Compromís y Equo presentan en la Cámara Baja una Proposición no de Ley para implantar el sistema de depósito, devolución y retorno de envases, similar al implementado en la Comunidad Valenciana. En Alemania, Noruega o Australia este modelo ha permitido recuperar el 95% de los envases, mientras que en España solo se recicla el 22 %
Acción de Greenpeace contra el vertido de plásticos al mar
En 2011 la llegada del Partido Popular al Gobierno suponía un duro revés para las políticas dirigidas a reducir la cantidad de envases, plásticos y residuos presentes en nuestro entorno. Uno de los habituales decretazos de la época de mayoría absoluta del PP en diciembre de 2012 acababa con el calendario establecido por el gobierno socialista para la implantación de un sistema de depósito y retorno de envases.
Cinco años después, la colosal cantidad de plásticos en los océanos ha alcanzado cotas tan altas que el debate se ha instalado en la opinión pública, en la Unión Europea y las instituciones españolas (al margen de la cerrazón del Partido Popular) parecen decididas a revertir el gran salto hacia atrás que supuso aquel Real Decreto. Un texto de «medidas urgentes» que dilapidaba toda protección del medio ambiente bajo el pretexto de eliminar trabas burocráticas y que, paradójicamente, ha sido el causante de un lustro negro en lo referente a la conservación de nuestros entornos naturales.
La recuperación de medidas que ayuden a disminuir la cantidad de plásticos ha venido de la mano de una de las comunidades cuya cuenca se está viendo sumamente afectada por la concentración de dicho material en su ecosistema. Hablamos de la Comunidad Valenciana, que en abril de 2016 anunciaba la futura implantación del sistema de depósito,devolución y retorno de envases (SDDR) para acabar con el abandono de basuras en sus playas y ayudar a corregir la densidad de plásticos del Mar Mediterráneo -comparable a las llamadas sopas de plástico del Océano Pacífico-. Para entender la magnitud del problema, según un informe de Greenpeace, entre el 21% y el 54% de los microplásticos de todo el mundo están en el Mediterráneo, el 96% de la basura marina y el 72% de la recogida en las playas españolas mediterráneas son plásticos.
El sistema propuesto, establecido en países como Alemania o Noruega que alcanzan un porcentaje de reciclado cerca del 70%, permite corregir el vacío generado por el actual modelo de contenedores. Este sistema denominado de gestión integrada de residuos (SIG) provoca que la mayor parte de envases consumidos queden abandonados en la vía pública o en la naturaleza.
Según calculan desde la Generalitat Valenciana, de los 7 millones de envases que genera al año, 5 acaban directamente desechados en el entorno. El SDDR, pensado como un complemento al actual sistema de contenedores, permitiría gestionar esos cinco millones de envases que ni se retornan ni se reciclan. Mediante el pago de 10 céntimos adicionales por cada bebida que se consuma, el importe será devuelto una vez deposite el envase en las máquinas de retorno de los establecimientos. Con esta simple medida, países como Alemania, Suecia o Australia han conseguido el retorno del 95% de envases dado que cualquier persona puede devolver a la máquina el envase que se encuentre abandonado.
Acción de Greenpeace contra la contaminación por plásticos en el Mediterráneo. GREENPEACE
A pesar de estar anclados en el 30% de proporción de reciclaje que nos sitúa trece puntos por debajo de la media europea, la medida ha sido atacada por la industria y los grandes distribuidores -asociados en torno a Ecoembes y Ecovidrio- por considerar que ataca a su actual modelo de negocio. A través del consejero delegado de Ecoembes, Óscar Martín, la industria ha llevado a cabo una virulenta campaña contra la Generalitat señalando la medida como ilegal, manifestando que el sistema de depósito de envases costará 520 millones más a las arcas de los valencianos y que detrás de la iniciativa «existe una operación comercial de una multinacional sueca que quiere poner 20.000 máquinas y llevarse el dinero a su país».
La organización elude los bajos porcentajes de reciclado y, en vez de centrarse en los fallos del actual sistema que provoca que el 58% de la basura acabe en vertederos, los ataques de Ecoembes han ido especialmente dirigidos a las organizaciones ambientales que impulsaron la iniciativa Retorna. «Las presiones que ejerce el sector envasador y las grandes superficies son brutales. En Catalunya pararon un estudio hace dos años que únicamente trataba de determinar qué sistema era más barato y eficiente. Lo único que estamos proponiendo es un sistema complementario que se encargue de todos los envases que genera el consumo en el exterior. Ecoembes, con todo su poder, debería ser parte de la solución y están optando por la misma estrategia que la industria con la Ley Antitabaco», sostiene Miquel Roset, director de Retorna.
La guerra de cifras de reciclado
Uno de los principales conflictos está en torno al coste para el contribuyente y las cifras de reciclado. La propia responsable de residuos del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ponía en cuestión las cifras de reciclaje ofrecidas por Ecoembes, entidad que gestiona y aporta las cifras de reciclado en España. Frente a la cifra oficial ofrecida por la Unión Europea, Ecoembes eleva hasta el 70% el porcentaje total de reciclado. Un desfase de 40 puntos basado en unas cifras que administra y audita la propia organización. Si atendemos solo a los envases, las cifras bajan hasta el 22% de reciclado en España; mientras que en Alemania el SDDR ha permitido la recuperación del 98,5 por ciento.
En cuanto al coste, las organizaciones ecologistas son conscientes de que implantar el sistema de depósito supondrá un coste adicional por la instalación de las máquinas en los comercios que, aseguran, se corregirá con el ahorro de hasta 46 céntimos por envase recogido. Con estudios a medida de la industria financiados por Ecoembes -como la Cátedra Ecoembes de la Politécnica de Madrid y la organización Envases y Sociedad-, la organización también ha tratado de instalar la idea de que el SDDR resultará más caro para los valencianos y que dicho sistema acrecentará los efectos del cambio climático al necesitar mayores desplazamientos en camiones. Sin embargo, las cifras ofrecidas por las organizaciones ecologistas calculan que la reducción de emisiones de CO2 con este sistema sería de un 65% debido a que este sistema sí compacta los residuos en origen y elimina fases intermedias.
Miquel Roset, director de la iniciativa, señala a los medios de la Comunidad Valenciana por haber difundido la idea de que existe una oposición feroz de los valencianos a esta medida: «La Dirección General de Calidad Ambiental de la Comunidad Valenciana realizó una encuesta y el 95% de los usuarios veían este sistema como una solución al abandono de envases y como una práctica natural similar al retorno de los cascos de vidrio en los años 80. Cuando los medios dicen que hay una oposición feroz es de los responsables de que se sigan desperdiciando los residuos, no de la ciudadanía».
Desde la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián prefiere eludir las polémicas y centrarse en la mejora del actual modelo y en los retos que tiene por delante el sistema de retorno que aún quedan por resolver: «Más que hablar de intereses, lo que si hemos detectado en las mesas de negociación es que el actual sistema de Ecoembes tiene un potencial de mejora notable. Es algo en lo que estamos de acuerdo todos y son necesarias mejoras en educación ambiental, divulgación, ratios de reciclaje, resultados y en la contenerización. La implantación de un nuevo sistema plantea dudas en la patronal que tenemos que resolver cómo pueden ser los impactos puede tener en los costes a asumir por los establecimientos comerciales, así como en el consumo y en el comportamiento del consumidor».
Compromís y Equo lo llevan al Congreso
En el mes de junio, el conflicto en torno al sistema de depósito llegaba al Congreso de los Diputados. Compromís, encargado de abrir el debate a nivel regional que ahora trasladan al conjunto del Estado, junto al partido ecologista Equo recibieron el apoyo de todos los grupos parlamentarios a excepción del PP y Ciudadanos.
Enric Bataller, diputado de Compromís e impulsor de la medida, explica las ventajas que traerá un modelo necesario para cumplir con los requisitos de alcanzar un porcentaje de reciclado del 65% en 2030 marcados por la Unión Europea: «Los beneficios de devolver los envases a la tienda son evidentes: acabamos con el abandono de latas y botellas, generamos puestos de trabajo verdes y promovemos un modelo económico circular que supera el actual basado mayoritariamente en usar y tirar. Las marcas de bebidas y los grandes supermercados se han opuesto en las 40 regiones donde se ha optado por la práctica de devolver envases, pero al final siempre acaban conviviendo con el sistema y pidiendo incluso que lo amplíen, como está ocurriendo hoy en día en Alemania».
Alodia Pérez, responsable de residuos de Amigos de la Tierra, considera injustificada la imagen de Ecoembes sembrada en medios de comunicación (y que ha calado en la ciudadanía) de organización defensora del medio ambiente: «Ecoembes al final ha hecho fuertes campañas de comunicación y se asocia su imagen al medio ambiente, pero no es más que Mercadona, Coca-Cola o Nestlé organizados. De hecho, ese era su primer lema y es para lo que surgió, para asociarse, poder tratar mejor esos envases y ahorrar costes. Ellos harían una valoración cuando se puso en marcha la Ley de Envases de 1997 y les saldría más barato el sistema del contenedor amarillo, porque también se les dio como primera opción el sistema de depósito. Que me parece muy lícito, pero si ahora se ha demostrado que ambientalmente es mejor el otro sistema es evidente que tendrán que remar en esa dirección. Son una parte importante para que se recicle en este país, pero si no apuestan por las mejores técnicas sostenibles no se pueden poner la medalla de defensores de la naturaleza».
Fuente: http://www.publico.es/politica/lucha-abandono-plasticos-llega-congreso.html