Es conocido el periplo ida y vuelta de los salmones. Nacen en aguas dulces desde donde migran al mar para alimentarse y crecer hasta lograr las fuerzas suficientes para recorrer el camino inverso y desovar en los ríos de su infancia. Sabemos de las ballenas jorobadas y su paso periódico por las aguas del mar […]
Es conocido el periplo ida y vuelta de los salmones. Nacen en aguas dulces desde donde migran al mar para alimentarse y crecer hasta lograr las fuerzas suficientes para recorrer el camino inverso y desovar en los ríos de su infancia. Sabemos de las ballenas jorobadas y su paso periódico por las aguas del mar Caribe en busca de temperaturas cálidas para sus juegos de amor. Nos sorprendemos también con las tortugas marinas que en las noches sin luna emergen del agua, depositan sus huevos en nidos escarbados con sus aletas desde donde dos meses después nacen sincronizados cientos de bebes tortugas que en una carrera contra las gaviotas corren de nuevo al mar, para emprender un viaje de más de 15 mil kilómetros: cruzar el Atlántico, adentrarse en el Mediterráneo y en las Islas Canarias tomar de nuevo rumbo hacia el continente americano para repetir la historia que perpetua su especie. Pero hoy quiero explicarles uno de los últimos hallazgos en cuanto a peregrinaciones animales que faltaba por documentar: los miles de kilómetros que recorre la Perca del Nilo.
La Perca del Nilo nace en el Lago Victoria donde fue introducida como especie foránea en los años 50. Cuando se distrae, joven o adulta, es atrapada por pescadores de la región que si bien el podrían aprovechar para su autoconsumo o el de los mercados locales, acaba siendo comprada por compañías que controlan el negocio de su exportación. En cámaras semifrigoríficas es troceada y los filetes parten envasados y etiquetados (muchas veces con el falso nombre de mero) camino de la hambrienta Europa.
Hasta aquí, la ruta ya había sido descrita, pero recientemente -decía- dos investigadores en misión para Veterinarios Sin Fronteras han localizado el destino de buena parte de los desechos que no interesan a los refinados mercados europeos. Mientras algunas hipótesis planteaban que esos residuos eran convertidos en pienso para animales o algo similar en la misma zona del Lago, se ha podido demostrar que las espinas, escamas y cabezas de perca recorren 400 Km. más en su viaje postmortem. En los mercados de la región del Nord Kivu, en el este de la Republica Democrática del Congo, se pueden comprar lotes de escamas de perca, cabezas de perca o espinas de perca.
La región del Kivu digiere más de 15 años de enfrentamientos bélicos avivados por la codicia de las multinacionales y gobiernos europeos que quieren hacerse con sus grandes riquezas naturales. Esa lucha ha destrozado unas tierras fértiles como pocas, que producían incluso excedentes alimentarios. Hoy la expoliación del Lago Victoria alimenta con sus despojos el saqueo del Nord Kivu.
Gustavo Duch Guillot Director de Veterinarios Sin Fronteras