La «disidencia» cubana es presentada en la prensa internacional como un grupo valeroso de «militantes de los derechos humanos», cuya única preocupación es luchar a favor de una «democratización» de la sociedad cubana. Obra exclusiva de la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA) de La Habana, la «disidencia» cubana goza de un reconocimiento mediático internacional únicamente […]
La «disidencia» cubana es presentada en la prensa internacional como un grupo valeroso de «militantes de los derechos humanos», cuya única preocupación es luchar a favor de una «democratización» de la sociedad cubana. Obra exclusiva de la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA) de La Habana, la «disidencia» cubana goza de un reconocimiento mediático internacional únicamente porque se declara, por razones pecuniarias, opuesta al proceso revolucionario defendido por la inmensa mayoría de la población de la Isla. Sin otro proyecto político que el de participar en la desestabilización de la nación, vigorosamente preconizada por Washington, la «sociedad civil» cubana no tardó en revelar su verdadero rostro.1
Varias «estrellas» de la disidencia tales como el señor Vladimiro Roca, el señor Raúl Rivero, el señor Oswaldo Payá y la señora Martha Beatriz Roque participaron en una ceremonia organizada por la Fundación Nacional Cubano Americana, una entidad terrorista que organizó numerosos atentados contra Cuba y que disfruta de la benevolencia de las autoridades estadounidenses. Estas personas expresaron su apoyo y su gratitud a los miembros de la derecha radical fascista del exilio cubano.2
El señor Oswaldo Payá, una de las figuras más prestigiosas del universo de la «disidencia» cubana y dirigente del Movimiento Cristiano de Liberación, hizo alarde, en varias ocasiones, de la importancia que concede a los valores democráticos. Por ejemplo, en abril de 2002, no vaciló en apoyar a los miembros de la junta fascista, en una carta abierta, responsable del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez de Venezuela. En dicho correo, el señor Payá felicitó profusamente a los autores del golpe de fuerza. Desgraciadamente para él y afortunadamente por la democracia, una gigantesca mobilización popular permitió al señor Chávez regresar a su puesto presidencial 48 horas después de su rapto, organizado por los Estados Unidos y la oposición extremista venezolana.3 Algunos meses más tarde, el Parlamento Europeo otorgaba el Premio Sakharov al señor Payá en forma de agradecimiento por sus posiciones «a favor de la democracia y de los derechos humanos».
El señor Payá también dio la oportunidad a la comunidad internacional de evaluar su apego a la democracia. En efecto, lanzó la creación de un «Comité de Diálogo Nacional» cuyo objetivo es redactar un programa de transición, en perfecta armonía con el plan que el señor Bush estableció para aniquilar la existencia de la nación cubana. Dicho comité reúne cerca de 110 miembros de la extrema derecha cubana, entre los cuales algunos tienen una larga experiencia en el terrorismo internacional contra la población cubana.4
Entre éstos, se encuentra el señor Carlos Alberto Montaner, antiguo agente de la CIA que recibió un entrenamiento militar en Fort Benning, y actual presidente de la Unión Liberal Cubana cuya sede radica en Madrid. También financiada por la CIA, la meta de la organización que dirige es promover la política exterior de los Estados Unidos contra Cuba en el seno de las administraciones europeas y latinoamericanas.5
El señor Payá también solicitó la colaboración del señor José Basulto León que es uno de los directores de la organización terrorista Hermanos al Rescate. Ésta violó, muchísimas veces, el espacio aéreo cubano y estuvo por provocar un conflicto armado entre La Habana y Washington el 24 de febrero de 1996, después que las autoridades cubanas hubieran derribado dos aviones de dicha organización que atentaban contra la seguridad del país. El señor Basulto dispone también de graves antecedentes criminales: fue formado por la CIA, participó en la invasión mercenaria de Bahía de Cochinos en abril de 1961 y, entre otras cosas, atacó con bazuca el teatro Blanquita en La Habana el 24 de agosto de 1962, mientras que éste se hallaba ocupado.6
Lejos de satisfacerse con la sola presencia de estos dos individuos, el líder del Movimiento Cristiano de Liberación, llamó a miembros de la Fundación Nacional Cubano Americana, como el señor Joe García o el señor Ramón Humberto Colas.7 El señor Payá expresó abiertamente su encanto de haber reunido a tantos «ilustres» personajes: «Es la primera vez que trabajamos juntos cubanos de dentro de la isla y de todo el mundo, como un solo pueblo, con un solo objetivo».8 Dicho objetivo está claramente detallado en el informe titulado «Commission for Assistance to a Free Cuba» elaborado por el antiguo Secretario de Estado, el señor Colin Powell: acabar con la Revolución cubana.9
El señor Oswaldo Payá es un personaje demasiado clarividente para ignorar un átomo del pasado de los miembros de su comité y de sus vínculos con las actividades terroristas, pero escogió deliberadamente aliarse con la parte más reaccionaria del exilio cubano. Expresó formalmente su objetivo de instalar «una economía de mercado» en Cuba, como lo estipula su Proyecto Varela, falazmente mediatizado como una iniciativa cubana mientras que fue creado en Washington.10
Muy locuaz ante los micrófonos de la prensa internacional, el señor Payá lanzó «un reto al régimen» pidiendo un espacio de quince minutos en la televisión nacional cubana para explicar su proyecto político. «Los vuelvo a desafiar. A que no se atreven a permitirme quince minutos en la televisión que pagamos todo el pueblo con nuestro trabajo», dijo.11 Al mismo tiempo, el opositor del Movimiento Cristiano de Liberación anunció que se negaría a presentarse a las elecciones municipales. La razón de esta escapatoria, por parte de la persona que dice representar una amplia franja de la población cubana, es simple: no dispone de ningún apoyo local. En efecto, el señor Payá así como todo el mundo de la «disidencia», pueden presentarse y ser eligidos, como lo subrayó el señor Ricardo Alarcón, presidente de la Asemblea Nacional cubana.12 Pero este tipo de elecciones en que no hace falta ninguna campaña electoral o ningun financiamiento astronómico, en que los candidatos se escogen directamente por los habitantes de los barrios, no interesan a los «militantes de los derechos humanos». Saben a ciencia cierta que son perfectos desconocidos para los cubanos y que el único apoyo del cual gozan en la Isla se encuentra en el seno de la Sección de Intereses Norteamericanos.
El señor Payá prefiere lanzar diatribas contra el gobierno, panfletos alegremente difundidos por la prensa internacional, incluso los más estrambóticos como el que consiste en acusar a las autoridades cubanas de hacer desaparecer a las personas: «En Cuba, hay desaparecidos… Hay más de veinte niños asesinados», declaró de la manera más seria del mundo. Aquí, el alumno superó al maestro, pues incluso el propio gobierno de los Estados Unidos nunca acusó a Cuba de ser responsable de desapariciones o asesinatos.13
Resultaría muy difícil para el señor Payá ser eligido por la población cubana ya que, incluso en el universo de la «disidencia, no obtiene la unanimidad. El comercio de la oposición es un mundo muy competitivo en que los golpes bajos son numerosos a causa de los intereses financieros que están en juego. Víctima de la competencia del grupo de la señora Martha Beatriz Roque, presidenta de la Asamblea Para Promover la Sociedad Civil, el señor Payá decidió pasar a la ofensiva atacando violentamente a su colega de trabajo y acusándola de fomentar la «difamación y la confusión». «Grupos y personas que no son la mayoría vienen desarrollando una campaña sistemática de ataques públicos y provocaciones para restar apoyo al Diálogo Nacional», fustigó, refiriéndose a la Asamblea de la señora Beatriz Roque.14 Poco contento al ver la competencia hacerle sombra, el señor Payá hizo un llamamiento público para boicotear la organización de la señora Beatriz Roque, quien reivindica abiertamente la ayuda del gobierno estadounidense y no vacila en expresar la admiración que profesa por el presidente Bush.15
La señora Beatriz Roque lanzó, por su parte, una convocación para el 20 de mayo de 2005 para celebrar un congreso de la «disidencia» en La Habana, con el fin de discutir acerca de los medios necesarios para «acelerar la transición en Cuba». Varias personalidades que dieron muestras de enemistad hacia la Revolución cubana, tales como el señor Vaclav Havel y el señor Walesa, han previsto asistir a éste. Al convocar esta reunión, la organizadora de la Asamblea sólo sigue las órdenes que recibe cotidianamente de las autoridades estadounidenses presentes en la Isla.16
La señora Beatriz Roque hasta dio cuentas de sus actividades ante el Congreso de los Estados Unidos, por vía telefónica desde la Sección de Intereses Norteamericanos, en compañía de lo señores René Gómez Manzano y Félix Bonne, otros dos «especialistas» de la «disidencia». Durante su intervención, brindaron su apoyo incondicional a la política del señor Bush, incluso en lo que se refiere a las restricciones que afectan en gran medida a las familias que ahora sólo pueden visitar a sus parientes en Cuba una vez cada tres años. La señora Beatriz Roque halagó al señor James Cason, jefe de la SINA: «Es un hombre muy, muy grande y con un gran corazón». También se presentó como «el chivo expiatorio del odio que la dirección de este país tiene hacia el gobierno de los Estados Unidos».17 El señor Gómez Manzano subrayó que el pueblo cubano necesitaba «la mano firme del gobierno de Estados Unidos». En cuanto al señor Bonne, explicó que su único objetivo era «defender los intereses del pueblo cubano» y que era «simplemente un soldado de la libertad y de la democracia». ¿«Defender los intereses del pueblo cubano» desde la Sección de Intereses Norteamericanos y apoyando la política extremista del presidente Bush? La indecencia ya no tiene límites.18
La alianza entre la «disidencia» cubana y el componente fascista del exilio cubano no sorprende si uno se digna a tomar en cuenta los objetivos reales de estos. Su meta confesada es la destrucción de la Revolución cubana y todas las alianzas, cuales fueran, son bienvenidas. Tampoco es asombroso que una cadena de televisión de Miami, el Canal 22, llame pública y abiertamente al asesinato del señor Hugo Chávez. En efecto, durante el programa «Maria Elvira Confronta», el invitado, el señor Felix Rodríguez, de origen cubano, ex agente de la CIA, tristemente famoso por ser el autor del asesinato de Ernesto Che Guevara en Bolivia, en octubre de 1967, declaró que Washington tenía un plan para acabar con el señor Chávez: «En un momento determinado, [el señor Bush] puede lanzar un ataque militar aéreo» contra el presidente de Venezuela.19 La «disidencia» cubana no hará más que regocijarse con ello.
Notas
1 Martha Beatriz Roque, «Mensaje de Martha Beatriz Roque Cabello», Fundación Nacional Cubano Americana, 5 de marzo de 2005. www.canf.org/2005/principal.htm (sitio consultado el 21 de marzo de 2005).
2 Fundación Nacional Cubano Americana, «Mensaje de Vladimiro Roca», «Mensaje de Raúl Rivero», «Mensaje de Oswaldo Payá Sardiñas», «Mensaje de Martha Beatriz Roque Cabello», www.canfnet.org (sitio consultado el 10 de marzo de 2005).
3 Pascual Serrano, «El líder anticastrista Osvaldo Payá apoyó el golpe de Estado de Venezuela en abril del 2002», Rebelión, 16 de febrero de 2005. www.rebelion.org/noticia.php?id=11455 (sitio consultado el 21 de marzo de 2005).
4 El Nuevo Herald, «La isla y el exilio unidas en un plan para la transición», 18 de febrero de 2005.
5 El Nuevo Herald, «Conciliados exiliados se unen al plan de Payá», 18 de febrero de 2005, p. 21A.
6 Rosa Miriam Elizalde, Los «disidentes» (La Habana: Editora Política, 2003), p. 79.
7 Salim Lamrani, Cuba face à l’Empire: Propagande, guerre économique et terrorisme d’Etat (Outremont: Lanctôt, 2005), capítulo III.
8 El Nuevo Herald, «La isla y el exilio unidas en un plan para la transición», op.cit.
9 Colin L. Powell, Commission for Assistance to a Free Cuba, (Washington: United States Department of State, mayo de 2004). www.state.gov/documents/organization/32334.pdf (sitio consultado el 7 de mayo de 2004).
10 Vanessa Arrington, «Payá: ‘Cultura al miedo’ obstáculo más importante para cubanos», Associated Press, 8 de marzo de 2005.
11 El Nuevo Herald, «Payá lanza un nuevo reto al régimen «, 11 de marzo de 2005, p. 17A.
12 El Nuevo Herald, «Alarcón afirma que ‘los disidentes pueden votar'», 7 de marzo de 2005, p. 25A.
13 El Nuevo Herald, «Mensaje de Payá destaca que en la isla hay desaparecidos», 18 de marzo de 2005, p. 23A.
14 El Nuevo Herald, «Fustiga Payá a líderes disidentes», 3 de marzo de 2005, p. 21A.
15 Vanessa Arrigton, «Cuba: disidentes sufren rivalidades internas al recuperar impulso», El Nuevo Herald, 17 de marzo de 2005.
16 Ernesto F. Betancourt, «Hay que apoyar la convocatoria del 20 de mayo», El Nuevo Herald, 5 de marzo de 2005, p. 15A.
16 El Nuevo Herald, «Los opositores firmes en sus reclamos», 13 de marzo de 2005, p. 21A.
17 Pablo Bachelet, «Castro Foes Testify, Support the US», The Miami Herald, 4 de marzo de 2005, p. 1A.
18 Canal 22, «Maria Elvira Confronta», 10 de marzo de 2005. www.vive.ve/paginas/documentos/tvmiami.htm (sitio consultado el 17 de marzo de 2005).