Para dar una visión de lo que le espera a Cuba en 2019, se debe hacer una breve reseña de lo que aconteció en el 2018, es decir cuál es el punto de inicio. Así que a pesar de que es cierto, de que la economía se ha mantenido creciendo, a pesar de los factores […]
Para dar una visión de lo que le espera a Cuba en 2019, se debe hacer una breve reseña de lo que aconteció en el 2018, es decir cuál es el punto de inicio.
Así que a pesar de que es cierto, de que la economía se ha mantenido creciendo, a pesar de los factores adversos climáticos, el recrudecimiento del bloqueo, la situación desfavorable de la economía venezolana, entre otros, es también válido que ese crecimiento sigue siendo muy bajo y seguirá siendo muy bajo en2019. Además, no queda muy preciso cuáles serán las locomotoras que arrastren al resto de la economía, al menos en los próximos dos años. Planes se han presentado, y no hay objeción a los mismos, pero la economía cubana tiene fuertes desequilibrios estructurales, que no se pueden erradicar en un corto plazo. Y al mismo tiempo se necesita ingresos externos vía servicios o exportaciones que permitan incrementar sostenidamente las inversiones.
Cuando se realiza una revisión de los informes económicos de los últimos años son muy recurrentes las causas que se esgrimen para el incumplimiento del plan aprobado, que se supone sea un plan realizado con rigor, entre ellos los problemas derivados del cambio climático, aumento de los precios de las importaciones, el bloqueo estadounidense y el no cumplimiento de las exportaciones, entre otros.
Las inversiones nunca se cumplen, como muestran las estadísticas y los informes económicos oficiales. ¿Entonces cuál sería la verdadera causa de que no se cumplan las inversiones en Cuba? O es que el plan necesita más análisis para su aprobación, o existen otros factores internos que conspiran en su contra que no se han examinado correctamente.
Las nuevas autoridades han planteado que 2019 será diferente, y el plan está realizado para que se cumpla, pero creo que el plan siempre se realiza para cumplirlo. Y quisiera realmente que este nuevo ajuste que se plantea, sea para lograr los indicadores que permitan que mejore la calidad de vida de la ciudadanía cubana.
Lo planteado por el ministro de economía y planificación, Alejandro Gil, en el Parlamento Cubano el día 21 de diciembre de 2018 es atractivo: «Crecer sin incrementar las deudas e invertir en el desarrollo».
Es decir, el ministro planteó con respecto a los principales objetivos que componen el Plan de la Economía del 2019, que será un Plan «realista» y que habrá que cumplirlo bajo el principio de que los gastos se ajusten a los fondos disponibles, sin incrementar el endeudamiento externo del país y contribuyendo al desarrollo continuo de la nación. Hasta ahí creo que es muy loable el planteamiento, lo que sucede, es que es una vieja lógica económica, no es un axioma nuevo, que siempre debió tenerse en cuenta. Endeudarse no es nocivo, siempre y cuando ese endeudamiento lleve a un aumento de la producción, o los servicios u otras actividades que permitan a la nación, crear más riqueza y esta a su vez, contribuya a pagar las deudas contraídas.
Las actividades que deberán contribuir al crecimiento del 1,5 por ciento en2019 incluyen a nivel global incrementar las inversiones a un 20 por ciento de la economía, concentradas en los sectores estratégicos. Pero en esto habría que ser más analítico. Es decir hay programas de resultados a corto plazo como la construcción de viviendas, con un impacto social muy apreciable, que incluyen las fábricas de materiales de la construcción necesarias, como cemento, barras corrugadas, etc. Sin embargo, se siguen construyendo habitaciones turísticas, pese a que índice de ocupación hotelero es bajo, con respecto a nuestra competencia. Hay polos turísticos donde está inclusive muy por debajo de la media nacional de 55.4 por ciento y el plan de construcción aumenta. Cabe preguntarse si no sería prudente invertir más bien en las causas que originan la baja ocupación, tales como la calidad del servicio, los negocios extrahoteleros, la calidad de los viales, las dificultades de la transportación, entre otros, que aparecen reflejadas en encuestas de las agencias especializadas.
Se prevé un recorte de las importaciones de alimentos y combustibles. La sustitución de compras externas por producciones domésticas es clave, así como bajar al máximo posible los niveles de inventarios existentes, en las entidades del país. Se plantea también bajar el coeficiente importado a 0.19 centavos en 2019, contra un plan de 0.22 en 2018.
La agricultura cubana ha sido la actividad que más reformas o cambios ha concentrado desde 2008, llámese entrega de tierras en usufructo a personas interesadas en hacer producir la tierra, aumento de precios a los productos agrícolas que paga el Estado, venta de insumos, entre otros, y sin embargo las importaciones de alimentos no bajan de los 1.500 millones de dólares anuales desde hace varios años. Entonces, ¿qué falta?¿Qué otras reformas habría que llevar a cabo? Lo evidente es que ese sector no satisface las expectativas y los precios se mantienen excesivamente altos.
La industria azucarera, la construcción, el comercio, y las comunicaciones tendrán un rol protagónico en ese crecimiento que se espera. Esperemos que así sea. Que la zafra 2019 será mayor es ya un hecho, lo que falta es saber si se logrará marchar por la senda del crecimiento sostenido, porque alcanzar cosechas superiores a los dos millones de toneladas, parece ser una meta bastante engorrosa.
Las exportaciones deberán crecer en un seis por ciento con respecto a 2018, con un incremento del 5.2 por ciento en las importaciones. El reajuste principal de las importaciones se concentra en alimentos y combustibles que constituyen el 36 por ciento de las compras externas totales del país. En tanto las importaciones para inversiones son el 24.5 por ciento del total.
Resulta interesante que se mantiene la decisión de contraer créditos externos, pero estos tienen que ser por debajo de lo que se tenga que pagar por deudas acumuladas, para no incrementar el endeudamiento del país.
Es curioso observar como continuará disminuyendo el empleo en el sector estatal en un 1.5 por ciento durante 2019, y el sector no estatal especialmente el privado crecerá en un 2.5 por ciento, es decir similar al 2018 como tendencia. Sin embargo, aunque las máximas autoridades siguen expresando criterios favorables hacia el sector privado, existe todavía un estancamiento respecto al potencial de este sector. Por ejemplo, las licencias siguen congeladas para una parte importante de los trabajadores, como es el caso de los profesionales. Y aunque la conceptualización del modelo cubano permite el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, en la práctica es un tema aun sin desarrollar o dicho de otra manera se obvia la discusión del tema.
Resulta «alentador» para un grupo de 2.7 millones de personas saber que en un horizonte de al menos 18 años podría contar con una vivienda, teniendo en cuenta que el déficit habitacional es de 929 695 viviendas [1] se incluyen las de mal estado y regular. Según las autoridades, se deben construir 527 000 viviendas nuevas, y en el 2018 se terminaron 29 235 viviendas, lo cual muestra el reto del gobierno en esta tarea. Todo indica que, por la vía del subsidio a las personas necesitadas, se debe acelerar este proceso.
Resulta también interesante conocer reflexiones oficiales acerca del aprovechamiento del capital humano calificado existente, tales como economistas, académicos, científicos y otros especialistas, para que se involucren en las propuestas de soluciones. A lo que debería agregarse, que mientras los salarios sean tan bajos en el sector estatal, la atracción hacia otras fuentes de empleo, es innegable.
Es una verdad conocida desde hace tiempo que la empresa estatal debe trabajar para crear más riqueza, pero es crucial lo que planteó el presidente cubano Miguel Diaz-Canel :»Hay que conectar y encadenar a la empresa estatal con las empresas mixtas, con el sector no estatal y con la inversión extranjera». Y eso se ha venido planteando, especialmente la relación entre sector estatal y privado, pero, persisten los prejuicios hacia los no estatales.
Fue muy pragmático el cambio de la legislación sobre algunas actividades del sector cuentapropista, previo a su puesta en vigor el 7 de diciembre del 2018, es decir se fue muy realista en frenar los impedimentos que iban a obstaculizar el desarrollo de algunas actividades. Esto podría permitir que siga creciendo el número de trabajadores privados en 2019.
No se puede desconocer el esfuerzo del país, en los últimos años, en la informatización de la sociedad. Aunque la brecha que nos separa de otras economías más adelantadas es grande, la posibilidad de que se haya avanzado en la introducción de Internet vía datos móviles de los celulares en 3G, es un avance importante. Que se vislumbre el crecimiento del comercio electrónico, del gobierno electrónico, entre otros, permite medir el interés gubernamental. Los retos que la empresa de telecomunicaciones tiene para el 2019, permiten certificar este interés «Incrementar el ritmo de despliegue de la infraestructura de telecomunicaciones, fundamentalmente de tecnologías móviles e inalámbricas y priorizando la 4G», «Acelerar la implementación de las etapas del gobierno electrónico, así como desarrollar proyectos de comercio electrónico» [2].
Todos los esfuerzos gubernamentales pasan necesariamente por intentar el crecimiento en la economía, mejorando las principales variables macroeconómicas. Eso es posible, entre otros aspectos, si se aprovechan las reservas productivas existentes en el país, sin preocuparse por la generación de las riquezas del sector no estatal, si estas son bien concebidas y parten de la legalidad de sus ingresos.
Las experiencias de China y Viet Nam, harto conocidas por las autoridades cubanas, deben permitir una mayor reflexión sobre esas economías, ya que han demostrado ser capaces de generar riquezas, reducir la pobreza, mejorar indicadores financieros, entre otros factores. Y una de las claves para esos resultados ha sido el incremento de la participación del sector privado en la economía nacional.
Cabe recordar que Viet Nam empezó su proceso de reformas solo cuatro años antes de la extinción del campo socialista, es decir en 1986, en un momento en que Cuba empezaba a reflexionar sobre la necesidad de la introducción de la inversión extranjera, primeramente en el turismo, y después en los demás sectores. Por citar un ejemplo,Viet Nam pasó de país importador de arroz,a unos de los principales exportadores de ese grano. Además hoy sabemos que esa nación asiática ya ha invertido recursos en Cuba y será unos de los principales inversionistas en la zona del Mariel, en los próximos años. Y no ha dejado de ser una sociedad socialista.
En conclusión, Cuba tiene condiciones más que suficientes para emprender un verdadero proceso de desarrollo, con una dirigencia con posibilidades para hacerlo, aunque para lograrlo, tiene que quitarse de encima muchas ataduras, entre ellas la enorme burocracia, el verticalismo de las decisiones, el plan centralizado y rígido, entre otras. La eliminación del bloqueo no depende de Cuba, y la presión internacional para su erradicación ha sido fuerte y continuará. Sin embargo, la erradicación del bloqueo interno, y que se logren cumplir las inversiones, y se mejore la eficiencia económica, si depende de un esfuerzo nacional, donde cabe toda la ciudadanía cubana.
Los planes para 2019
-Recibir 5 millones 100 mil visitantes internacionales y un crecimiento del 7,4 por ciento. Se estima que por primera vez los ingresos turísticos sobrepasen los tres mil millones de dólares,
-Ajustar los gastos del país a los niveles de recursos disponibles, que la economía no decrezca y que, además, se siga invirtiendo en el desarrollo.
-Asegurar un proceso inversionista eficiente, capaz de cubrir con su rendimiento los financiamientos otorgados y que respalde los programas priorizados del país.
-Incrementar los ingresos por exportaciones y garantizar su cobro.
-Potenciar la industria nacional con el objetivo de sustituir importaciones, buscando un mayor aprovechamiento de las capacidades productivas existentes en el país.
-Lograr mayores niveles de encadenamiento productivo de la economía en general, fundamentalmente de las entidades exportadoras y de la inversión extranjera directa con la industria nacional.
-Garantizar los niveles de actividad que tributen al desarrollo.
-Garantizar el abastecimiento de los principales productos priorizados y una mayor presencia en la circulación mercantil minorista de productos de líneas económicas.
-Incremento y diversificación de las exportaciones.
-Eficiencia del proceso inversionista y participación de la inversión extranjera directa como elemento indispensable para el desarrollo del país.
-Sustitución de importaciones con mayor participación de la industria nacional
Notas:
[1] Periódico Granma, Martes 18 de diciembre, 2018. «La construcción de viviendas es una prioridad para el gobierno cubano. Pag 2. Suplemento Especial.
[2] Informe sobre el programa de la Informatización de la sociedad en Cuba. Asamblea Nacional del Poder Popular, diciembre 2018. Periódico Granma. Miércoles 26 de diciembre del 2018. La Habana.
Omar Everleny Pérez Villanueva, economista e investigador cubano
Fuente: http://www.ipscuba.net/economia/la-economia-cubana-en-2019-otro-ajuste-mas/