Mientras Zapatero y Solbes siguen con la cansina letanía de la desaceleración, hasta el progubernamental El País reconoce que «desde hace unas semanas no hay un día en que no aparezca un dato peor que el anterior». Desplome del sector inmobiliario y de la construcción Las construcciones iniciadas este año no llegan a la […]
Mientras Zapatero y Solbes siguen con la cansina letanía de la desaceleración, hasta el progubernamental El País reconoce que «desde hace unas semanas no hay un día en que no aparezca un dato peor que el anterior».
Desplome del sector inmobiliario y de la construcción
- Las construcciones iniciadas este año no llegan a la mitad de las del pasado.
- Las ventas de las grandes inmobiliarias el primer trimestre han caído un 72%
- Endeudadas hasta las cejas y con una brutal crisis de ventas, inmobiliarias grandes y pequeñas ya no pueden hacer frente a sus compromisos con bancos y cajas y se suceden las suspensiones de pagos.
Pero no es sólo el sector inmobiliario
- Las ventas del comercio minorista llevan cayendo cinco meses consecutivos.
- Caen también las ventas de coches (en marzo un 20%) y baja la producción industrial.
El sector financiero también afectado
- El sector financiero tiene el 70% de sus créditos vinculados al ladrillo. El propio sector avisa de que algunas entidades podrían entrar en quiebra.
- La morosidad en el pago de los créditos ha aumentado el doble desde febrero del año pasado. Con el Euribor batiendo récords y el aumento del paro, las previsiones de morosidad se disparan, con todo lo que representa.
- Bancos y Cajas cierran el grifo a nuevos créditos, en primer lugar a la construcción (incluida la vivienda protegida).
La carestía: una carrera desbocada
- El IPC subió en marzo un 4,6%, el peor dato desde 1995. Las previsiones para final de año son del 5%, en realidad bastante más para las familias obreras, mucho más afectadas que una familia burguesa por el Euribor y los precios de los alimentos y servicios básicos.
- El Euribor ha llegado ya al 5%. Para los que contrataron la hipoteca hace tres años, la cuota les ha subido en un 50%.
- El Gobierno prepara para julio una subida de las tarifas eléctricas del 11,3% y para diciembre otra parecida. Las eléctricas y el Gobierno dicen que las tarifas son inferiores a los costes de generación eléctrica. Pero son las empresas eléctricas quienes fijan arbitrariamente esos costes, mientras declaran beneficios exorbitantes y sus directivos cobran retribuciones escandalosas: Pizarro se llevó 18,5 millones en 2007 y Galán se embolsa 6 millones al año.
- Sube el petróleo y los alimentos, mientras las multinacionales se benefician con las mayores ganancias de su historia.
El desempleo avanza sin parar
- Hay 246.000 parados más en el primer trimestre, llegando a 2,3 millones (el 9,6% de la población activa). El desempleo ha afectado a todos los sectores. A este ritmo (suponiendo que no aumentara) habrá un millón más de desempleados a final de año.
- El paro ha afectado especialmente a los trabajadores inmigrantes, con gran peso en la construcción: 24% de aumento el primer trimestre.
La situación ahora y la recesión de 1992-1993
Tan grave como los datos anteriores, es la velocidad de la crisis. Tras 14 años de «prosperidad» hemos entrado en caída libre. La prensa hace comparaciones con la recesión de 1992/93, en la que el paro llegó al 24% (3,8 millones de trabajadores). Hoy -nos dicen- estamos mucho mejor que entonces porque tenemos superávit en los presupuestos y porque la banca española es muy solvente.
Pero resulta que Solbes ya ha anunciado que el cacareado superávit desaparecerá este año y el que viene habrá déficit. Y las famosas provisiones de los bancos (las reservas para cubrir a los morosos) sólo tienen cuerda para un año. Otra cosa que no dice Solbes es que, a diferencia de 1992, la banca está pillada por el ladrillo el doble que entonces y que la situación de la economía internacional es ahora mucho más complicada.
Una de las diferencias mayores con respecto a 1992 es que ahora tenemos tres millones de trabajadores inmigrantes (el 14,4% de la fuerza laboral española). Por eso precisamente se quieren encarnizar con ellos, para que en lugar de enfrentarnos juntos al capital, responsable de la crisis, se extienda el racismo y nos enfrentemos entre trabajadores.