Tengo a Platón y al platonismo algo oxidados así que perdonen las meteduras de patas. En el mundo eidético, Belleza y Justicia, con las correspondientes mayúsculas, no eran formas mutuamente desatendidas. La belleza, además de bella, era justa, y la justicia no sólo era justa sino bella. No me pregunten mucho sobre el significado de […]
Tengo a Platón y al platonismo algo oxidados así que perdonen las meteduras de patas. En el mundo eidético, Belleza y Justicia, con las correspondientes mayúsculas, no eran formas mutuamente desatendidas. La belleza, además de bella, era justa, y la justicia no sólo era justa sino bella. No me pregunten mucho sobre el significado de esos enunciados porque me podrían en un grave aprieto. Convengamos en que son hermosos y que pueden jugar su papel como ideas regulativas o, cuanto menos, como destellos para la inspiración.
Y no sólo eso. En el platonismo más pegado a la letra del discípulo de Sócrates, el mundo de las apariencias era una entidad más bien caótica y de escaso interés, una imagen o retrato muy imperfecto del inmutable y, este sí, ordenado y perfecto mundo de las Formas. Algo así como la ecuación cuántica de Schrödinger y las aproximaciones más manejables de la mecánica clásica. No siempre es así en todo caso; la heterodoxia también asoma aquí con fuerza. La ciudadanía congregada a la plaza Catalunya de Barcelona arroja a la insensatez cualquier término que hable de imperfección o de fuertes limitaciones .
Acabo de regresar de allí. Es muy pero que muy difícil visitarla, dar vueltas, sumergirse en grupos y colectivos y no dejare conmover por el momento a no ser que tenga helado el corazón. Nunca la plaza, un espacio que incorpora un recuerdo del presidente asesinado, de Lluís Companys, había sido más hermosa y, por descontando, más deseosa de justicia y más próxima a ella. Gentes de todas las edades, no sólo jóvenes; padres y madres con niños; personas mayores; ciudadanos y ciudadanas de otros países; Manuel Delgado hablando micro en mano de las dimensiones (anti)civilizatorias de la crisis; activistas que dan todo tipo de información a todo el mundo que la solicita; ciudadanos que generosamente se aproximan a ayudar y a participar; personas que organizan espacios de comida, descanso y debates; hermosos lemas que inundan y dan mayor sentido a la plaza y a los congregados: dos ejemplos: «No hay vida humana en su sistema», «En el mundo de los mercados sólo los mercados son libres». Igualmente, manifestaciones ciudadanas de trabajadores que apoyan y y agitan sus justas reivindicaciones. A las 12 del mediodía lo han hecho, muy organizadamente, el colectivo de bomberos de Barcelona. No se lo creerán, no podrán creérselo, pero el ayuntamiento -sí el de Hereu, el del PSC y ICV-EUiA, el que afirma que no están bien los recortes del gobierno de CiU- firmó con ellos hace tres años un convenio que ha incumplido sistemáticamente. No sólo eso: han criminalizado la acción sindical, han roto el diálogo y han reducido plantillas. Peor imposible. También ellos -los bomberos, of course- estaban en esta plaza enrojecida.
Hay que continuar, hay que hacer algún esfuerzo más. De hecho no son tales. ¿Qué mejor cosa podemos hacer?, ¿qué puede tener más sentido? ¡Todos a las plazas y acampadas a medida tarde! ¡Impidamos la disolución de las concentraciones! ¡No nos moverán, ni las policías, ni sus mandos, ni esa servil Junta Electoral Central!
Por si les faltara algún momento, que no lo creo, les copio el titular de primera página de hoy viernes, 20 de mayo, de La Vanguardia, el mismo diario que celebraba con entusiasmo la entrada en Barcelona de las tropas franquistas en enero de 1939 y que ahora tan bien representa los intereses de la gran burguesía catalana y sus instrumentos políticos preferidos: PCiUP: «Prohibidas las manifestaciones antipolíticas el sábado y el 22». Reparen en el adjetivo: antipolíticas. Tienen el mismo rostro que el hormigón. ¿Qué concepto de política manejan los señores Godó?
PS1. Firmen con urgencia: «Exige a la Junta Electoral Central que revoque su decisión http://bit.ly/jOfM21»
PS: Propuesta de definición de España (tomada de la red): «País donde se puede acampar para ver a Justin Bieber pero no para defender los derechos de sus ciudadanos»
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