Es nada menos que el cabeza de lista de CiU en las próximas elecciones legislativas del 20-N. Es, tras Mas, el número dos de la coalición. Cada día con más poder en plaza, en ésta y en otras. Cada día más seguro de sí mismo y con tonos más duros. Cada día sintiéndose más imprescindible […]
Es nada menos que el cabeza de lista de CiU en las próximas elecciones legislativas del 20-N. Es, tras Mas, el número dos de la coalición. Cada día con más poder en plaza, en ésta y en otras. Cada día más seguro de sí mismo y con tonos más duros. Cada día sintiéndose más imprescindible en la política catalana y española. El lobbista pronuclear por antonomasia de las grandes corporaciones.
El pasado 3 de octubre impartió una conferencia -¿quién se la pudo escribir? [1]- en Tribuna Barcelona, un foro organizado por La Vanguardia, el periódico de los Godó, unos de sus grandes valedores. El auditorio, congregado para el caso, estaba presidido por Miquel Roca Junyent, cada día más a la derecha-rancia, y contó con los oficios del periodista de 8TV, pela-en-mano-y-salgo-pitando, Josep Cuní.
Algunas de las perlas formuladas en su intervención, en un tono duro, sin miramientos, sin ninguna humanidad, jaleando los oídos de un escenario de derecha conservadora nacionalista que se ha lanzado al ruedo político sin control ni miramientos [2]:
«La inmigración es un problema porque hay más de la que debería haber…Quien no quiera practicar el deber de la integración, aquí no debe hacer nada… No es lo mismo una persona que tenga un inmigrante en su casa de servicio y viva en Sarriá o Pedralbes [barrios de gentes ricas de Barcelona, donde probablemente viva Duran] que quien vive en un bloque y no puede vender su piso a precio de mercado porque cada día van más inmigrantes a comprar en la tienda de al lado [barrios que Duran desconoce casi en su totalidad]… No es lo mismo el que lleva el hijo a una escuela privada o concertada que quien lo lleva a la escuela pública [que Duran seguramente nunca ha pisado]: hay muchos escolares inmigrantes y ello conlleva un retraso en el rendimiento global del aula…»
Y así siguiendo. El tono, en este caso, estuvo a la altura de los contenidos. Escucharlo es causa de vómitos. Como si hablara un líder fascista.
Duran i Lleida prometió hablar mucho y claro de la inmigración durante la campaña. Pretende, lo conseguirá sin duda, hacer la competencia a Josep Anglada, de la xenófoba y fascistoide PxC, y a García Albiol, el político racista del PP, llevando la campaña electoral al ámbito de la derecha extrema. Ha sido un entreno, son los compases iniciales de la composición. Podemos imaginarnos el resto de la melodía.
No es ninguna nota marginal, por otra parte, que el político que dirige una formación que dice cultivar y abonar el humanismo cristiano se exprese y piense con esa dureza, con esa falta de humanidad. ¿No merece ser declarado persona non grata en barrios, poblaciones y centros educativos públicos? ¿No sobran los motivos para ello?
Ese mismo día, en una entrevista radiofónica, Duran i Lleida comentó que al inicio de la legislatura el presidente José Luis Rodríguez Zapatero le propuso ser ministro. Afirmó también que podía haberlo sido ya en la época del PP [3].
Es posible que todo sea un simple pavoneo real, no sería de extrañar, nos tiene acostumbrados [4], aunque no es imposible que Durán el duro, aspire a mucho más que a un ministerio, a la mismísima presidencia del gobierno. No les digo de qué gobierno.
Sea como fuere, si fue así, si Zapatero le ofreció un Ministerio, ¿es razonable, es un detalle de izquierdas, que un presidente «socialista» de gobierno, tras ganar las elecciones en 2008 con un importante apoyo de votantes de izquierda tradicionalmente no votantes socialistas, ofreciese una cartera a Duran i Lleida, el xenófobo, y otra a Artur Mas, el soberbio? ¿Es justo?
Notas:
[1] Joan Barril era, hasta muy poco, uno de los miembros de su Consejo Asesor. Las críticas del Comité Profesional de Catalunya Ràdio ha hecho mella en él.
[2] J. Ramón González Cabezas, «Duran i Lleida: «Hay más inmigración de la que debería haber», Público, 4 de octubre de 2011, p. 29.
[3] Duran i Lleida usó durante la entrevista un argot muy en consonancia con su estilo: el candidato del PP, afirmó, «fa la puta i la Ramoneta». ¡Ole tus narices, ole tus h.! En un acto electoral de 8 de mayo, recuerda González Cabezas, el dirigente unionista-cristiano ya comentó: «No estamos dispuestos a cambiar nuestras costumbres, nuestro modelo de sociedad, incluso nuestras raíces religiosas». No hace falta que les explique a qué modelo de sociedad se refiere Duran ni de qué raíces religiosas habla ni siquiera alguna de las curiosas costumbres que el dirigente cristiano suele practicar en neta inconsistencia con su credo religioso.
[4] El mismo Oriol Pujol ha declarado que no tenía ni idea del asunto.
Salvador López Arnal es colaborador de El Viejo Topo y autor de La destrucción de una esperanza. Manuel Sacristán y la primavera de Praga (Akal, Madrid, 2010) y Entre clásicos marxistas (La Oveja Roja, Madrid, en prensa).
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