El 9/03/2021, en sentencia nº 85/2021 del Juzgado de lo Social nº 02 de Madrid, la Magistrada-Juez DOÑA MARÍA DEL CARMEN CANO MARTÍNEZ dictó sentencia correspondiente a la demanda formulada por la letrada DOÑA ANDREA MARÍA PEIRÓ ABASOLO, integrante del bufete OPAMIANTO ABOGADOS, contra CORPORACIÓN DE RADIO Y TELEVISIÓN ESPAÑOLA DE RADIODIFUSIÓN SA y OTROS, relativa a la petición de la familia del famoso presentador JOSÉ MARÍA ÍÑIGO, fallecido del mesotelioma adquirido a causa del amianto de los estudios de Prado del Rey (Madrid). La sentencia, que se puede recurrir, establece que el amianto del acondicionamiento acústico liberaba fibras que afectaban a los presentadores, los trabajadores, los invitados y el público.
El MESOTELIOMA que padeció JOSÉ MARÍA IÑIGO, provocado por el amianto, es un cáncer incurable, sin perspectiva realista de que pueda llegar a dejar de serlo en un plazo más o menos corto, que determina una muerte que no ha de demorarse más allá de unos cuantos meses a partir del primer síntoma, con horribles y espantosos dolores imposibles de mitigar.
La estrategia defensiva de las empresas demandadas siempre es la misma. Las más palmarias evidencias médicas quedan olímpicamente ignoradas, como si nunca nada hubiera sido publicado en el ámbito académico y en trabajos firmados por investigadores de indiscutible y consolidado prestigio internacionalmente reconocido.
Es así como se explica que una cuestión que podría haber quedado satisfactoriamente solventada en unas cuantas frases, sin menoscabo alguno de la verdad ni de la equidad en el veredicto habido, haya tenido que precisar de una sentencia de 21 folios.
En comunicación personal de ÁNGEL CÁRCOBA ALONSO, que fue responsable de salud laboral en CCOO, se nos informa de lo siguiente:
«En el Fondo Documental sobre Salud Laboral en España, (Referencia C22.27.1) se encuentra numerosa documentación sobre el amianto en RTVE, con las denuncias correspondientes de CCOO desde los años 80.
O sea, que es largo el recorrido implicado de escándalos, prevaricación y clientelismo. Yo visité en varias ocasiones los estudios de RNE y los estudios 1, 3, 5, 7 y 11 de TVE (Prado del Rey) acompañado por el Comité de Empresa y la jefa de recursos humanos y del servicio de prevención del ente.
Recibí presiones de todo tipo, internas y externas, desde el presidente Oliart hasta miembros del Consejo de Administración. Sobre los criterios para la contratación de empresas están los de más bajo coste. Para realizar las tareas de retirada de amianto con garantías se presentaron varias empresas, ninguna de las cuales fue contratada. Al final se concedió la licencia a la de más bajo coste, con una diferencia de hasta un 60% más barato. Dispongo de material gráfico, con los trabajadores retirando placas de amianto mientras se grababan los programas.
Así que ahora nos vienen estas noticias, que habrá que andar con cuidado, dada la actual situación que viven las televisiones públicas. Estaban tardando demasiado los buitres de las privadas en sacar a la luz este tremendo problema de salud laboral, salud pública y de impacto medioambiental.
Ojo, es la misma situación que en todos los estudios y emisoras, donde el amianto estaba y aún está como material ignífugo, sistemas de aireación, y sobre todo, anti-ruido.
Si alguien quisiera hacer un reportaje… aquí tiene la documentación. Pero es un bocado peligroso a todos los niveles.
Pues eso, que si hay que retirar el amianto en condiciones el presupuesto se dispara y los amigos se quedan sin la licencia. Pero aquí hay otros responsables. ¿Quién ha dado la autorización y el visto bueno al proyecto preceptivo? La autoridad laboral de la comunidad autónoma de Madrid. ¿A cambio de qué? ¿Seguimos tirando del hilo?
Se puede consultar nuestro anterior artículo sobre el amianto publicado en Mundo Obrero y Rebelión: Las consecuencias del amianto / Víctimas, expertos y ecologistas reclaman una Ley Integral del Amianto. Mundo Obrero, diciembre 2020/enero 2021. Rebelión, 08/01/2021.
Hay que investigar a todos los responsables
Además de todo lo antedicho, diremos metafóricamente que un pajarito se nos ha posado en el hombro y nos ha susurrado que en la SEPI -una entidad de carácter público, no lo olvidemos- sus actuales responsables están literalmente aterrados ante la previsible avalancha de demandas judiciales que se avecinan, no solamente por lo sucedido en su día en los estudios de TVE en Prado del Rey sino que también por lo que respecta al amianto instalado en los metros de Madrid y de Barcelona y en los vagones construidos en RENFE y FEVE y por parte de quienes en su momento trabajaron en AHV, la Naval, ACENOR o la Sociedad Española de Construcciones Babcock & Wilcox.
No sería de extrañar, por tanto, que estuvieran ya buscando un acomodo extra-judicial, sin concreto señalamiento de culpabilidad.
Sabido es, por otra parte, que en determinadas zonas de nuestro país pareciera que una especie de demoníaca maldición afectara a los trabajadores demandantes en los litigios por amianto, haciendo que una inusitadamente alta proporción de las resoluciones judiciales les resulten desfavorables, denegándose la indemnización.
Proverbial viene a ser, por ejemplo, el caso de Cartagena y de la comunidad de Murcia en general, presumiblemente asociado, quizás, a cierto entorno ideológico y político. El estamento judicial, según parece, no es inmune frente a la presión o a la impregnación ideológica de tal entorno.
Respecto al MESOTELIOMA, décadas después de habida la exposición, tanto laboral como medioambiental, han bastado concentraciones débiles, y/o exposiciones muy breves, esporádicas y excepcionales o incluso puntuales y únicas, para desencadenarlo, con tasas excepcionales de incidencia, netamente por encima del fondo general correspondiente a todo el país o zona geográfica considerados en cada caso, a extramuros de los límites del foco industrial de emisión y hasta distancias de varios kilómetros.
En teoría, una única inhalación podría bastar. Es precisamente la dificultad práctica que representa el manejo preventivo de esa realidad la que ha determinado que la adopción de la prohibición [1] del uso del asbesto sea la única alternativa realista para poder afrontar ese riesgo, como se ha hecho en numerosos países.
Nota:
[1] Asociaciones de víctimas del amianto, expertos y organizaciones ecologistas reclaman una ley integral del amianto. Denuncian un desastre global sin precedentes por el uso industrial del amianto que puede provocar 130.000 muertes en España hasta 2050.
Francisco Báez Baquet es un investigador sobre el amianto y sus consecuencias que trabajó en la empresa Uralita, dónde fue representante sindical por CCOO. Participó en la elaboración en 1984 de la primera ley específica sobre el amianto.
Fuente: https://www.mundoobrero.es/pl.php?id=10644
Nota posterior del autor:
Simultáneamente a la publicación del artículo en Mundo Obrero, por parte de Onda Cero se ha procedido a editar el texto correspondiente al siguiente link: https://www.ondacero.es/programas/julia-en-la-onda/audios-podcast/entrevistas/gonzalo-zufia-presidente-anedes-retirar-amianto-tiene-coste-muy-elevado-subvenciones-son-escasas_202103196054cdadd319a500013d012f.html
En contraste con el contenido de la cita de Ángel Cárcoba que Francisco Báez ha incluido en su artículo, en la información de Onda Cero, además de algunos otros errores de bulto, se incluye también el siguiente párrafo:
«La empresa de Gonzalo (se refiere a «Anedes«), fue la encargada de limpiar los estudios de RTVE Prado del Rey. Retirar las placas de uralita tiene un coste muy alto y además, las subvenciones son escasas, explica, y resalta que tienen que buscar otras ayudas»
Resaltamos ante nuestros lectores, que el formidable problema de salud ambiental y ocupacional habido en Prado del Rey, no fue de «placas de uralita«, sino de amianto friable (anfíbol crocidolita –amianto azul-, el más cancerígeno), proyectado sobre las estructuras, a cara vista para empleados y público asistente. «Llovía» amianto azul, con las vibraciones de los aplausos y gritos del público asistente a los programas en directo.
Las placas onduladas, se fabricaban con crisotilo –amianto blanco-, y por supuesto que no se disgregan progresivamente, a base de aplausos.
El intervalo temporal durante el que el susodicho gran problema se produjo, no fue meramente durante el tiempo de desamiantado de las placas onduladas de fibro-cemento, con las consiguientes inevitables fracturas de las mismas, generadas durante su arrancado de las estructuras de fijación, sino durante todos los años en los que el amianto proyectado estuvo sujeto a reiterados desprendimientos.
Por todo ello, quede claro que la situación reflejada en las aseveraciones y comentarios contenidos en la comunicación personal de Ángel Cárcoba incluida en el artículo de Francisco Báez no guardan relación alguna con el desamiantado de «uralitas», y sí con el del flocage que se instaló.