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Respuesta al artículo “Los niños de la cola vuelven a Barcelona”, de Joan Cortadella en El Periódico

La incapacidad de los medios de comunicación para tratar ciertos temas sociales

Fuentes: Rebelión

Harraga es una asociación que trabaja con los niños de la calle de la ciudad autónoma de Melilla, realizamos distintas líneas de actuación encaradas a controlar el consumo, realizar un acompañamiento en la situación de calle y denunciar las vulneraciones de derechos de los niños. El pasado 18 de Abril El Periódico publica un artículo […]


Harraga es una asociación que trabaja con los niños de la calle de la ciudad autónoma de Melilla, realizamos distintas líneas de actuación encaradas a controlar el consumo, realizar un acompañamiento en la situación de calle y denunciar las vulneraciones de derechos de los niños.

El pasado 18 de Abril El Periódico publica un artículo sobre la aparición de los niños de la cola a los que tienen el atrevimiento de llamarles «Chemkar», palabra árabe que significa delincuente con una connotación terriblemente negativa, y que ponemos en duda que, en su tierra natal estos niños sean conocidos de esta manera, hay muchos términos para definirlos como «Harraga» que viene a decir algo como «el que quema fronteras en busca de un futuro mejor» término muy diferenciado del que se emplea en el artículo. Al fin y al cabo, niños.

Les acusan de estar desarraigados, ser adictos al pegamento y robar teléfonos y bolsos, «se lanzan a robar con absoluto descaro. Se saben impunes, subraya una fuente policial», generalizaciones para tratar un tema tan complicado como es el de los niños escapando de una institución que no entiende como propia, niños que han pasado años en la calle, principalmente en su proceso migratorio, que no confían en un sistema pensado para lucrarse de la pobreza y encuentran el cariño y reconocimiento en el grupo de iguales. Un grupo que los adultos y los «grandes profesionales» consideran «nocivo para el menor», Harraga trabaja la adicción al pegamento y los grandes logros vienen por parte del grupo de iguales, concienciar a los chavales sobre los riesgos y la necesidad de cuidar de los pequeños es imprescindible.

Consideramos que utilizar un lenguaje tan sesgado y terriblemente prejuicioso para hablar de los niños, denota la poca capacidad de los medios de comunicación para tratar ciertos temas sociales, en Melilla diariamente aparecen titulares sobre los MENA y sus maquiavélicas vidas, periódicos como el Melilla Hoy o El Faro Melilla emplean titulares de este calibre: «El presidente advierte que cientos de MENAS quieren entrar en Melilla», «La AUGC denuncia que hay 400 MENAS en la calle y pide a la ciudad que actúe», «Dos educadores de la calle a la caza de MENAS en la puerta de bares y supermercados», los medios de comunicación son el mero reflejo de un pensamiento colectivo además de generar opinión, en esta sociedad en la que la información es el arma más poderosa, el rechazo a la persona migrante llega también a los niños.

La idea xenófoba de que «rechazan» las migajas que Occidente deja para ellos, está constantemente presente, si hay niños que escapan de un sistema de protección, algo pasa en dicho sistema, algo hay que cambiar, de nuevo tendemos a pensar que son ellos los que no se adaptan, que son ellos los que no quieren las migajas de Occidente (las cuáles ofrecemos con total orgullo).

Gracias a Zainaba por dar un toque de cordura al artículo, «lo que necesitan son una familia», una sociedad capaz de acoger, capaz de criar, un barrio que cuide y trabaje conjuntamente. José Palazón repite constantemente una frase en su lucha incansable por los niños migrantes de Melilla: «Cuando un niño llega solo a un país, pasa a ser un niño de todos».

La criminalización es el camino más fácil, en Melilla la gente se organiza para salir a dar palizas a los niños de la calle ante una mirada indiferente por parte de la sociedad, este extremo no está tan lejos… simplemente hay que dejar entrar en nuestras cabezas el odio hacia el que viene de otra tierra, hacia «El que no se adapta» y que los medios de comunicación refuercen esta idea, aquí está la mezcla perfecta para dejar de ver niños y ver a «Chemkar», delincuentes que amenazan nuestro bonito sistema de bienestar.

Asociación Harraga

#nadavalesihayunniñoenlacalle

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.