Esta es la historia verdadera del Lema ¡Patria y Vida!, pronunciada por primera vez por Fidel el 23 de Diciembre de 1999. ¿Lo saben todos los engañados por el fraude contrarrevolucionario?
La vida de las personas transcurre inmersa entre tantas realidades vividas o conocidas o leídas u oídas que si se pasara revista a cada pasaje de noticias al respecto seguramente puede ser que al final de sus existencias nunca conocerían los engaños que se llevaron a la tumba, mientras muchos engañadores vivieron enriquecidos con las mentiras que propalaron y los fraudes que cometieron. Eso pasa con el asunto que hoy abordaré.
Así que vale la pena que abordemos un solo botón sobre esta temática, que puede ser comprobado fácilmente con las herramientas que expondré a continuación, y que tiene que ver con el manejo del lema o consigna Patria y Vida, en que se revela su origen verdadero en voz de Fidel Castro el 23 de diciembre de 1999 y las circunstancias y significaciones que el líder cubano quiso darle en aquella ocasión especial, sin renunciar nunca al lema o consigna Patria o Muerte, pronunciada el 5 de marzo de 1960 y complementada luego con el final Venceremos, que al fin de cuenta significa la vida mediante la victoria.
Para iniciar estas reflexiones quiero retomar la autenticidad y consecuencia histórica de la primera consigna de Patria o Muerte, según un enfoque que denominaré Las consignas de los cubanos que no conocen ni asumen los vendidos y traidores, y que tratan de denostar como pretenden hacerlo con todo lo que signifique revolución.
La historia de los pueblos tiene sus particularidades pero las esencias de sus luchas y aspiraciones han quedado expresadas en lemas o consignas surgidas generalmente de sus grandes hombres y asumidas pronto por sus coetáneos y las generaciones leales sucesivas. Los cubanos tienen una suerte especial de que sus lemas y determinaciones políticas hayan nacido de la revolución y se hayan convertido en raigalmente nacionales por ser asumidas por el pueblo.
El 10 de octubre de 1868 se inició con un juramente presidido por un dilema esencial en voz de Carlos Manuel de Céspedes, líder de la revolución de octubre de 1868, hoy reconocido como Padre de la Patria, que tuvo su reafirmación por los patriotas en las luchas revolucionarias posteriores.
“¿Juráis vengar los agravios de la patria? –Juramos, respondieron todos.- ¿Juráis perecer en la contienda antes que retroceder en la demanda?– Juramos, repitieron aquellos- Enhorabuena –añadió Céspedes- sois unos patriotas valientes y dignos”.
De esta manera se describió aquel acto fundacional de rebeldía:
“Se dio “El grito de Independencia” enarbolándose el estandarte que la simboliza, a cuya honra prestaron todos el juramento solemne de vencer o morir antes que volver a ver hollado el suelo de la Patria, por ninguna de las tiranías”.
Por lo tanto, durante el inicio de las luchas para proclamar la independencia de Cuba y la fundación de la república frente al dominio español, fue una verdad que el desafío entrañaba una opción de vida o muerte si se aspiraba a una patria libre y soberana, y de ahí que el himno de la revolución cantado en Bayamo el 20 de octubre de 1868, bajo la dirección de su autor Pedro (Perucho) Figueredo, la reflejaría en su primera estrofa de esta manera: “Al combate, corred bayameses / que la patria os contempla orgullosa. / No temáis una muerte gloriosa / que morir por la patria es vivir”. Luego este himno se convertiría en nuestro Himno Nacional.
Resulta revelador que la campesina Mariana Grajales, hoy reconocida como Madre de la Patria, a la hora de decidir la incorporación de sus hijos mayores a la lucha libertaria les hizo jurar de rodillas y frente a un crucifijo bajo la exhortación de asumir y cumplir este dilema: «Juremos libertar a la Patria o morir por ella».
Consecuente con estas ideas de patria y muerte en el himno de la revolución, fue diáfana la definición de los cubanos ante la guerra que libraban frente a España, contenida en la carta de Carlos Manuel de Céspedes, entonces Presidente de la República de Cuba en Armas, con fecha 10 de agosto de 1871, dirigida a Mr. C. Summer, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos:
“Nuestro lema es y será siempre: Independencia o Muerte. Cuba no sólo tiene que ser libre, sino que no puede ya volver a ser esclava.»
En carta de fecha 16 de julio de 1871 al Mayor General Manuel Quesada, Carlos Manuel de Céspedes señala la acogida y simpatía de la República hermana de Venezuela, a la vez que aborda el dilema de los patriotas cubanos: “Nuestro propósito invariable sean cuales fueren las circunstancias es […]. Morir todos o ser independientes, sin alterar esta resolución ninguna humana.»
José Martí, fue el revolucionario más preclaro de su época, con un pensamiento independentista formado desde temprana edad. Sin haber cumplido los 16 años, reflejara su visión acerca de la patria. n su obra de teatro Abdala, pieza maestra en mostrar esta intención:
“Oh!, qué dulce es morir, cuando se muere / Luchando audaz por defender la patria!”
Años más tarde, en el poema, A mis hermanos muertos el 27 de noviembre, dedicado a los estudiantes de Medicina fusilados en 1871, ratificaría esta idea.
“Cuando se muere / En brazos de la patria agradecida / La muerte acaba, la prisión se rompe; / Empieza, al fin, con el morir la vida!”
Lo ratificó el General Antonio Maceo en 1895 cuando en una instrucción al General Jesús Rabí ordenó aplicar la pena máxima a los emisarios enemigos que llegaran con propuestas de rendición. Reafirmó así la decisión con esta sentencia: «nuestro lema es vencer o morir».
Con estos antecedentes y después de rescatada la patria libre por la Revolución Cubana en 1959, no resulta extraño que Fidel proclamara la consigna de Patria o Muerte durante la despedida del duelo de las víctimas de la explosión del vapor francés La Coubre, por sabotaje yanqui, el 5 de marzo de 1960.
“Y no solo sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos vencer cualquier agresión, y que nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria: la de la Libertad o la Muerte. Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: Libertad quiere decir Patria. Y la disyuntiva nuestra sería ¡Patria o Muerte!”.
Y pronto, el 7 de junio de 1960, Fidel enfoca el dilema a la luz de un desenlace optimista y triunfante, ya que está seguro de que al final de la jornada el pueblo cubano triunfaría:
“¡Cueste lo que cueste, vencerá nuestro pueblo! Porque sus hijos están decididos a defenderlo, porque sus hijos tienen el valor, el patriotismo y la unión que en una hora como esta se necesita, porque sus hijos han dicho: ¡Patria o Muerte! Y han dicho ¡Patria o Muerte!, porque esa es la consigna de cada cubano. Para cada uno de nosotros, individualmente, la consigna es: ¡Patria o Muerte!, pero para el pueblo, que a la larga saldrá victorioso, la consigna es: ¡Venceremos!”
Por lo tanto, el ¡Patria o Muerte!, ¡Venceremos!, pronunciado por Fidel o por los revolucionarios cubanos al final de cada discurso, es una muestra de confianza en la victoria del pueblo, una reafirmación de la perseverancia y representa la continuidad del proceso revolucionario cubano y, también, de la reafirmación de la vida a pesar de todo.
En resumen, las luchas libertarias, independentistas y patrióticas de los cubanos han estado presididas por estas consignas o lemas que son timbre de orgullo y honor y, por tanto, un legado representativo del más puro y heroico patriotismo de todas las generaciones.
Y como siempre hay quienes hoy reniegan de esa herencia y de esa luz para asumir posiciones en las filas enemigas. Los lemas que ayer debieron aprender y pronunciaron hasta hace poco algunos de ellos, hoy los renuncian y desconocen tales desertores y traidores. Y es que las entrañas de la traición y cobardía muestran a las claras la naturaleza de las sabandijas que buscan arroparse con los disfraces del oro que los han encandilado en tierras extranjeras, y por eso mismo el enemigo les cobra su cuota de servilismo.
Pasó el tiempo… pasó. ¡Cuántos años de vigencia irrebatible de la consigna Patria o Muerte. Venceremos. hasta hoy!
Pero sucedió un hecho extraordinario con el secuestro clandestino del niño Elián González, con el consiguiente naufragio en el mar y su salvación y el intento en los Estados Unidos de no devolverlo a su padre en Cuba. El hecho sucedió el 22 de noviembre de 1999. Comenzó entonces una batalla singular librada en nombre de la justicia por su padre, por el gobierno y por el pueblo cubano por el regreso del niño de apenas 6 años. Y una de las manifestaciones gigantes desarrolladas en la Ciudad de La Habana fue el desfile del 5 de Diciembre de 1999 frente a la Sección de Intereses de USA. A modo de defensa simbólica y real de la instalación diplomática, participaron 500 niños pioneros para formar una hilera frente a dicho edificio.
Días después del propio mes se realizó un acto con estos pioneros y Fidel pronunció un discurso dirigido a ellos que recomendamos su lectura íntegra, y que puede localizarse en internet como Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz ante el grupo de niños que custodiaron la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, con motivo de la marcha en reclamo del niño Elián González, en el círculo social «José Antonio Echeverría», el 23 de diciembre de 1999
En el discurso Fidel expresó muchas ideas valiosas sobre este asunto en que destacaremos las finales relacionadas con el lema de Patria y Vida:
Expresaba Fidel: «Lo que se inicia hoy es la segunda etapa de la batalla de masas que venimos librando desde el domingo 5 de diciembre. Ha sido y es una batalla de ideas, de opinión pública nacional e internacional, de principios legales, éticos y humanos, entre Cuba y el imperio, que en nuestra Patria es apoyada por una de las más grandes y combativas movilizaciones que ha tenido lugar a lo largo de nuestra historia.
Aprovecho este minuto para comunicarles esa noticia: frente a la táctica de prolongar hasta las calendas griegas el caso del niño secuestrado y prosiga su cruel e incesante hostilidad contra nuestro pueblo, que dura ya casi medio siglo, la respuesta de Cuba es tribuna abierta permanente donde hoy reclama el regreso de Elián (Aplausos)
Muchísimas gracias, queridísimos compañeritos. Ustedes se han portado bien, los seguiremos recordando siempre, los tendremos siempre como ejemplo. Y me marcho con la satisfacción de la atención que ustedes han prestado, la disciplina con que ustedes se han comportado, y voy a usar hoy una frase, no definitiva, porque nosotros no debemos renunciar a la idea de Patria o Muerte, ni a la idea de Socialismo o Muerte, y voy a decir como dijo una joven diputada en la Asamblea Nacional: ¡Patria y Vida! ¡Vida para ustedes es la que queremos! (Aplausos.) No tendrán que morir nuestros pioneros.
Tal
vez en la larga e histórica lucha de nuestro pueblo, que nadie
podría precisar con exactitud cuándo concluirá, a nuestros
pioneros, a ustedes, convertidos ya en jóvenes y en hombres y
mujeres, alguna vez la patria les exija el sacrificio de la vida;
pero siendo hoy más poderosos que nunca, y contando con tantas armas
inteligentes, ganaremos
esta batalla por la vida, y no solo por la vida de ustedes, sino por
la vida de todos los niños del mundo.
Lo
que nosotros hagamos servirá a cientos de millones. Por la brecha
que nosotros abrimos hoy, marcharán mañana millones, cientos de
millones de niños que en el mundo actual no tienen todavía la
escuela, ni el médico, ni la educación patriótica, revolucionaria,
socialista e internacionalista que tiene nuestro pueblo. ¡Hasta la
próxima victoria! (Aplausos).”
Siete meses después de su secuestro, el 28 de junio de 2000 regresó a Cuba el niño Elíán González con su padre y otros familiares, y fue recibido masivamente por su pueblo.
Así que, estimados lectores, esta es la historia verdadera del Lema ¡Patria y Vida!, pronunciada por primera vez por Fidel el 23 de Diciembre de 1999 y dedicada a los niños cubanos y del mundo. Por tanto, en esta oportunidad, sólo me queda reiterarles: Patria o Muerte. Venceremos.
Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas. Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio al Mérito Científico del MINSAP por la obra de toda la vida.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.