«Sólo hay dos razas, dos especies, dos caminos que marcan las rutas de la tierra. Y en una estamos los que vemos la vida clara y tersa, sencilla y repartida. Y en otra están los de la vida oscura y el hambre de dominio. La superior, los nuestros, mis mejores amigos, tan de abajo en […]
Y en una estamos los que vemos la vida clara y tersa, sencilla y repartida.
Y en otra están los de la vida oscura y el hambre de dominio.
La superior, los nuestros, mis mejores amigos, tan de abajo en el tiempo,
amamos el calor de la sangre, la paz de afuera, la libertad, el gozo de existir a la intemperie.
Los otros, los gastados, imponen el terror, las sombras, el hierro, la aspereza,
y no se hallan a gusto si no tiran allí nuestro despojo irrestañable.
Y qué sarcasmo, estamos, los de arriba, debajo de sus plantas manchadas,
y tienen los de abajo, allá encima, fuerzas increíbles y nos quitan el sueño y la existencia»
«Yo soy de mi raza». Manuel Pinillos.
Es preciso que la clase obrera se una en un entusiasmo útil. La clase obrera ahora, tan solo va sacando la conclusión de que quienes han gobernado este país y quienes gobiernan han sido y son lo mismo, unos ladrones, unos estafadores, se escucha en todas partes. ¿Asumirá la clase obrera que no le convienen como dirigentes?, ¿acabará de aprender que nunca más debe ir detrás de nadie y menos de semejantes falsarios?, ¿fijará en su memoria a tales seres estrafalarios con corte y compaña, que además de robar toda riqueza social a su alcance, son quienes han alimentado el sistema corrupto en todos y desde todos sus poderes sobre el conjunto social, y que son los responsables de la estafa generalizada? ¿La clase obrera, acabará sabiendo, condenando a, y luchando, contra quienes han alimentado el sistema que la desgracia y la deforma como seres humanos? Si cuesta tanto defender la Memoria Democrática, ¿costará tanto fijar en la razón la causa y los causantes de la ruina social presente, quienes son los que la han provocado, y a quien han defendido y defienden con ello?: ese es uno de los retos para quienes aman al pueblo trabajador.
Cada vez que los Rubaljoy hablan sube el precio del pan, eso es lo que ya se dice: Cada vez que los Rubaljoy hablan sube el precio del pan. Por esto mismo sus sucesores en el ppsoe y sus submarinos UpyD, Ciudadanos, o sus aliados PNV-CIU, ya están contando los votos, todo su esfuerzo es llevarnos a votarlos, por eso han empezado el espectáculo, escandalizar para que el pueblo mire al espejismo que crean; y puesto que la gente desconfía revuelven las aguas. Mientras exponen caminos de reforma que salve la estructura de su edificio, y buscan la manera de presentarse como nuevos; llegado el momento de incapacidad de gobierno entre todos ellos se unirían para sostenerse, pintarían y reformarían las paredes. (Algunos artículos relacionados: «Habrá cambio ¿qué cambio?»; «Horma o zapato distinto, o cómo es lo que no es esto»; «¿Quién quiere salvarlos? Usted tiene la palabra»).
Antes el ppsoe mentía por separado y lo ocultaban, conseguían que mediante las pasiones se extendiese la confusión en la clase obrera, la sociedad conjunta: la mentira política era la moda íntima. Pero eso se va terminando, la gente se mira en el espejo, el pueblo trabajador empieza a reconocerse y a reconocer la realidad en la que vive, y eso es bueno. Tan sólo los que no quieren cambio hacen todo lo posible para que la clase trabajadora no se reconozca a ella misma, para que la mentira política continúe dominando la vida desde lo emocional; el anterior ppsoe ocultaba su carácter verdadero, la ciudadanía se enteraba pasado un tiempo, o más que enterarse empleando la razón, eran los que mentían los depositarios de la confianza social, la gente quería creerlos. Ante el más mínimo peligro de ser descubiertos los estafadores voceaban el «abracadabra», el «ábrete sésamo» de Ali Baba, decían la palabra mágica, «Europa», y «Europa» la representaban como la tierra prometida, como el paraíso para los católicos, y el pueblo trabajador rezaba y comulgaba «Europa».
¿Europa?, ¿qué Europa?, ¿la de quién?, los banqueros se ocultaban. Ahora que ya se ve con nitidez la Europa de los banqueros, ahora que no hay transparencias que generen expectativas nuevas, ahora que la moda íntima de mentir desde los gobiernos y mentirse la ciudadanía ya está desacreditada, ahora el ppsoe se muestra desde la raíz, son ladrones vestidos de gente honesta, y lo piensa el pueblo en general, lo piensas, lo oyes, lo ves y lo sientes: el orden social, el capitalismo, no es baladí, no da lo mismo, ahora se ve con claridad, cada medida que toman, despidos, desahucios, deuda, corrupción, jueces, leyes contra las mujeres, quién tiene la sarten por el mango, ahora, la moda íntima de mentir a la clase obrera, y que el pueblo se mienta, el hacer sus leyes para robar y robar y decir que es la ley, no confunde al pueblo, no le echa para atrás, estafar al pueblo ya produce incredulidad, descrédito, rebeldía.
El ppsoe se ha especializado en todo este tiempo en hacer leyes que perfeccionan el robo a la clase obrera, pura ingeniería de lenguaje, para luego emplearse en la maniobra de distracción de acusaciones mutuas sobre asuntos que no cambian las estructuras.
Pero las verdaderas acusaciones y amenazas burbujean en la calle y corren de boca en boca, la mentira política, la estafa al pueblo trabajador ha dejado de ser de aceptación íntima, subjetiva, de aceptación por las siglas o por lo que dice representar cada uno de los Rubaljoy: ahora todo el pueblo sabe, el pueblo ya no cree, no acepta mentirse y mentir a los demás, la ética, la preocupación por el bien social, ha crecido, hemos crecido, empezamos a comer con corteza.
Aun así y todo han puesto una gran operación en marcha: la reforma, el «abracadabra», el «ábrete sésamo», operación con la que ppsoe y alrededores buscan que todo quede atado y bien atado por otro buen tiempo, reformar. Los timadores hacen su oferta, publicitan su deseo de hacernos su reforma. De su reforma hablan en público desde Rubal a joy, desde Cebrián a J.A.Anson, desde los magistrados a los banqueros, desde la patronal hasta la iglesia, todos se proponen hacer volver al pueblo trabajador a la moda íntima: mentir y mentirse. Observen, cada personaje habla o escribe sobre su reforma empleando el lenguaje adecuado para cada oído que escucha o para cada ojo que lee, para cada deseo en la vida, para cada aspiración. Entre los últimos artículos que montan nuevamente la trampa de la moda de la mentira política como moda íntima, ha aparecido uno firmado por Rubalcaba: Rubal escribe bajo el título «En defensa de la Constitución, reforma», y lo hace con un lenguaje ambiguo, el propio de alguien que quiere que nos olvidemos del pasado, del conocimiento adquirido, de la enseñanza histórica. Por sus palabras se diría que no hemos vivido, ni visto, ni sabido todo lo que hemos vivido, visto y sabido. Rubal nos trae la moda de los años 80 del siglo XX, nos miente y nos mentimos, y empezamos de nuevo, parece el inventor de la postmodernidad: olvidaros de todo, despreciad la historia, tomad el momento presente como el único; eso dicen los dictadores en «Un mundo feliz», de Huxley, (artículo relacionado: «Consumistas del mundo, estáis hundidos»). Un buen o una buena maestra, alguien que te quiera bien te dirá -os dirá-, aprended de vuestra experiencia, adquirid criterio propio, no permitáis que nadie se burle de vosotros. Sagasta y Cánovas, liberal y conservador, que se alternaban en su gobierno en el siglo XIX-XX, para mantener la mentira política como moda íntima hablaban de «restauración»: si el bipartidismo se desprestigia hay que reformarlo.
Les dejo unas líneas de nuestro gran escritor Galdós pertenecientes a su novela «Las tormentas del 48», en ellas representa la toma de conciencia de su protagonista al descubrir la mentira específica y su relación con el conjunto: «vi que en mí clavaba sus negros ojos, y en ellos se me rebeló su soberano talento, su apasionado corazón… y su profunda inmoralidad… Eran sus ojos el signo de los tiempos». Y ahora el artículo de Rubal, su mentira política: comienza su artículo con un título contundente, «En defensa de la Constitución, reforma»; nos escribe diciendo que hace 35 años «los españoles decidimos», ¿decidimos?, el pueblo sabe que no decidió nada, que tan sólo se nos hizo votar lo que ellos, por arriba, los franquistas y los reformadores del franquismo, al margen de la voluntad popular, elaboraron, la reforma del franquismo. Y lo hicieron porque la presión popular en la calle amenazaba terminar con el régimen. Rubal continua diciendo que fue «un acierto», a la vista de los resultados nos debemos preguntar ¿para quién?; y vuelve a insistir en el plural ambiguo al escribir que fue «fruto de la voluntad colectiva el encuentro de las opciones que legítimamente nos diferencian», habrá que señalar que sus diferencias son solo en aspectos que no cambian el modelo social, ¿o debía recordarse cómo frenaron las luchas obreras, cómo fueron echando abajo sus conquistas, cómo protegieron la continuación del régimen y su sucesor, cómo han venido desarrollando leyes para desposeer en todo lo posible a la clase obrera, llegando, incluso, ha cambiar la Constitución para poderse llevar las riquezas sociales con su más alta ley en la mano?
Rubaljoy y sus acólitos saben que no hubo encuentro más que entre ellos, franquistas y reformistas, que trabajaron para impedir el paso a las opciones superadoras del franquismo, las que buscaba el pueblo. Rubaljoy sabe que instauraban la mentira política como moda íntima. En el mapa de la lucha de clases sus maniobras protegieron a las fuerzas franquistas, las dejaron colocadas, y empujaron al pueblo a votar las decisiones que juntos ellos habían tomado. Aun así y todo, las leyes con carácter social que la clase obrera había plasmado en la realidad, las tuvieron que escribir, pero las han incumplido sistemáticamente.
Continua Rubal ignorando las conquistas populares, para atribuirlas a su Constitución: dice, «conquistamos la democracia», ¿quién?, ¿los franquistas junto a la clase obrera? La Constitución es la expresión de la relación de fuerzas en ese momento, pero la Constitución, sobretodo, garantizaba todo su poder venido del franquismo, y sino ¿a quienes ha resuelto el problema conque se encontraba el fascismo?, ¿a los demócratas que no tenían el poder o a los franquistas?, ¿podemos decir dónde fueron a parar unos y otros?
Rubal sabe las muertes, cárceles, hambre y desgracias con que cargó el pueblo, el silencio que se guarda sobre el pasado franquista; el mismo Rubal siendo ministro del interior ordenó derruir la cárcel de Carabanchel cuando las asociaciones de la Memoria Histórica Democrática pedían que se conservase, aunque fuese una parte pequeña, para hacer en ella un museo a la Memoria Democrática, un monumento al antifranquismo para que no se olvidase la lucha por la libertad o se encubriese el pasado, pedagogía Histórica Democrática de la que estamos tan faltos, pero él se negó y derribó toda la cárcel beneficaindo al fascismo, y ahora anima a la mentira política como moda íntima.
Emplea términos como «progreso», «protección social», «derechos y libertades», «proyecto colectivo», «reconocimiento de identidades diferentes», en este último caso ha sido quien ha ordenado que se vote contra el derecho a decidir que piden en Cataluña, para así unirse al pp y a upyd, todos los conceptos que emplea los emplea sin apellido, sin indicar a quien pertenece la conducción. Debemos tener en cuenta que en lo que respecta a los derechos del pueblo trabajador todos han sido ignorados, cuando Rubaljoy los ha tenido delante los ha incumplido.
Continua diciendo que «tuvimos la posibilidad de votar las reglas fundamentales de nuestra convivencia», debería decir reglas obedientes a la conservación de los franquistas en el poder, de «convivencia obligada» con los asesinos de la democracia, y eso está a la vista por los resultados que ha enseñado la Historia. En relación con esto les ruego lean el librito de Alfredo Grimaldos «La transición 1973-1986».
¿Han seguido las denuncias en Argentina para reclamar justicia, verdad y reparación con las víctimas del franquismo y de la mismísima reforma política? ¿Han seguido la llegada de las diferentes Comisiones de la ONU que han pedido a los gobiernos de España que investigue los crímenes y después exigir aclaración y justicia?, la última llegada de la ONU ha sido en el mes de enero de 2014, el día 23, ¿los Rubaljoy han dicho algo?: sí, que los crímenes los han amnistiado.
A quienes no queremos volver a la mentira política como moda íntima, la moda que vende Rubal en su artículo, su moda íntima de mentirnos y mentir al resto, a quienes reclamamos un derecho como es un proceso constituyente para que el pueblo pueda decidir y hacer constar sus intereses, a quienes tenemos memoria y sabemos que esa su reforma es su mentira, Rubal nos dedica sus mejores palabras franquistas postmodernas, dice que queremos «dinamitar los cimientos», ¿dinamitar los cimientos?, ¿pedir el derecho a elegir el jefe del Estado es dinamitar los cimientos?, ¿pedir que se abra un proceso constituyente en el que los pueblos de las nacionalidades digan que futuro quieren es dinamitar los cimientos?, ¿pedir que se cumplan los derechos humanos en todos los ámbitos sociales, políticos, económicos, y se garanticen que el pueblo decide, es dinamitar los cimientos?, ¿dinamitar los cimientos de qué sociedad?, ¿se creerá Rubal que nos vende otra vez la monarquía heredada del franquismo como una esencia democrática?
La desfachatez de Rubal, su desfachatez, le muestra tan cínico como reconocen hasta sus mismos colegas de partido al pedir que se vaya, saben que con él no pueden volver a la mentira política como moda íntima, y deben intentarlo con caras nuevas, tan postfranquistas como él puesto que quienes ascienden se pretenden ahora sin pasado. Su única propuesta para el futuro es, dice con letras de molde, «afrontar una reforma constitucional, no abrir un proceso constituyente», son sus palabras, aclarando: que cambie lo superficial para que todo siga igual, la intención es dejar todo atado y bien atado.
Pocas palabras más allá dice: «Renunciar a cualquier intento de ofrecer una respuesta compartida…, y despreciar la capacidad de los agentes políticos para interpretar y respetar los intereses generales… equivale a desconfiar de la voluntad de entendimiento de los españoles».
Pero vamos a ver Rubal, ¿quién «rehúsa, desprecia y desconfía» de los deseos de cambio del pueblo trabajador cuando dices que tú y los tuyos, a los que denominas «agentes políticos», estáis por encima del pueblo?, ¿las clase trabajadora no podemos intervenir porque somos qué cosa?, ¿no podemos decidir constitucionalmente sobre nuestros intereses?
Nos has escrito en el mismo artículo que quienes no te creemos «queremos dinamitar los cimientos»; vosotros, ppsoe, más submarinos y aliados, sois los «agentes políticos», y quienes no queremos que decidáis por nosotros, pueblo trabajador, gritas que «queremos dinamitar los cimientos»: nos llamas terroristas, ¿los «agentes» sois juez y parte y policía? Tu que has sido, además de otros cargos, ministro del interior, sabes que términos empleas y con que fin, nos estás criminalizando, cuando eres tu el que ha ocultado a los franquistas.
Qué manera de simplificarlo todo: «afrontar una reforma constitucional, no abrir un proceso constituyente», ese es vuestro objetivo. ¿por qué no quieres-queréis que el pueblo decida?, ¿por qué no quieres-queréis que se construya una sociedad sobre cimientos éticos, de justicia social, de igualdad de derechos?: la enseñanza histórica nos da la respuesta.
Rubaljoy nos propone la antigua moda íntima, engañarnos a nosotros mismos, que creamos que nos empobrecen, que acaban con nuestros derechos y los bienes sociales, que cambian las leyes y las hacen más contrarias a nosotras y nosotros, que autorizan el pago a los bancos de su deuda con nuestro dinero, que no quieren que decidamos lo que nos interesa, y lo hacen por nuestro bien.
El pueblo trabajador debe manifestarse: es preciso que la clase trabajadora se una en un entusiasmo útil, que nos juntemos viniendo de todos los puntos cardinales en Madrid el 22 de Marzo con la Marcha de la Dignidad: Contra el paro y la precariedad. Por la Renta Básica. En Defensa de lo Público.
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Dietario de crisis» (Libros libres, rebelion.org), y de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», edita Fundación Domingo Malagón.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.