La familia de José Couso ha recurrido al Tribunal Supremo para que no se archive la querella por crimen de guerra abierta a raíz del fallecimiento del cámara gallego el 8 de abril de 2003 en el Hotel Palestina de Bagdad, durante un bombardeo estadounidense. Javier Couso, hermano de la víctima, aludió a una «reunión […]
La familia de José Couso ha recurrido al Tribunal Supremo para que no se archive la querella por crimen de guerra abierta a raíz del fallecimiento del cámara gallego el 8 de abril de 2003 en el Hotel Palestina de Bagdad, durante un bombardeo estadounidense.
Javier Couso, hermano de la víctima, aludió a una «reunión secreta» entre el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, y responsables de la Administración de Justicia de Estados Unidos para justificar la paralización del expediente, tras haber logrado una orden de busca y captura internacional contra tres militares estadounidenses y la admisión a trámite de la querella.
Además, señaló que la familia «confía en la justicia», aunque prevé que el proceso «sea largo». También atribuyó al Gobierno español «tanto al actual como al anterior, toda la responsabilidad» en la evolución del caso «porque no han tenido firmeza».
El hermano del cámara gallego fallecido participó en el inicio de las ‘I Xornadas Libertarias’ organizadas por la Confederación Nacional del Trabajo en Pontevedra. Además, aseguró que «no se puede ni perdonar ni olvidar» por la muerte de su hermano en las circunstancias en las que se produjo y que «sólo cuando la justicia se pronuncie» y se juzgue a los militares a los que responsabilizan del ataque, la familia podría «descansar y tener luto de manera normal».
Ante la presencia de soldados españoles en otros escenarios bélicos actuales, Javier Couso se dirigió a los militares para que «no cometan crímenes de guerra, respeten a la población civil y a los periodistas».
En este sentido, añadió que «si son militares van a tener suerte porque son el mejor lado para estar en una guerra», mientras que consideró la profesión de periodista como una de las «más arriesgadas» por los más de 150 informadores que fallecieron en la guerra de Iraq.