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Ante la denuncia de los negocios ocultos de Javier Rupérez, embajador de España en EE.UU.

La derecha sionista del estado español ataca y criminaliza a organizaciones y personas de izquierda desde una página web

Fuentes: Rebelión

El pasado 25 de enero el diario iraquí en lengua árabe al-Mada publicaba una lista de 270 compañías, organizaciones y personas de medio centenar de países que habrían recibido contratos para la comercialización de crudo iraquí por parte del depuesto gobierno de Sadam Hussein. El semanario La Clave destapó entonces la noticia de que Javier […]

El pasado 25 de enero el diario iraquí en lengua árabe al-Mada publicaba una lista de 270 compañías, organizaciones y personas de medio centenar de países que habrían recibido contratos para la comercialización de crudo iraquí por parte del depuesto gobierno de Sadam Hussein.

El semanario La Clave destapó entonces la noticia de que Javier Rupérez, actual embajador de España en EEUU y anterior presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso y responsable de Relaciones Exteriores del PP, habría sido uno de los beneficiarios encubiertos de los contratos petrolíferos.

El jueves pasado, 5 de febrero, el corresponsal en Bagdad del diario El Mundo citaba el nombre de los tres beneficiarios que, según el documento hecho público, pertenecían o estaban vinculados al estado español. Sin embargo, la traducción de los nombres se realizó incorrectamente. No se sabe si este error fue accidental o premeditado. Lo cierto es que el desliz ocultaba un conocido nombre: Javier Rupérez, actual embajador de España en EE.UU.

El mismo día, el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA) corroboraba, mediante un artículo aparecido en su página web [http://www.nodo50.org/csca/agenda2004/iraq/nota_6-02-04_al- mada.html], la información básica aportada por La Clave. Pero añadía algunos datos más que el semanario no incluía. Fundamentalmente, las razones por las que Javier Rupérez podía estar en esa lista y la explicación de porqué aparecían algunos nombres cambiados.

Si tiene algo que ver Javier Rupérez con el capital judío, de momento no se sabe, pero lo cierto es que el primer «apagafuegos» le vino de la mano del Mossad. Según el CSCA la lista original difundida en árabe fue «alterada, con claros fines intoxicadores, en la traducción al inglés realizada desde la capital iraquí por Middle East Media Research Institute (MEMRI), una organización creada en 1998, con sede en Washington, en la actualidad con presencia en Iraq y que ha sido denunciada como la filial del Mossad en este país».

Si tiene algo que ver Javier Rupérez con el capital judío, de momento no se sabe, pero el segundo parapeto también se lo ha brindado una página web pro-sionista: Libertad Digital.

De mentira en fracaso

Libertad Digital es una página web con formato de periódico, ariete y parapeto de las posiciones sionistas más reaccionarias. Caracterizada por su ínfimo rigor periodístico y su menor número de visitas, se dedica una y otra vez a embestir y a criminalizar a las organizaciones de izquierda solidarias con la causa palestina, a cuantos se oponen a la guerra e invasión de Iraq y a cualquiera que simpatice con las organizaciones anteriores.

En concreto, en su artículo del viernes 6 de febrero «Pancartas por petróleo. Informe: Los sobornados por Sadam en España, unidos contra la guerra», más que tratar de ocultar la personalidad de Javier Rupérez lo que hace es arremeter contra el CSCA. Según Libertad Digital uno de los «sobornados» por Sadam es «Basem Qaqish, miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, según la información de este periódico reproducida por el instituto de Estudios y Análisis de Oriente Medio, MEMRI». Y esta es la primera de sus mentiras. Puesto que Basem Qaqish aparece en la lista vinculado al CSCA. Y su vinculación se remonta a antes de la Guerra del Golfo de 1991, en forma de solidaridad con el pueblo iraquí.

Acusa al CSCA de ser «uno de los principales instigadores y organizadores de las movilizaciones contra la guerra». Su página web «vinculada a Izquierda Unida» está alojada «en la conocida red antisistema de Nodo 50». «En la actualidad -continúa Libertad Digital– mantienen una fuerte oposición y un ‘diario de la resistencia iraquí’. Para el próximo 14 de febrero organizan una manifestación ‘por el fin de la ocupación y la retirada de las tropas españolas’. Además, mantienen en sus agendas las protestas -todos los martes frente a la sede del PP- por la muerte del cámara de Telecinco José Couso». Pero lo peor, al parecer, es que «el comité forma parte de una extensa red antiglobalización que defiende la causa árabe y se opone duramente al mercado, a Israel, mientras defiende la causa palestina«.

A partir de ahí, y como si nos encontráramos ante organizaciones clandestinas, comienza a relatar encuentros, fechas y nombres como si los foros antiglobalización no fueran, sobre todo, encuentros abiertos y participativos. Tratando de dar una imagen de entramado terrorista.

Con esa intencionalidad realiza un tótum revolútum donde se incluyen referencias a la II Conferencia Internacional de El Cairo por ser «contra la globalización capitalista y a favor de la ‘resistencia palestina’ […] al escritor Carlo Frabetti -conocido por su actitud beligerante contra Estados Unidos y habitual colaborador de Gara-, el juez Joaquín Navarro Esteban, Gaspar Llamazares, Francisco Frutos, Marisa Paredes o Alfonso Sastre -premio nacional de Teatro y candidato de EH en la misma lista de Otegi, casado con Genoveva Forest, implicada en el atentado de la calle Correo-» por firmar un manifiesto del CSCA contra la guerra. A Carlos Varea por «liderar una red de brigadistas que acudirían a Irak como escudos humanos», a «James Petras, Ignacio Ramonet, Juan Carretero (Ospaaal), Ben Bella (de Argelia), Gaspar Llamazares y a Javier Sádaba» por participar en un encuentro internacional contra la guerra y por el levantamiento de las sanciones a Iraq. Y la puntilla: «el CSCA fue el impulsor de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas que en su momento supuso la génesis de posteriores movilizaciones contra la guerra. Fue el inicio del reclutamiento de los llamados «escudos humanos». La internacional de apoyo a Irak se gestó el 2 octubre de 2002 en Madrid en el acto de presentación de esta Alianza. Entre los firmantes, Iciar Bollaín, Carlo Frabetti, Montxo Armendáriz, Juan Madrid, Ángeles Maestro, José Saramago, Javier Sádaba y Guillermo Toledo, entre otros. La Alianza de intelectuales participó también de manera activa en las protestas de los actores en la gala del cine español, los pasados Goya de 2003″.

Lo que no dice Libertad Digital

Las tres personas del estado español que aparecen vinculadas a los contratos de petróleo son: Alí Baloot, un periodista de origen libanés; Basem Qaqish, presidente de la empresa Lubna; y Javier Rupérez.

De Qaqish, como ya hemos visto, se explica su postura filoterrorista pero no el hecho de que su inclusión en la lista obedecía a su cargo de presidente en la empresa Lubna concesionaria de uno de los contratos. Según el CSCA «las adjudicaciones de petróleo iraquí eran públicas, ya que requerían el obligado permiso del Comité de Sanciones del Consejo de Seguridad (CS) para poder embarcar el crudo en Iraq». Estas concesiones tenían además que ser presentadas ante Naciones Unidas dentro del programa ‘Petróleo por alimentos’ de la organización mundial». «De igual manera, un gran número de empresas españolas suscribió también contratos con el gobierno de Iraq para la venta de productos a este país, asimismo en el marco del programa humanitario de Naciones Unidas e igualmente, como los de petróleo, públicos, y que debían ser, por tanto, tramitados por los gobiernos respectivos ante el Comité de Sanciones». Según declaró el empresario al semanario La Clave: «Yo optaba legítimamente a los contratos para comprar petróleo y en algunas ocasiones me los adjudicaban. Todo lo que yo hice fue absolutamente legal…».

Otro detalle, quizá sin importancia, sobre la empresa Lubna es que fue una de las financiadoras, en diciembre de 2000, el primer vuelo directo después de una década, Madrid-Bagdad-Madrid de normalización de relaciones entre el Estado español e Iraq, y en el que viajó una representación de todas las formaciones del Parlamento español presidida por Gustavo de Arístegui, del PP.

Pero la pieza más importante es Javier Rupérez, como ya se dijo, actual embajador español en EE.UU. Libertad Digital pasa por alto el perfil de este personaje o las razones que le podrían haber situado en la lista de «sobornados» por Sadam Hussein.

La aparición de Javier Rupérez destapa la existencia de un lobby en las más altas esferas del PP. Según el CSCA, «la Fundación Humanismo y Democracia [perteneciente al PP] habría establecido, a partir de enero de 1997 y gracias al programa ‘Petróleo por Alimentos’, lazos comerciales con Iraq amparados en su desempeño de cargos de máxima responsabilidad […] con la promesa de favorecer la posición iraquí dentro del propio gobierno Aznar y ante las instituciones internacionales». En ese momento, Javier Rupérez -presidente del patronato de Humanismo y Democracia- habría obtenido, a través de empresas interpuestas, contratos petrolíferos del gobierno de Sadam Hussein.

De ese modo se explican las frecuentes visitas a Iraq de Ricardo de León, coordinador general de Humanismo y Democracia, y de José Félix González Noriega, su secretario. Igualmente, Javier Rupérez habría viajado a Iraq antes de asumir su nuevo cargo de embajador en Washington, si bien en calidad de visita privada». España fue, a partir de enero de 1997, el primer país europeo en reabrir su representación diplomática en Bagdad, si bien con rango de Oficina de Negocios. La normalización de relaciones contó además con el apoyo abierto de una parte del personal del ministerio de Asuntos Exteriores. «Culminada la invasión, Humanismo y Democracia retornará a Iraq con el renovado afán de favorecer los intereses políticos y comerciales españoles. A esta Fundación le correspondió reunir por primera vez tras la guerra, en Madrid, a las organizaciones y personajes iraquíes asociados a los ocupantes, en una cita que prefiguró unas semanas antes la creación por Bremer del Consejo Gubernativo según criterios sectarios y confesionales».

Por lo que se intuye, que tras el estrepitoso fracaso de Libertad Digital por mantener inmaculado el nombre de Rupérez, vendrán nuevos episodios de una novela que no hecho más que empezar.