La justicia italiana culpó al exdueño de una empresa de construcción por negligencias en el uso de amiato y deberá pagar millones de euros como compensación.
Tuvo que pagar millones de euros en compensaciones por afectar a más de 6.000 personas.
El multimillonario Stephan Schmidheiny era reconocido por su empresa constructora de vanguardia, Eternit. La imagen del empresario cambió rotundamente tras los juicios que lo culparon de llevar a la muerte a más de 2.000 personas por el uso de amianto en Italia. El dictamen de su sentencia fue una condena de 12 años y millones de euros en compensaciones.
El material de construcción era utilizado como aislante térmico, pero fue prohibido en el país europeo en 1992 por el riesgo a la salud que supone. Esta tendencia continuó en todo el continente por causar graves enfermedades como cáncer de pulmón, daños a el tórax y al abdomen. El amianto o asbesto es un grupo de seis minerales fibrosos que se desprenden y sus restos son absorbidos por el sistema respiratorio de las personas.
El juicio contra el empresario suizo comenzó a mediados de 2013 pero su condena llevó más de 10 años porque en el país europeo se suelen agotar todas las instancias de apelaciones ante estos casos. La justicia ordenó a Schmidheiny a cumplir una condena en prisión y a pagar 50 millones de euros al Ayuntamiento de Casale, 30 millones al Estado italiano y cientos de millones a las familias de las víctimas.
Stephan Schmidheiny, el multimillonario que terminó en prisión acusado de provocar la muerte de más de dos mil personas
El multimillonario nació en 1947 en Suiza, como parte de la cuarta generación de una de las dinastías más importantes del país. Su posición le permitió ingresar a los mejores establecimientos educativos y obtuvo su doctorado en Derecho en la Universidad de Zúrich en 1972. A pesar del ámbito de su formación, Schmidheiny inició su carrera en los negocios familiares y prontamente se convirtió en CEO del Grupo Eternit Suiza.
El éxito del suizo al frente del conglomerado le permitió diversificar su capital en mercados de banca, bienes de consumo, energía y tecnología hasta que desembarcó en la construcción con Eternit. Se estima que con esta compañía provocó 2.191 muertes, a pesar de que sus consecuencias siguen afectando a cientos de italianos y que sus agudos cuadros podrían causar la muerte de muchos de ellos en 2025.
Tras la sentencia al multimillonario, la asociación de víctimas Osservatorio Nazionale Amianto declaró: «Este veredicto refuerza la batalla de las víctimas y sus familias en pos de un mundo sin asbestos y sin esa sed de beneficios que sacrifica vidas humanas». Las victimas son más de 6.000 personas que eran empleados o vivían cerca de las fábricas de Schmidheiny.