Antes del verano, una cada vez más servil ERC salvó a Artur Mas evitando que el Parlament catalán votase si debía comparecer para explicar la posible vinculación de su partido-lobby con el desfalco del Palau de la Música. Lo de «posible» no es ninguna consecuencia lógica de la aplicación del principio de precaución sino una […]
Antes del verano, una cada vez más servil ERC salvó a Artur Mas evitando que el Parlament catalán votase si debía comparecer para explicar la posible vinculación de su partido-lobby con el desfalco del Palau de la Música. Lo de «posible» no es ninguna consecuencia lógica de la aplicación del principio de precaución sino una cláusula personal de protección. Pensemos en el caso de los compañeros de Caféambllet.
Por lo demás vale la pena recordar el argumento «republicano» para rechazar la comparecencia de Mas el president: para salvaguardar la institución de la Presidencia de la Generalitat.¡Qué emocionante! ¡Qué rupturista! ¡Qué responsabilidad la suya!
Han pasado tres meses. Se ha celebrado recientemente el pleno de septiembre, el que anunció las elecciones anticipadas del 25 de noviembre.
Esta vez le ha tocado al PSC. El partido de los «socialistas» catalanes decidió abstenerse -nadie sabe por qué- en todas las votaciones del debate de política general celebrado el pasado jueves 27 de septiembre. Excepto en sus propias propuestas por supuesto.
Consecuencia: se ha evitado con ello que el Parlament aprobase la comparecencia del president de la Generalitat por la posible implicación de CDC en el ‘caso Palau’. ICV-EUiA sometió a votación una propuesta de resolución. Nada del otro viernes. Instaba al president Mas a «aclarar ante la ciudadanía si está implicado o no en el caso del posible desvío de recursos del Palau de la Música hacia CDC, y a comprometerse a depurar todas las responsabilidades públicas que puedan derivar de este caso u otros, como el de las concesiones a las empresas de ITV». El lodazal es inmenso, casi interminable.
La votación no prosperó: votó en contra CiU; la apoyaron el PP, ERC (esta vez sí), Ciutadans y, claro está, ICV-EUiA. Se abstuvieron SI -el nacionalismo y los negocios obligan- y el PSC. Si el PSC hubiese mantenido la postura que defendió en la Junta de Portavoces antes del verano, nada que tenga que ver con ninguna posición revolucionaria, CiU hubiese perdido la votación. Consecuencia: Mas, el supuesto independentista, habría recibido un mandato del Parlament catalán para dar explicaciones sobre los casos de corrupción que -presuntamente, por supuesto- salpican a CDC. ¿No habría acaso que dar explicaciones de todo ello en una democracia por demediada que esta sea? ¿O es que realmente tiene razón el señor Millet-Palau y en Catalunya -¡como en España, tan semejante en este caso!- mandan 400 familias que hacen siempre lo que les viene en gana sin que nadie les tosa por ello?
¿Cómo entender la actitud del PSC y su revisionismo permanente? Es un secreto a voces: la corrupción generalizada -con algunas excepciones notables y muy singulares- es el pan nuestro de cada día, incluidas las fiestas de guardar, de la política catalana. Si te denuncio a ti o te critico, luego vas tú y te pones de los nervios. Mejor nos callamos todos, nos apoyamos todos directa o indirectamente, hacemos los cálculos parlamentarios y juegos de sombras que sean necesarios, nos salvamos todos y por la noche quedamos y nos tomamos una copa.
Y seguimos juntos, cogidos de la mando, hasta la destrucción total del espacio público y de la política como actividad republicana. Eso sí, en la Catalunya independiente todo será maravilloso, y las flores, la democracia real y la honradez política florecerán en un asfalto pulido y podrido.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.