Representantes de 180 países se reúnen desde el lunes para poner en acción el Protocolo de Kyoto que controla el cambio climático y comenzar un nuevo debate internacional sobre lo que ocurrirá luego que el acuerdo expire, en 2012. La evidencia científica del dañino cambio climático se vuelve más convincente y el interés público aumenta, […]
Representantes de 180 países se reúnen desde el lunes para poner en acción el Protocolo de Kyoto que controla el cambio climático y comenzar un nuevo debate internacional sobre lo que ocurrirá luego que el acuerdo expire, en 2012.
La evidencia científica del dañino cambio climático se vuelve más convincente y el interés público aumenta, pero son bajas las esperanzas de lograr una acción concreta durante esta cita, aunque sea una de las más grandes que se haya realizado sobre el tema.
Se conoce como cambio climático a las variaciones del clima atribuidas al calentamiento global, provocado por los gases de efecto invernadero, entre ellos el dióxido de carbono.
«Nadie va a venir a Montreal para llegar a un nuevo acuerdo sobre qué hacer después de Kyoto», dijo a Tierramérica Elliot Diringer, director de Estrategias Internacionales del Centro Pew sobre Cambio Climático.
«Lo máximo que puede esperarse es un acuerdo sobre un proceso para mirar los próximos pasos», dijo Diringer. «Sin embargo, Estados Unidos se opone firmemente incluso a hablar de ese proceso», agregó.
La cita de Montreal consta de dos encuentros simultáneos desde el lunes 28 de noviembre al 9 de diciembre: la Undécima Conferencia de las Partes para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y la Primera Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto (1997).
Los encuentros se conocen como «Montreal COP/MOP» (por sus siglas en inglés).
La Reunión de las Partes de Kyoto incluye llegar a un acuerdo sobre cómo implementar los primeros objetivos de reducción de emisiones de gases invernadero bajo el Protocolo.
Ratificado por 156 países, el Protocolo estableció como objetivo la reducción de estos gases a un promedio de 5,2 por ciento por debajo de los niveles de 1990, para el periodo 2008-2012. El gobierno de Bush se retiró de este acuerdo en 2001.
«No podemos permitir que el gobierno del presidente estadounidense George W. Bush tome al resto del mundo como rehén por su negativa a participar en acuerdos internacionales», dijo Steve Sawyer, consejero de políticas climáticas de la organización no gubernamental Greenpeace Internacional en Amsterdam.
«No podemos darnos el lujo de gastar otros cuatro años», dijo Sawyer en una entrevista.
Aunque Canadá está último en el club de Kyoto para concretar las reducciones –sus emisiones superan 25 por ciento a las de 1990–, quiere convertir estas reuniones en un escaparate mundial para tomar acción sobre el cambio climático.
«Esperamos que Kyoto comience con el pie derecho», dijo David Brackett, consejero especial para la división de Asuntos Climáticos Globales del gobierno de Canadá..
«Canadá quiere transformar esto en un acontecimiento enorme y está albergando muchos eventos paralelos», dijo Brackett a Tierramérica.
Con más de 10.000 participantes de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil y con unos mil 500 periodistas cubriendo la cita, los restaurantes y los bares del frío Montreal albergan candentes especulaciones sobre lo que vendrá después de Kyoto.
Lo cierto es que se está terminando el tiempo para tomar acciones que impidan el desastroso impacto del cambio climático, advertido por los científicos.
Regiones de Asia y América del Sur se dirigen a una crisis de suministro de agua porque los glaciares se están derritiendo rápidamente, mientras se proyecta que las personas que están en riesgo de enfrentar inundaciones causadas por tormentas costeras aumentarán de los actuales 75 millones a 200 millones en 2080, según informaron recientemente a la revista Nature científicos del Instituto de Oceanografía Scripps, con sede en Estados Unidos.
El Fondo Mundial para la Naturaleza también dio a conocer un estudio en noviembre, mostrando que el aumento de las temperaturas del agua está afectando a los peces de agua dulce y agua salada, así como a otros animales marinos. El salmón y el esturión no pueden desovar si las temperaturas invernales no son suficientemente bajas, por ejemplo.
El cambio climático ya está causando alrededor de cinco millones extra de casos de severas enfermedades humanas por año, y más de 150 mil muertes extra, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Es alarmante que el cambio climático sea más rápido que nuestras medidas para controlarlo», dijo Peter Gleick, presidente del Instituto Pacífico, un centro independiente de investigaciones con sede en Estados Unidos.
«Todos se dan cuenta de que son necesarias reducciones sustanciales de las emisiones de gases invernadero, en el orden de 60 a 80 por ciento», afirmó Gleick a Tierramérica.
Pero será muy difícil lograr que los países acuerden establecer objetivos para hacer reducciones sustanciales, agregó.
Esto se complica por la intransigencia de Estados Unidos.
«Estados Unidos debería rendir cuentas a la comunidad mundial para mostrar que está haciendo su parte para reducir las emisiones», añadió Gleick.
Paula Dobriansky, subsecretaria de estado para la Democracia y los Asuntos Globales y principal negociadora estadounidense en la reunión climática de Montreal, se negó a ser entrevistada por Tierramérica.
Según Diringer, México, Brasil, Sudáfrica y China están entre los nuevos actores que pueden asumir un rol de liderazgo en el desarrollo de un plan para las reducciones luego de Kyoto.
«Espero que la posición de Estados Unidos no brinde una excusa para que otros países no hagan nada», dijo.
* El autor es corresponsal de IPS. Publicado originalmente el 26 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. ( (FIN/2005)