En el este ecuatoriano el río Coca sufre una acelerada erosión que pone en peligro a las poblaciones aledañas. Diversos estudios apuntan a la construcción de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, a cargo de la empresa china Sinohydro, como la causa de un proceso que ya secó una cascada, dejó a pueblos incomunicados y podría causar estragos socioambientales aún mayores.
En la provincia de Napo, en la Amazonía ecuatoriana, un inmenso cráter se abrió en febrero de 2020 y desde entonces devora el paisaje del hermoso valle del alto Coca. En esa zona del este del país, árboles de 500 años y otros más jóvenes son lanzados de cabeza al abismo donde el rugido del río Coca los engulle. Se escucha el crujido de las rocas al desprenderse de la tierra, hierven en un incendio invisible hasta desintegrarse como polvo. Sus raíces se aferran al aire.
La fuerza del agua vence la resistencia de arcillas y limos cuya edad es de 19.000 años. Arenas, gravas, cantos y bloques son acarreados, disueltos y suspendidos. Por dentro, el caudal no se ha apaciguado. El río Coca busca recuperar el punto de equilibrio produciendo el socavamiento del margen izquierdo. ¿Es un fenómeno natural? ¿O fue alterado por la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair (ubicada en las nacientes del río Coca, en la provincia de Napo)?