Cuando faltan apenas algunas horas para que se celebre en la Plaza de la Revolución el Concierto «Paz sin Fronteras», auspiciado por el cantante colombiano Juanes y un numeroso grupo de artistas cubanos y extranjeros, algunos sectores de la mafia miamense han hecho gala de una furibunda histeria contra el mismo, emulando con las hordas […]
Cuando faltan apenas algunas horas para que se celebre en la Plaza de la Revolución el Concierto «Paz sin Fronteras», auspiciado por el cantante colombiano Juanes y un numeroso grupo de artistas cubanos y extranjeros, algunos sectores de la mafia miamense han hecho gala de una furibunda histeria contra el mismo, emulando con las hordas hitlerianas de Goebbels y con los fascistas de las pasadas dictaduras militares de Chile, Argentina, Uruguay y otras naciones de América Latina. Esta vez, aunque por supuesto no fue el arrebato desenfrenado de la incineración de libros y la persecución y detención de artistas y personas progresistas, la horda intolerante de Miami emuló por su demencial intransigencia con sus pasados predecesores extremistas.
Con la usual histeria a la que nos tienen acostumbrados grupúsculos como el MAR, Vigilia Mambisa, el Consejo por la Libertad de Cuba, la Fundación Nacional Cubano Americana y otros, capitanes de la intolerancia y la agresividad ideológica contra la Revolución Cubana, reaccionaron de forma descompuesta ante el anuncio del citado concierto en la Habana.
El 2 de septiembre de 2009, Vigilia Mambisa anunció el inicio de diversos shows propagandísticos para manifestar su crítica a las legítimas y puras intenciones del artista colombiano de organizar tan hermoso evento. Con sorna, nacida de su intolerancia y dinosáurica frustración, usaron epítetos diversos para agredir al cantante. Días después, el 5 y 6 de este mes. Un reducido grupo de estos personajes se situó frente al restaurante Versailles, sito la 36 Avenue y la 8 Street, del South West, en la Pequeña Habana. Movidos por un incontrolable paroxismo se dedicaron a destruir los CD del cantante colombiano a golpe de martillo y a quemar una camisa negra alusiva a una de las canciones de Juanes. Con improperios incontrolables, tildaron a éste, así como a Olga Tañón y Miguel Bosé como traidores.
Si grotesca fue la demostración del reducido grupo de intolerantes de Miami, los que llegaron incluso a contratar innecesariamente una aplanadora para destruir los discos de Juanes, no menos intolerantes fueron las declaraciones de varios personajes de la ultraderecha terrorista de Miami.
El 16 de septiembre cinco grupos de la extrema derecha de Miami, el Partido Liberal Cubano, la Junta Patriótica Cubana, la Asociación de Músicos Cubanos Libres en el Exilio, la Asociación Patriótica José Martí y el Instituto Panamericano por la Democracia, emitieron una carta en oposición al concierto, sumándose a la alharaca anticubana protagonizada por Vigilia Mambisa unos días antes.
Por su parte, la terrorista Ninoska Pérez Castellón, a nombre del clon de la FNCA, el Consejo por la Libertad de Cuba (CLC), se opuso abiertamente al encuentro de los músicos por la paz. Lo mismo hicieron Orlando Gutiérrez, secretario nacional del Directorio Demócratico Cubano (DDC) y los representantes de la mafia en el congreso norteamericano Ileana Ross Lethinen y Lincoln Días Balart.
Para quien piense que este capítulo de intolerancia es algo inusual en Miami, baste recordar algunos hechos que demuestran que los extremistas de esta ciudad, minados por el odio enajenado e irracional hacia Cuba y a su pueblo, siempre han asumido una actitud de oposición hacia la cultura cubana. Prueba de ello ha sido su permanente oposición a la asistencia de artistas cubanos a los Grammy
Existen otros hechos que demuestran que la mafia terrorista de Miami se ha propuesto atacar de manera sistemática a la cultura cubana entre uno de sus objetivos más concretos:
(1979) Agresión armada contra los espectadores que veían la proyección del filme cubano Memorias del subdesarrollo.
(1989 y 1990) Estos años sellan la década de impunidad del terrorismo anticubano con la explosión de una potente bomba en el Museo Cubano de Arte y Cultura.
(1996) Estalla bomba en el Centro Vasco ante la actuación de la cantante cubana Rosita Fornés.
(1998) Amenaza de bomba contra centros nocturnos en los que actuarían artistas cubanos como Compay Segundo y Manolín «El médico de la Salsa». Las amenazas se consumaron con la explosión en Amnesia, centro nocturno de Miami Beach, de un medio incendiario.
Cuando está a punto de realizarse el maravilloso contacto del pueblo cubano con los artistas que apostaron por él, ofreciéndole su voz y su música, bajo el sol acogedor del Caribe, a la mafia de Miami solo le queda crispar sus puños con resignación. Para ellos el bochorno y la vergüenza de haber sido protagonistas de un capítulo émulo del más execrable fascismo. Para el pueblo cubano, legítimo merecedor de la paz y de la amistad, un bello momento de disfrute y hermandad.