Una provincia que agoniza asimismo bajo la tiranía corrupta de una corporación política tan, pero tan inepta, que contra toda lógica, deja extinguir el propio territorio y la propia población a la que desde hace décadas explota sin misericordia. El fin de la era del petróleo está cerca y es inevitable. Las fuentes de […]
Una provincia que agoniza asimismo bajo la tiranía corrupta de una corporación política tan, pero tan inepta, que contra toda lógica, deja extinguir el propio territorio y la propia población a la que desde hace décadas explota sin misericordia.
El fin de la era del petróleo está cerca y es inevitable. Las fuentes de recursos fósiles que a la Naturaleza le llevó millones de años generar, se agotarán con el nivel actual de consumo, en las próximas décadas. En el año 2003 el biólogo Jeffrey Dukes calculó que en los combustibles derivados del petróleo que quemamos en un año usamos cuatro siglos de plantas y animales procesados por la Naturaleza en épocas pretéritas. Esta es evidentemente una ecuación absolutamente insustentable. El precio creciente del barril de petróleo es un recordatorio constante de que el mundo y particularmente el sistema del Capitalismo urbano industrial, se encuentran en medio de una de sus crisis más severas y probablemente la última. En nuestro país, los científicos anticipan que al ritmo que Repsol exporta actualmente nuestro petróleo crudo, la Argentina entrará en colapso energético en los próximos ocho o tal vez nueve años. Esto significa que no sólo nos quedaremos sin petróleo, sino que las actuales fuentes alternativas que usamos para procurar energía tales como las represas o las centrales nucleares, serán ampliamente superadas por la demanda. La idea de que podemos reemplazar aquel legado fósil y su extraordinario poder energético con otras energías ambientales y particularmente con biocombustibles, resulta hasta el momento una mera fantasía. No hay sustitutos posibles al petróleo que se termina, si es que pensamos en mantener los actuales niveles de consumo. Sin embargo, los intentos irracionales de generar bio-sustitutos se ven por todas partes y aunque inútiles o imposibles, conllevan más dolor para los pueblos que dependen de su agricultura y exhiben además, la incapacidad de sus dirigencias de imaginar otros escenarios diferentes al de la era del petróleo. El futuro se presenta absolutamente incierto y amenazante, en especial para quienes no siendo capaces de imaginar otros modelos de vida que modifiquen el actual consumo energético, se comprometen con la actual ecuación planetaria que consiste en sistemas de superconsumo y dilapidación de la energía en los países ricos, mientras condenan a los restantes a la sumisión neocolonial y a la depredación de sus recursos naturales.
Desde el GRR, hemos sostenido que los criterios impuestos actualmente en la Argentina, de explotación insustentable de los agroecosistemas, así como la extensión de la sojización a provincias y zonas de suelos inadecuados para la agriculturización permanente, provocarían no sólo la deforestación masiva con pérdida de biodiversidad y aumento del cambio climático, sino también, verdaderos y trágicos colapsos de los ecosistemas. Aún más todavía, anticipamos que ambientalmente el eslabón más débil de la cadena resultaba ser la provincia del Chaco, devastada sin compasión en sus bosques naturales, en sus paisajes y en sus poblaciones campesinas por los nuevos sistemas de monocultivo de soja transgénica y paquetes agro químicos. El desequilibrio ambiental que ha causado la expansión de la soja es la causa de que la provincia pase de las sequías extremas a las inundaciones masivas y de ellas nuevamente a la sequía. Los hechos han dado razón a nuestras previsiones. El Impenetrable es sólo recuerdo y sus últimos jirones se rematan impunemente por Internet… La población campesina que permanece en sus pueblos misérrimos, no tiene acceso a la tierra ocupada por la soja y permanece desempleada de la agricultura, viviendo de planes sociales y bajo la permanente agresión de las aerofumigaciones. A los chaqueños solo les queda emigrar a los cinturones de indigencia que rodean la ciudad de Resistencia o a los bolsones de miseria del Gran Buenos Aires.
El Chaco es una provincia que agoniza en sus ecosistemas devastados. Una provincia que agoniza asimismo bajo la tiranía corrupta de una corporación política tan, pero tan inepta, que contra toda lógica, deja extinguir el propio territorio y la propia población a la que desde hace décadas explota sin misericordia. Sin embargo, resulta aún más demencial todavía, que la crucifixión ambiental, económica y social del Chaco no les baste a los sojeros y a los funcionarios cómplices que han atado el Destino argentino a un modelo de país exportador de forrajes. El viernes 21 de abril, en la localidad de Presidente Roque Sáenz Peña, la Facultad de Agroindustria local, la UNNE o Universidad del Nordeste, el INTA de Sáenz Peña, la UTN de la Provincia junto a la Senadora radical Alicia Mastandrea, han promovido abierta y obscenamente la producción de Biocombustibles, como una nueva e importante alternativa económica para el Chaco.
En esa oportunidad, la profesora Sofía Naidenoff, esposa del gobernador Nikisch de la Provincia del Chaco, y asimismo Secretaria de Ciencia y Técnica, en el panel del rol del sector público y durante el Segundo Ciclo Conocimiento y Desarrollo, un Desafío Regional, en este caso referido a los biocombustibles, y ante el Aula Magna de la Facultad de Agroindustrias en la que se convocaron empresarios, legisladores nacionales, investigadores universitarios y alumnos, según el Diario Digital de fecha 24/04/06, dijo:
«Lo más interesante de todo esto, hacia donde se encaminó el estudio cuando lo encargó el gobernador, es que para sustituir un 5% del gasoil por biodiésel producido por unas 60 plantas artesanales que elaboren 2000 litros por día… Tomando las palabras de la Senadora: ¿Qué cantidad de leche, por ejemplo produce Chaco, nos preguntamos si acaso se autoabastece? Si fuera así no habría desnutrición y hambre como la hay actualmente, y entonces sí se podrían proponer tambos «artesanales» en los mismos lugares y con las mismas ventajas crediticias e impositivas que se le daría hoy a la producción de biocombustibles… y seguramente generarían muchísima más mano de obra… Y añadió la esposa del Gobernador: … se daría empleo en forma directa e indirecta a más de 2600 personas… si instalamos una planta artesanal o una planta industrial, el costo del biodiésel no va a variar significativamente…
¿Quién dijo que no? Repsol ya tiene instalada una planta de 100 toneladas de soja diaria para biocombustible ¿Será acaso al mismo costo que las artesanales?
…ante los cambios en la escala de producción… Nosotros sacamos cuentas rápido, y con esos 6 millones podrían trabajar casi 60 plantas de producción artesanales, duplicando por lógica la demanda de mano de obra y de trabajo».
…Cuando las multinacionales están detrás de estos proyectos, siempre, siempre, la única lógica es la del dinero, los costos y la escala. Hoy en Brasil la alconafta es más cara que la nafta común… ¿qué harán las PyMES artesanales de biocombustible ante una situación como esa? ¿Realmente alguien cree que podrán competir a mediano plazo?
En cuanto al rubro de la demanda, la secretaria de Ciencia y Técnica señaló que: … el consumo de diesel en la provincia, según este mismo estudio, es de 540.000 metros cúbicos. Que de este total, sólo el transporte de carga representa el 64%, la actividad agropecuaria casi 33%, y en lo que se refiere a automóviles el 3% restante… Este es el tema central, el GRR considera que en el final de la era del petróleo hay que ir hacia una agricultura de menores insumos y de menos requerimientos de energía, cualquiera ella sea, y este nuevo modelo comienza con alimentos locales y generando en la población una disciplina de consumo crítico.
Continuando con el análisis de los números, Naidenoff, señaló que la producción provincial agrícola, que serviría de materia prima para la producción de biodiesel, es de casi un millón y medio de toneladas, en girasol, soja, algodón, maíz. Donde los factores de conversión más fuerte son del girasol, con un 42%… Evidentemente, alguien miente o se equivoca Pimentel y Tad W. Patzek, Profesores de Ingeniería Civil y Ambiente de la Universidad de Berkeley California, EEUU, que comprobaron que el girasol requiere 118% más energía fósil que el biocombustible obtenido y que por otra parte nos aportan el conocimiento de que la soja insume 27% más, y el maíz 29% más combustibles fósiles que el propio combustible obtenido (Natural Resources Research Vol.14:1,65 – 76).
De tal manera, comprobamos una vez más que estos técnicos y dirigentes políticos locales son definitivamente incapaces de encontrarle salidas a la crisis que ellos mismos provocaron. Ante el desastre de la provincia, sólo son capaces de ofrecernos más de lo mismo. Hoy se aferran a la fantasía de poder paliar la crisis mundial del petróleo con la producción de agro combustibles… Pretenden ignorar a esas poblaciones asoladas por el hambre, víctimas del pecado de olvidar que la tierra es el medio para producir el pan que el hombre necesita, y nunca una fábrica de cultivos industriales o de combustibles. Esa es nuestra miserable corporación política, aferrados a sus gestos coloniales, son incapaces de aprender o de renovarse y ante el fin de la Era del Petróleo, pretenden reemplazar la agricultura por los Agronegocios, y apostar al Capitalismo globalizado de la Soja, ya sea como forraje o como combustible… No solo ignoran la propia tragedia chaqueña, sino que también pretenden ignorar y eludir las responsabilidades del Cambio Climático planetario al que han aportado generosamente con sus extensos monocultivos y sus residuos dejados a cielo abierto, con la quema de montes para extender la frontera de la sojización, con los gases producidos por el cambio en el uso del suelo, sus emisiones de metano y los innumerables venteos de gas en los pozos de petróleo.
Llama la atención que el único biocombustible legítimo: el de los biodieseles provenientes de la refinación de la fritangas y de otros aceites usados que abundan sobremanera en las ciudades y que actualmente carecen de otro destino más que el de contaminar la atmósfera, no les merezcan a esta dirigencia política la más mínima preocupación ni sean capaces los funcionarios de generar proyectos de plantas de tratamiento para esos insumos. Los aceites usados de los motores, tan abundantes, hoy son volcados a los basureros a cielo abierto o son quemados en los hornos de las cementeras sin que se proyecte refinarlos para su reutilización… Para el Poder colonizado se trata evidentemente, de persistir en los modelos de rol que nos han sido asignados. Una Argentina que compromete a tan alto grado sus tierras fértiles para la producción de maderas para pulpa, agrocombustibles y forrajes de exportación, pone definitivamente en riesgo la alimentación de su propia población. Si se persiste en estos modelos de monocultivos y uso industrial de los suelos, no solo se provocarán sucesivos desastres ecológicos como los que ya venimos sufriendo tanto en el Chaco como en Tartagal, en la provincia de Salta, sino que se alcanzarán situaciones agudas de hambruna en la población más carenciada. Mientras aquellos ambientalistas asociados con las corporaciones, tanto en el plano internacional como dentro mismo del país, proponen certificaciones para garantizar supuestos biocombustibles sustentables e intentan a repetir de esa manera, el maquillaje que propusieron anteriormente desde la WWF y desde el Banco Mundial con el aceite de palma y con la Soja, nuestros Gobiernos persisten en un modelo colonial de primarización de la economía con agro exportación de comodities y depredación de los recursos.
Debemos generar conciencia en la población sobre los modelos instalados y sobre quienes son los responsables actuales de su gerenciamiento, así como los cómplices conscientes o inconscientes que se ocupan de confundir o de invisibilizar estos procesos de la nueva dependencia. Resulta demencial que en medio de poblaciones asoladas por el hambre y en vez de promover mercados locales y producciones de alimentos sanos, frescos y abundantes desde las zonas periurbanas, promuevan como una panacea la producción de combustibles desde la agricultura y para resolver los problemas de los países centrales.
Necesitamos hallar los caminos necesarios para escapar del infierno de la catástrofe ecológica inevitable que nos proponen y para ello solo necesitamos suscitar la convicción de que otro mundo es posible, y que ese mundo puede alcanzarse con sentido común y con los saberes tradicionales que provienen de los patrimonios culturales de nuestro Pueblo. Estamos convencidos que esos saberes ahora ninguneados, ahora negados pertinazmente por las dirigencias de la Provincia del Chaco, bastarían para generar un modelo de Democracia Participativa basada en desarrollos locales y en la Soberanía Alimentaria, que asegure la felicidad de nuestra gente y que permita regresar a sus tierras a tantos comprovincianos emigrados.
Jorge Eduardo Rulli, Grupo de Reflexión Rural