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La Comision Europea exige explicaciones y deplora que un OGM prohibido como el maíz ‘Bt-10’ haya entrado en la UE

Fuentes: Europa Press

La Comisión Europea anunció esta tarde que ha pedido explicaciones oficiales a las autoridades sanitarias estadounidenses y a la empresa Syngenta tras «deplorar» que un organismo genéticamente modificado (OGM) como el no autorizado maíz ‘Bt-10’ haya podido entrar en territorio de la Unión entre 2001 y 2004. «La CE deplora el hecho de que un […]

La Comisión Europea anunció esta tarde que ha pedido explicaciones oficiales a las autoridades sanitarias estadounidenses y a la empresa Syngenta tras «deplorar» que un organismo genéticamente modificado (OGM) como el no autorizado maíz ‘Bt-10’ haya podido entrar en territorio de la Unión entre 2001 y 2004.

«La CE deplora el hecho de que un OGM que no ha sido autorizado en el marco legislativo de la UE ni por ningún otro país, haya sido importado a la UE», denunció el comisario de Sanidad y Protección de los Consumidores, Markos Kyprianou, en un comunicado.

Este último indicó que ha pedido a Estados Unidos, país desde donde provinieron mil toneladas de ‘Bt-10’ pese a estar también prohibida su comercialización, tome las «medidas necesarias» para garantizar que en el presente y futuro las exportaciones de maíz a la UE no contengan OGM no autorizados por los Veinticinco.

«Este caso muestra de nuevo la importancia de un marco global en la Unión Europea para la trazabilidad y el etiquetado de OGM», aseguró. Por su parte, el comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, indicó que Bruselas ha pedido a los Estados miembros que tomen las medidas apropiadas para bloquear cualquier partida de ‘Bt-10’ que llegue a territorio europeo.

De esta forma se evitará «cualquier efecto adverso para la salud humana y animal», así como para el Medio Ambiente en el caso de que haya una contaminación accidental. Los Veinticinco tendrán que notificar el estado de la situación en sus respectivas trabajos de investigación con la variante permitida del ‘Bt-11’ y deberán intensificar las medidas de control.

El Ejecutivo comunitario ha pedido igualmente a la firma Syngenta que entregue «toda la información» que dispone sobre la composición molecular del ‘Bt-10’ y sus diferencias con el ‘Bt-11’, así como los métodos específicos de detección de este transgénico con respecto a otras variantes del mismo maíz Bt.

Asimismo, Bruselas ha preguntado a la empresa si todas las plantaciones y semillas almacenadas en Estados Unidos han sido destruidas o aisladas para su futura eliminación. En este sentido, informó de que Syngenta se ha comprometido a facilitar esta información «la próxima semana».

La Comisión Europea anunció el pasado 22 de marzo que seguirá autorizando la comercialización en territorio comunitario de OGM pese a reconocer que los productos transgénicos suscitan «inquietudes» entre los consumidores y las empresas agroalimentarias, y que sólo un «pequeño número» de Estados miembros respalda esta política.

El colegio de comisarios presidido por José Manuel Durao Barroso celebró ese día, por primera vez desde que asumió el cargo en noviembre de 2004, un debate de orientación sobre los OGM durante el que no se tomó ninguna decisión, salvo la de dar continuidad a la política del anterior equipo de Romano Prodi y autorizar los transgénicos pendientes «en los plazos más breves», según informó la portavoz del Ejecutivo comunitario, François Le Bail.

«A pesar de las mejoras aportadas en el nuevo marco reglamentario –que exige una evaluación más rigurosa de la inocuidad y exigencias más estrictas en materia de etiquetado–, los OGM continúan suscitando inquietudes entre los consumidores y las instancias políticas», reconoció el documento de trabajo adoptado por la Comisión, que señala en contraste que las aplicaciones médicas de la biotecnología «son numerosas y generalmente bien aceptadas».

RETICENCIAS EN LAS EMPRESAS

Bruselas admitió que también las empresas son reticentes a poner los transgénicos en el mercado. «Los principales detallistas y las industrias agroalimentarias tienen todavía dudas a la hora de comercializar los productos alimentarios etiquetados como genéticamente modificados bajo su propia marca, lo que tiene como efecto limitar la expansión de este mercado en Europea», afirmó el texto.

Asimismo, recordó que ya se ha puesto en marcha una ‘red de regiones libres de OGM’, creada a iniciativa de la Toscana y la Alta Austria, y a la que se han unido ya veinte regiones repartidas a través de Europa, especialmente en España, Francia, Alemania, Grecia y Reino Unido. «La popularidad y el número de miembros de esta red no cesa de aumentar», dejó claro el documento.

Por lo que se refiere a la posición de los Estados miembros, el Ejecutivo comunitario constató que hasta ahora ha sido «imposible» obtener un apoyo mayoritario para dar luz verde a los transgénicos, lo que hace que sea siempre la Comisión, a la que según el procedimiento corresponde la última palabra, la que otorgue la autorización final. Durante el año pasado pudo adoptar sólo tres decisiones.

«De momento, sólo un pequeño número de Estados miembros votan generalmente a favor mientras que otros tienden a votar en contra. Las abstenciones son igualmente numerosas», destacó Bruselas. Durante la última votación, celebrada en el Consejo de Medio Ambiente el 20 de diciembre para autorizar la colza transgénica GT73, Italia, Grecia, Dinamarca, Polonia, Malta, Bélgica, Hungría, Lituania, Letonia, Chipre, Austria, Estonia y Luxemburgo se expresaron en contra de la autorización.

Mientras tanto, España, Reino Unido, Irlanda, Eslovenia, España, Alemania y la República Checa se abstuvieron. A favor de este OGM se mostraron Eslovaquia, Suecia, Portugal, Francia, Finlandia y Países Bajos.

El resultado es que hasta el momento «ninguna de las trece propuestas de la Comisión (para autorizar transgénicos) ha obtenido la mayoría cualificada, ni siquiera para los OGM no destinados al cultivo sino únicamente a la importación y la transformación», concluyó.