Un estudio de la Universidad San Pablo-CEU demuestra que una buena parte de aquellos que acudieron a Alemania o Suiza a trabajar lo hicieron de forma irregular
Sólo la mitad de los españoles que emigraron a Europa en los sesenta lo hicieron con contrato y de forma legal, según un estudio de la profesora Blanca Sánchez Alonso, presentado este miércoles por la Universidad San Pablo-CEU de Madrid.
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El trabajo Tópicos e inocencias de la inmigración española desde una perspectiva histórica es un análisis histórico de la emigración española durante los siglos XIX y XX y puede servir para adivinar la tendencia a largo plazo de los flujos inmigratorios hacia España.
Sánchez Alonso niega que los inmigrantes ignoren la realidad que encontrarán en el país de destino, como demuestra el hecho que «en los sesenta no se produjo ningún salto al vacío, sino que la información circuló intensamente a través de familiares y amigos ya emigrados».
Es precisamente este intercambio de información lo que la llevó detectar la situación irregular de muchos de los emigrantes españoles en Europa.
«A pesar de que el mismo gobierno articuló mecanismos para fomentar y canalizar la emigración, sólo la mitad de la gente lo hizo a través de los cauces institucionales», explica.
La profesora traslada esta situación a la que vive actualmente España en sentido inverso, ya que «en los próximos años, habrá muchos más jóvenes africanos dispuestos a llamar a las puertas de Europa y van a entrar sin llamar, porque las puertas no se las van a abrir».
Asimismo, desdice algunas ideas «preconcebidas» como la creencia de que la pobreza absoluta es el principal impulso de la emigración.
En realidad, afirma Blanca Sánchez Alonso, «la emigración conlleva un coste que requiere de una renta mínima previa para afrontarlo, esto es lo que provoca que haya una relación entre crecimiento económico y tasa de emigración».