El proyecto cooperativo de Marinaleda, símbolo de un modo colectivo de entender la agricultura, se encuentra bajo amenaza como consecuencia de una decisión de la Junta.
“Nosotros lo que queremos es trabajar, que nos dejen tranquilos y que la tierra sea de Andalucía, que no sea de nadie”, Manolo Martín lleva desde el origen, en 1990, en la Cooperativa de Marinaleda en la Finca el Humoso. Más de 30 años dedicados a convertir un terreno seco y sin apenas uso en una explotación agrícola que diera sustento al pueblo. Martín, como muchos de sus vecinos, tuvo que emigrar a hacer temporadas antes de la década de los 90 a otros puntos del Estado español para poder llevarse comida a la boca: “mi ilusión era no tener que emigrar y aquí estamos. Mi familia vive de esto, y yo me voy todas las noches a dormir a mi casa”.
Manolo es el encargado de la Almazara y enseña orgulloso la maquinaria y los procesos que transforman los olivos de la finca en aceite: “Para mí esto es un orgullo, éramos el pueblo más pobre de Europa y ahora tenemos este rinconcito con el que estamos dando trabajo a la comarca en la medida que podemos”.
Un rinconcito que se encuentra al borde de la desaparición tras una decisión de la Junta de Andalucía ratificada por el TSJA el pasado 13 de febrero. Lo que el gobierno andaluz quiere es vender, a precio de mercado, la finca colectiva. “Yo le pediría a la consejera que por favor se lo pensase, nosotros no hemos hecho nada malo como para que nos quieran echar de aquí”, se queja Martín con rabia.
A pesar de que la sentencia pone como comprador prioritario al Ayuntamiento del municipio, el problema es el precio al que pretenden vender la Finca, aproximadamente a 30 millones de euros. “Eso es inasumible para un Ayuntamiento como el nuestro, que tiene de presupuesto cuatro millones de euros anuales”, comenta a El Salto Diario, Sergio Gómez Reyes, actual alcalde de la localidad.
Las 1.200 hectáreas de El Humoso dan trabajo de forma continuada a más de 50 familias y genera además 700 jornales anuales, entre temporadas y picos de trabajo. En una localidad de apenas 2500 habitantes. “Esto lo hemos creado nosotros, esto antes no estaba”, comenta frente a un gran cultivo de alcachofas Antonio Romero encargado del campo y cooperativista desde los inicios del proyecto.
Maricarmen Rodríguez Saavedra es concejala del Ayuntamiento, y esta mañana, como siempre que hay faena, se encuentra trabajando en el campo recolectando alcachofas: “Esto es el pulmón de Marinaleda, lo que nos tapa la hambre al pueblo entero”. Saavedra apoya la mano sobre su azada y expone: “gracias a tener El Humoso hemos dejado de emigrar, el pueblo tiene más cosas y la gente más bienes. Sería lo último si nos desalojan, lo vamos a defender con nuestra vida si hace falta”.
Romero además reitera: “El problema es que esta gente está loca, porque no tiene sentido ninguno que quieran venderle todo a un tío que ponga cultivo intensivo y no de trabajo ninguno, con la de trabajo que esto está dando”. El cooperativista apaga su cigarro y se sube a su coche: “además que aquí el dinero no se lo lleva nadie, que el dinero que sale de aquí es para crear empleo y para poner las cosas en funcionamiento. Aquí no repartimos dinero, solo sueldos para el que viene a trabajar”.
Además de la Almazara y el campo, la cooperativa cuenta con una fábrica que hace conservas con los productos recolectados, especialmente alcachofas y habitas. En una nave a las afueras del pueblo, decenas de personas trabajan envasando y preparando los productos. Las distintas comisiones que componen todas las patas del proyecto se reúnen semanalmente para hablar de las necesidades y coordinarse.
“Somos un equipo, todos luchamos por lo mismo, todos tenemos los mismos valores y mucha comunicación. Sin el campo esto no funciona. Es un sentimiento muy bonito pertenecer a este tipo de proyecto. Saber también que estoy poniendo mi granito de arena con el pueblo”, cuenta Verónica Tejada, que trabaja como administrativa en la envasadora de la cooperativa desde hace cinco años, siendo este su primer empleo tras acabar los estudios.
El pulmón de Marinaleda
La incertidumbre planea sobre las envasadoras y las azadas que trabajan diariamente en Marinaleda. El pasado jueves 22 de febrero, Juanma Moreno Bonilla alegaba en una sesión parlamentaria que: “El modelo de Marinaleda no me parece precisamente que sea un modelo de progreso, de avance y que sea pionero en términos económicos y sociales”.
Óscar García Jurado, economista y asesor de la Cooperativa, sostiene que el proyecto es “un modelo de éxito, de desarrollo, que fija población al territorio” y que este tipo de fincas las está vendiendo La Junta “a Fondos de Inversión con fines especulativos”.
La Junta de Andalucía compró en 1991 la Finca de El Humoso, a través del IARA (Instituto Andaluz de Reforma Agraria), para que fuera usada por la cooperativa de Marinaleda en régimen de cesión. Una expropiación que se realizó gracias a los años de lucha de las vecinas y vecinos de la localidad.
En 2010 el PSOE desmanteló el IARA y comenzó la privatización de las fincas que tenía en propiedad la Junta de Andalucía a través de la Ley de reestructuración del sector agrícola en Andalucía promulgada en 2011. “Fue una ley que privatizó la tierra en Andalucía y las cooperativas que tenían cesión de uso del terreno fueron desapareciendo, la tierra de ser un bien común pasó a ser una fuente de especulación y enriquecimiento para unos pocos”, explica García Jurado. La cooperativa de Marinaleda en El Humoso es el último proyecto de esta índole que ha sobrevivido, por ahora.
“La única solución pasa por que la Junta cambie el decreto que nos obstaculiza el acceso a la tierra y nos la venda por un precio asumible”, explica el alcalde de la localidad. El pasado lunes 19 de febrero el alcalde tenía programada una reunión con la consejera de agricultura, Carmen Crespo, para hablar sobre la cuestión. La consejera no se presentó al encuentro.
Gómez expone que “agotaran todas las vías del diálogo” para solucionar la problemática. Sin embargo, el tiempo apremia y cada día que pasa la posibilidad del desalojo de la finca se encuentra más cercana. “El Humoso es nuestra razón de ser, vamos a llegar a donde tengamos que llegar para defenderlo”, ha sentenciado el regidor.