unidos, México y, ocasionalmente, Europa.