En recuerdo de las víctimas y sus familiares y amigos. Contra los verdugos y sus cómplices. Ninguno de los ingenieros, los físicos o los técnicos que crearon la bomba atómica que luego lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki se arriesgó a que se le pudrieran las mandíbulas. Del mismo modo podemos hablar de las lesiones y […]
En recuerdo de las víctimas y sus familiares y amigos. Contra los verdugos y sus cómplices.
Ninguno de los ingenieros, los físicos o los técnicos que crearon la bomba atómica que luego lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki se arriesgó a que se le pudrieran las mandíbulas.
Del mismo modo podemos hablar de las lesiones y el sufrimiento que acarreó el asbesto. El mundo occidental sigue exportando buques para desguazarlos en la India, por ejemplo. Buques llenos de asbesto. Y los trabajadores que se encargan de ello no suelen tener acceso ni siquiera a una simple máscara. Muchos de ellos mueren de asbestosis.
Las fibras microscópicas que libera el asbesto entran en los pulmones y al final se extienden formando una gruesa capa que impide que los trabajadores puedan respirar con normalidad. Muchos de los afectados aseguran que se sienten como si se estuvieran asfixiando muy despacio. Un trabajador de la mina australiana de Wittenoom decía que era como si «le llenaran los pulmones de cemento líquido».
Ocurre una y otra vez y ocurrirá siempre. El hombre pone en marcha nuevos proyectos sin tratar de hallar la cara oscura que puedan ocultar.
El riesgo existe siempre. Y cuando se presenta, puede desencadenarse una catástrofe desproporcionada… Es facilísimo correr riesgos cuando está en juego la vida de los demás.
Henning Mankell (2014)
Se auto-engañan, por ejemplo, quienes, por temor a perder el puesto de trabajo, se acogen de forma acrítica al mantra patronal del pretendido uso seguro y controlado del crisotilo. Se auto-engañan igualmente, quienes, con tal de no ver perjudicadas en sus intereses económicos a sus empresas, de las cuales son sus directivos, asumen que «no será para tanto», a despecho de las palmarias evidencias de todo lo contrario.
Es una auto-defensa psicológica, para «ir tirando», y para aguardar a que, con algo de suerte, las encrespadas aguas sindicales, del ecologismo, y de los expertos honestos, se encalmen entre la saturación, el cansancio, el relevo generacional, etc.
Francisco Báez Baquet (2016)
La Historia nos tiene demostrado que mientras la gestión de los riesgos ha quedado en las manos, exclusivamente, de los expertos, los problemas reales e importantes, han sido sistemáticamente desdeñados, ocultados o minimizados, en términos generales; entren todos, y sálvese el que pueda. Incluso el hábito de honestidad, neutralidad y rigor científico, a veces les ha jugado una mala pasada, porque no concebían, o no acababan de creerse, que pudieran haber intereses económicos que estuvieran mediatizando o tergiversando las aparentes conclusiones de unos científicos, que en algunos casos después se ha podido constatar, fuera ya de toda duda posible, que su discurso tenía truco, porque había una remuneración oculta de por medio; ejemplo clamoroso, y muy doloroso, el del doctor Wagner, descubridor del nexo causal entre mesotelioma y amianto….
Francisco Báez Baquet (2016)
El 64% e todos los cánceres ocupacionales tienen como causa o concausa al amianto, aún hoy en día que está prohibido en 55 países
Paco Puche (2016)
A manera de preámbulo, dos breves comentarios. Hoy el tema central es otro.
El derecho de huelga existe. Detrás de él, como es sabido, una larga historia de luchas y sacrificios. Existe de forma generalizada. No sólo para las trabajadoras de Telefónica, pongamos por caso, sino también para las trabajadoras del metro barcelonés. Una forma de menospreciar y liquidar ese derecho -insisto: derecho- es decretar unos servicios mínimos (y obligatorios) del 65%. Fue el caso el pasado miércoles, 24 de febrero. La medida está en el más que poblado debe anti-obrero del gobierno catalán, de Junts pel sí (¿la CUP, por cierto, sigue apoyando ese gobierno?). Otra forma de atacar este derecho obrero es realizar declaraciones con la finalidad de desprestigiar al movimiento y la huelga, calculando sesgadamente supuestos sueldos medios -e informando con luz y taquígrafos esta vez- o intentando dividir la unidad sindical conseguida por el comité de empresa apuntado a la radicalidad irracionalista de determinados sindicatos.
No ya desde una perspectiva de clase (noción que debe sonar a consigna del Paleolítico a los oídos de cierta izquierda posmoderna, eso sí, muy democrática y participativa según dicen y se dice), no ya desde esa perspectiva, decía, sino desde coordenadas básicas de justicia y racionalidad, la actuación del gobierno municipal de la ciudad (una ciudad que algunos desean que siga siendo la «millor botiga del món», la ciudad de los negocios), gobierno cuyas limitaciones nadie desconoce ni olvida, sin hablar de utopías deseables, grandes avances ni mucho menos de tomas de (doble) poder, desde estas coordenadas básicas la nota está lejos del suficiente. Muy, muy lejos. La decepción (que puede y debe corregirse) es comprensible.
La segunda nota, más breve aún. El actual alcalde de Girona, don Albert Ballesta, el no sé cuantos de la lista de CDC en las elecciones municipales de mayo de 2015, el sucesor del president Puigdemont, ha pactado -puntualmente por el momento- con el PP y Ciudadanos (organización, esta segunda, con la que comparte CDC grupo parlamentario europeo). Para subirse el sueldo. Salvo error por mi parte, 73.000 euros, unos 6 mil euros mensuales. Como contrapartida CDC impulsará proyectos de ciudad que PP y Ciudadanos consideran imprescindibles. La desconexión de España y de los partidos españoles sigue avanzando, a velocidad de la luz. ¡Están tan pero tan de acuerdo en lo que ellos consideran más básico!
Cojo el hilo de la sabatina y del tema de esta semana.
Lo esencial -por si les aburro de entrada (o de salida) o por si no pueden leer en pantalla mucho rato- es hoy lo siguiente: no se pierdan, no debemos perdernos el «Salvados» de este próximo domingo 28 de febrero, en la Sexta, a las 21:30. Está dedicado a una de las industrias más criminales de la historia de la humanidad. No exagero ni un nanomilímetro, de verdad. Por favor, escriban, llamen, hablen con sus amistades y amigos y díganlo en sus organizaciones y colectivos, casi como si se tratara de una acción militante. Sugiéranles que vean el programa, de 21:30 a 22:30. ¡Media España (republicana) o más debería verlo (la otra media en diferido si no les fuera posible el domingo)! Se lo debemos a las víctimas, a sus familiares y amigos. Sigamos con el tema el lunes (y el martes y el miércoles…) en nuestros lugares de trabajo, de estudio o de encuentro.
Lo que les acabo de decir, un compañero-maestro directamente implicado, Paco Puche, lo ha dicho así:
«Darle difusión es hacer algo por la causa de los afectados por el dichoso mineral, piedra filosofal de cinco o seis grandes magnates (mangantes) que hicieron inmensas fortunas a costa de la vida y salud de millones de personas (trabajadores, familiares y meros vecinos). Hoy convertidos en filántropos (caso AVINA). Y el peligro sigue acechando a todos pues las «uralitas» siguen campando por sus respetos por todas partes, especialmente en colegios, en donde su letalidad es mayúscula».
Dirán tal vez que este asunto no tiene nada que ver con lo normalmente tratado, el gran tema-monotema de todas las semanas, que les doy esta vez judías estofadas por legumbres cocidas y ustedes, razonablemente (los planes antidemocráticos de secesión continúan), quieren legumbres. Pero no es el caso si lo pensamos bien. También aquí, en .Cat, el amianto debería ser una parte muy sustantiva de las temáticas que deberían importarnos a todos, especialmente a las clases populares. Todos los días de la semana, del mes y del año. La acumulación de muerte y sufrimiento así lo exige. Nos ha ido y nos va la vida en ello, como diría Silvio Rodríguez.
Algo que también es básico: la referencia, el recuerdo, el homenaje, a personas y colectivos que han hecho todo lo posible y algo más, con los riesgos que este tipo de apuestas suelen conllevar, para abonar y documentar la resistencia y enfrentamiento a esta industria del crimen y del beneficio a costa de lo que sea. En muchos casos, dejándose la piel, la salud, el corazón y muchos, muchos años en ello.
Los olvidos me asaltan (aunque, por supuesto, no quiero que aquí habite olvido alguno). Siento no ser un buen conocedor del tema, discúlpenme los errores.
Algunos nombres imprescindibles: Ángel Cárcoba Alonso, Paco Báez Baquet, Paco Puche, y muchos otros. Igualmente, desde luego, CCOO, CGT, otros sindicatos y el Col.lectiu Ronda. Por supuesto también: los colectivos de personas afectadas, y sus familiares y amigos, más los activistas sociales en general.
Una referencia bibliográfica obligatoria:
Ángel Cárcoba Alonso & Francisco Báez Baquet, «CCOO EN LA LUCHA CONTRA EL AMIANTO Y EN DEFENSA DE LAS VÍCTIMAS. Más de doscientas anotaciones, para reflexionar». Fundación 1º de Mayo Colección CUADERNOS, NÚM. 35 -ISSN: 1989-6372 http://www.1mayo.ccoo.es/nova/files/1018/Cuaderno35.pdf>
Un libro imprescindible, que no deberíamos dejar de consultar siempre que podamos: Francisco Báez Baquet (con la colaboración d Ángel Cárcoba Alonso), Amianto: un genocidio impune, Málaga, Promotora cultural malagueña, 2014. ¡No se lo pierdan! ¡Vale su peso en información rigurosa, perspectiva crítica y sensibilidad! [1]
Otro más, muy reciente, entre muchos posibles: Rober Amado, Peregrinos del amianto. Libros.com (A contraluz), 2015
Me dejo muchos nombres y a mucha gente en el tintero, lo siento. No hay propósito alguno de olvidarme de nadie. Discúlpenme los errores.
Me centro en el «mensaje», el único de este fin de semana.
Sin embargo, ha señalado Roberto Saviano («El libro en el escondite de El Chapo» [2]) más allá de las conjeturas, lo que de verdad ha sorprendido a todos, pero lo que se dice a todo el mundo, ha sido la constatación de que un jefe criminal puede leer. «¿De verdad creía el mundo que los jefes de las organizaciones criminales eran meras bestias interesadas exclusivamente en sus sangrientos manejos? Pues se trata de una lectura superficial, muy alejada de la complejidad de la vida real».
El perfil de los jefes de las principales organizaciones criminales, señala el autor y activista italiano, «se asemeja mucho más de lo que pensamos al de los consejeros delegados de cualquier respetada empresa internacional». La diferencia estriba a menudo «sólo en el recurso a la violencia, pero la lógica de sus inversiones, las estrategias de «ataque» contra sus rivales y los métodos de adquisición de consensos, son casi idénticos». Una de las razones por las que las series y las películas sobre criminales obtienen tanto éxito entre el público, conjetura Saviano, «no estriba en la fascinación por el mal, sino en el hecho de que las personas perciben de algún modo su afinidad con los capos y reconocen en las despiadadas reglas de la violencia, en la obsesión por el crecimiento económico, en la jerarquía de valores y en sus estrategias, mecanismos que son típicos de las relaciones sociales al desnudo, es decir, leídas sin fingimientos».
En el cine de criminales, señala, «el espectador ve de alguna manera su propia vida sin mediación alguna; falta el filtro de la ley, dado que las mafias se rigen por sus propias normas, que parecen adherirse a la realidad sin hipocresías: todos quieren el dinero, quienes tienen el poder lo consiguen, quienes no lo tienen tratan de obtenerlo en una guerra silenciosa de todos contra todos. Y ya está». El resto no existe, «se deja a un lado el respeto hacia la vida humana». Y sin embargo, concluye en este punto, «todo se parece dolorosamente a la vida de verdad, como si las películas de criminales nos enseñaran un nivel primordial, más auténtico, de las relaciones cotidianas»
¿Exagera Roberto Saviano? ¿Se pasa dos años-luz y medio más? ¿Los jefes de las principales organizaciones criminales se asemejan mucho más de lo que pensamos a los consejeros delegados de cualquier respetada (y poco respetable) empresa internacional? ¿De verdad de la buena, de las que gustaba a Agamenón? Puestos, ¿se asemejan o son superados por estos segundos? Veamos, comparemos lo que sabemos o intuimos de los primeros con lo que nos contaba Paco Puche en 2014 sobre propietarios y ejecutivos de una «gran empresa multinacional», del amianto en este caso.
«La intencionalidad ha quedado también demostrada en el proceso de Turín que, en junio de 2013, ha condenado a Schmidheiny a 18 años de cárcel. Como he relatado en otro lugar a propósito de este juicio se puede decir que «con mucho, lo más importante ha sido el descubrimiento de que Stephan Schidheiny tenía perfecto conocimiento de la letalidad del trabajo con amianto y que a pesar de eso continuó con el negocio».
¡Perfecto conocimiento de la letalidad del trabajo con amianto y que a pesar de eso continuó con el negocio!
Continúa Paco Puche:
«En efecto, el tribunal ha demostrado cómo en la conferencia de Neuss celebrada en Alemania en 1976, S. Schmidheny, ante una audiencia de unas 30 personas todos ellos gerentes de sus empresas Eternit en Europa, dijo que él sabía que el asbesto era nocivo y peligroso para la salud, que ellos debían ser conscientes de ello, pero que si otras personas se hacían también conscientes, tendrían que cerrar o tomar medidas económicas al respecto».
Por lo tanto, todas nuestras antenas alertas, «advirtió a sus directivos que había que medir muy bien el tipo de información que se daba, decir que el asbesto no era perjudicial y que, en cualquier caso, no causaba la muerte, dado que su riesgo podía ser controlado. Por ello, obviamente, la sentencia le acusa de «desastre intencionado»».
Por esta razón, no se pierdan esta última reflexión, «el Presidente del Tribunal ha comparado a Schmidheiny con Hitler. En efecto, durante la tercera audiencia celebrada el 19 de febrero de 2013, el juez Ogge comparó la estrategia de Eternit con la estrategia nazi de deportar judíos a Madagascar (1939 a 1941), un plan que más tarde fue reemplazado por las deportaciones a los campos de exterminio. La prensa era muy contundente en sus comentarios, decía: «paralelo entre Schmidheiny y Hitler». Así lo recogía la Stampa de Turín al día siguiente de las declaraciones del presidente del tribunal».
¡El Presidente de un Tribunal italiano comparó a Schmidheiny con Hitler!
¿En esas estamos? Sí, en esas estábamos y estamos.
¿Y todo esto qué tiene que ver con .Cat y la actual situación política catalana y española? Mucho, aunque por supuesto también debería merecer nuestro atención si la relación fuera más débil o incluso inexistente.
Para empezar, vean este video del Col.lectiu Ronda cuando les sea posible: «Units contra l’amiant» (no hace falta traducir). Está en la red. De obligada visión en nuestros institutos, escuelas y facultades. ¡Difúndanlo por favor!
Luego podemos seguir pensando en Cerdanyola del Vallès o en Castelldefels, ciudades-pubelos muy de aquí, muy de casa nostra, y en el inmenso sufrimiento causado. También en el que vendrá.
Igualmente en los trabajadores, familiares y vecinos, que han sufrido lo indecible y que han fallecido en estos últimos años sin conocer la causa real de su muerte. Del mismo modo, claro está, en las personas, en los compañeros que morirán en el futuro a causa de esa gran ¡emprenduría industrial!.
La conspiración de silencio, de la que nos habla Paco Baez en su libro, también se registra en nuestro ámbito. ¿Cuántas noticias sobre el tema, cuántas informaciones en nuestros medios televisivos y radiofónicos? ¿Les sobran dedos de sus manos? ¿Siete, ocho, tal vez nueve?
¿Hemos sido, somos conscientes de la situación? ¿Debemos seguir como hasta ahora?
¿Qué clases sociales, qué grupos sociales son y han sido los más afectados? ¿No es obvio? ¿Se imaginan qué se diría, que diríamos si afectara a otros colectivos más exquisitos?
¿Nos importa, también en este caso, que las víctimas sean de aquí… o de allí? ¿Alguien siente menor dolor y rabia si las víctimas son de Andalucía, País Vasco o Galicia que si son aragonesas o catalanas?
¿Han existido o no han existido capitalistas catalanes implicados en este negocio criminal? Pues claro, por supuesto que sí. Somos la Alemania del sur. ¿No recuerdan? Un ejemplo:
SLA: La séptima tiene como referencia los trabajadores forzados de un campo de trabajo, en el Berlín nazi, relacionado con DAZAG, una empresa alemana del grupo Eternit. ¿Nos explica esta referencia? Creo que en esa empresa invirtieron capitalistas catalanes.
FBB < Paco Báez>: Este es un caso enteramente similar al anterior, con el matiz de que aquí no estamos ante ninguna suerte de presos comunes, sino estrictamente ante presos políticos o ideológicos, como era el caso de judíos, gitanos, homosexuales, prisioneros de guerra, débiles mentales, etc. En el Consejo de Administración de DAZAG, efectivamente, se sentaba José María Roviralta y Alemany, en representación del paquete accionarial en manos de «Roviralta y Cia.», la antecesora de «Uralita», en cuyo capital mantuvo su participación, después de la absorción.
También en este caso:
¡Menudo ojo el mío! ¡Vaya puntería histórica!
En el caso concreto del amianto-cemento -el uso industrial más importante-, lo hizo al propio tiempo que se creaba la primera industria de esa rama de actividad, la antecesora de Uralita, Roviralta y Cia., en la primera decena del siglo XX.
¿Roviralta y Cía? ¿Quiénes son esos Roviralta?
Fue la empresa que inició la industria del amianto-cemento en España, instalando la fábrica primera, en Cerdanyola (Barcelona), y siendo después absorbida por su continuadora, Uralita, en cuyo capital siguió participando. En la sesgada visión de algún historiador local, con afinidades nacionalistas, los Roviralta vendrían a representar al empresariado catalán, ilustrado, progresista y emprendedor, mientras que los March, que «se adueñaron» de su negocio, vendrían a representar al capitalismo rapaz y depredador, poco o nada respetuoso con el medio ambiente y con la salud de sus trabajadores y clientes. Ese maniqueísmo no se corresponde, en absoluto, con las evidencias disponibles. Baste señalar, por ejemplo, la presencia del apellido Roviralta en la alemana DAZAG, determinando en su día la atención del servicio secreto norteamericano en Madrid, en la década de los años cuarenta del pasado siglo. De ello existe evidencia documental, hoy ya accesible a la generalidad de las personas… que saben cómo buscarla.
Lo sabido por todos: los principales explotadores, opresores y esclavistas de las clases populares catalanas han sido los «grandes hombres de negocios» del país, las 400 familias con mando en plaza, asociadas por supuesto a los empresarios y emprendedores sin escrúpulos del resto de España y con el capitalismo internacional. Elemental. Como si habláramos y dijéramos que el siguiente de 4 es impar. Aunque, según la segunda autoridad del país, la señora Carme Forcadell-12-mil-euros mensuales, son los españoles y España quienes explotan a los catalanes y a Cataluña.
Así, pues, sin más historia que contar: ¡Por favor, léanlo (aunque sea a medias o a un tercio) y pásenlo a sus contactos si les parece! ¡Consigamos que más de media España vea el «Salvados» de este próximo domingo 28!. ¡Adelante compañeros, adelante compañeras!
PS. Un pequeño comentario crítico, entre amigos, entre colegas. No todo el mundo puede aparecer en un documental de apenas una hora de duración. De acuerdo, de acuerdo. Pero sé que dos personas, maestros de muchos, Francisco Báez Baquet y Ángel Cárcoba Alonso no aparecerán en el programa del domingo. Deberían haber aparecido. Por justicia, por reconocimiento, por la admiración a ellos debida. Les debemos, además, un homenaje, un homenaje que probablemente ellos no aceptarán. La modestia suele ser la virtud central de las personas comprometidas e imprescindibles.
Notas:
[1] Discúlpenme por la autocita pero el mérito, todo él, es del entrevistado: También este libro de conversaciones puede merecer su atención: DESVELANDO EL SILENCIO SOBRE EL AMIANTO. CONVERSACIONES CON FRANCISCO BAÉZ BAQUET sobre Amianto: un genocidio impune (y algunas temáticas afines) Editor. Salvador López Arnal
[2] El País, 22 de febrero de 2016, p. 6.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.