A la vista de la experiencia de Finlandia, donde la poderosa industria papelera del país, a través de TVO, construyó hace varios años dos centrales nucleares para el autoconsumo de energía, un grupo de empresas industriales españolas han realizado un estudio con este mismo fin. Entre los promotores de la idea se encuentran los integrantes […]
A la vista de la experiencia de Finlandia, donde la poderosa industria papelera del país, a través de TVO, construyó hace varios años dos centrales nucleares para el autoconsumo de energía, un grupo de empresas industriales españolas han realizado un estudio con este mismo fin. Entre los promotores de la idea se encuentran los integrantes de la asociación de los grandes consumidores de energía (AEGE), la siderúrgica ArcelorMittal, Asturiana de Zinc o el grupo de aluminio Alcoa, aunque también han mostrado interés otras compañías .
La idea, plasmada en un estudio a cuyo contenido ha tenido acceso CincoDías, se articuló hace más de un año en torno a la eléctrica Unión Fenosa (hoy Gas Natural Fenosa), con el objetivo de aprovechar el emplazamiento de la central nuclear de Zorita (Guadalajara), cuyo cierre se decretó en 2002 y que está ya en pleno proceso de desmantelamiento. Según el informe elaborado por una consultora, en dicho emplazamiento se construirían, como una de las opciones, dos plantas de unos 1.000 megavatios (MW) de capacidad cada una, con una inversión de 4.000 millones de euros.
En este cálculo se tuvo en cuenta la experiencia de TVO en la tercera nuclear que está construyendo en Olkilouto, cuyo presupuesto inicial, de 3.000 millones, se ha duplicado. Algo que consideran normal fuentes de los promotores españoles, «pues se trata de un prototipo un EPR de tercera generación de Areva y en estos casos las desviaciones se consideran algo normal». De hecho, también se ha duplicado el plazo de construcción y los socios se reclaman fuertes indemnizaciones en los tribunales.
En el caso español, el estudio propone tres opciones para los fabricantes del reactor atómico: la francesa Areva y las estadounidenses General Electric y Westinghouse, que podría elegir el propio Gobierno según sus compromisos políticos. El estudio económico de las dos plantas nucleares, que necesitarían al menos una década para funcionar a pleno rendimiento, arroja como resultado un precio medio de la electricidad producida de unos 40 euros el megavatio/hora (MWh), lo que se considera una buena cifra en el largo plazo.
La idea combina la necesidad de dar uso al emplazamiento de las viejas centrales, en este caso la de Zorita, y la de hacer frente al encarecimiento de los precios de la electricidad tras la desaparición de la tarifa de la industria (tras la liberalización sólo se mantiene la de los domésticos). De hecho, el proyecto se plantea para el autoconsumo de los socios que participen en la central, que pagarían la electricidad a precio de coste: «Una integración aguas arriba para que todo quede en casa y que la industria controle al margen del mercado (pool) su coste principal, que es el de la energía», aseguran las fuentes antes citadas.
Decenas de socios
Aunque los promotores del proyecto son esencialmente los socios AEGE, de salir adelante en un futuro, en el sector están convencidos de que se sumarían decenas de empresas de otros sectores industriales, entre ellas, las que integran la comercializadora de electricidad Fortia, creada tras la desaparición de la tarifa industrial en julio de 2008, que provocó una subida de los costes del 60% en los meses posteriores.
Precisamente, en unas declaraciones a finales de ese año, el presidente de Fortia, Juan Estarellas, dejó la puerta abierta a participar en el futuro en alguna central eléctrica «para lograr unos precios de la energía competitivos». El modelo -dijo entonces- sería el seguido por el sector en Finlandia y Francia, que tienen presencia en dos proyectos nucleares de tercera generación. Los socios de Fortia consumen 18.000 GWh por año.
Muchas reuniones
El estudio para construir una futura central nuclear en España ha sido fruto de numerosas reuniones entre las empresas que lo han alentado. Y, aunque en ellas se exigió una estricta confidencialidad, el informe lo conocen muchos ejecutivos de compañías y organismos energéticos.
Un proyecto conocido en Moncloa
El estudio para promover un proyecto nuclear data del año pasado, pero sigue ahí, y es el primero que elaboran en serio empresas españolas en más de 30 años. No obstante, algunas cosas han cambiado en este periodo. Gas Natural ha tomado el control de Unión Fenosa, la eléctrica artífice del estudio, y en la gasística no faltan escépticos sobre el mismo. Además, la crisis de la demanda energética ha puesto al descubierto una sobrecapacidad que no ayuda.
Otra traba que los promotores consideran difícil de superar es la posición de la Presidencia del Gobierno, que estaría al tanto del proyecto, en contra de la energía nuclear. Algo que quedó patente tras la decisión el año pasado de clausurar la central de Garoña en 2013. Ayer mismo, el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, aseguró que un debate sobre nuevas nucleares en España no parece «objetivamente adecuado» en la coyuntura actual. El sistema tiene sobrecapacidad y la demanda en la próxima década será «inferior» a la anterior. Marín consideró además «sorprendente» que el debate no se hubiese producido en 2000, cuando había «auténticos problemas de seguridad de suministro».
Aunque al proyecto vería la luz en varios años, la gran industria «debe diseñar sus estrategias a la largo plazo», aseguran las mismas fuentes del sector, que consideran que el coste de la energía será determinante en la posible deslocalización de estas empresas.