Desde el día 20 de octubre todo aquel conductor de coche que tenga tres años de antigüedad en el carné podrá conducir motocicletas de hasta 125 centímetros cúbicos. Esta medida nos parece correcta, no así el enfoque que se le ha dado. Según el gobierno «la moto es la alternativa al coche para mejorar la […]
Desde el día 20 de octubre todo aquel conductor de coche que tenga tres años de antigüedad en el carné podrá conducir motocicletas de hasta 125 centímetros cúbicos.
Esta medida nos parece correcta, no así el enfoque que se le ha dado. Según el gobierno «la moto es la alternativa al coche para mejorar la movilidad». Desde nuestro punto de vista, las motos, aun cuando es cierto que ocupan menos espacio que los automóviles, lejos de ser un vehículo sostenible, generan mayores problemas ambientales y de seguridad vial que éstos.
– Así, la mayor parte de estos vehículos funciona con motores de tracción a dos tiempos, que emiten 100 veces más de hidrocarburos que los motores de los automóviles[1].
– La moto es el medio de transporte que mayores proporciones de riesgo registra de resultar muerto o herido, en comparación con el coche (50 veces mayor)[2], hecho que se deriva de las altas velocidades que alcanzan y su escasa protección en caso de accidente. El informe de 1999 de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), señalaba el incremento de víctimas entre los ocupantes de ciclomotores y motocicletas, que entre 1981 y 1994 ha sido del 80%, y de los accidentes en el medio urbano, que representan más del 52% del total[3].
– El tráfico motorizado es la principal causa de ruidos también en la mayoría de las ciudades europeas. Una parte no desdeñable de estos ruidos son producidos por ciclomotores y motocicletas que circulan reglamentariamente por la ciudad, así como por otras motos que lo hacen con los tubos de escape trucados, de forma que triplican o cuadruplican el nivel de ruido que emiten dichos vehículos.
A nuestro entender, la alternativa a la hipermotorización que azota a nuestras localidades pasa por apostar por un modelo de movilidad urbana e interurbana basado en:
– una mejora de la accesibilidad que reduzca la generación de necesidades de desplazamiento;
– la disminución de los desplazamientos en vehículos motorizados;
– y en la potenciación de los desplazamientos peatonales, ciclistas y en transportes colectivos.
La bicicleta, a diferencia de las motos, no contamina, es silenciosa, económica, fácil de usar y beneficiosa para la salud, la economía y la mejora de la calidad ambiental. En las distintas pruebas comparativas de medios de transporte en ciudades como Madrid, Barcelona o Córdoba, la bicicleta es la primera en llegar al destino en todos los recorridos.
Por todo ello, y teniendo en cuenta el difícil reto del cumplimiento de Kioto, cualquier política de movilidad sostenible debería excluir a las motos, y apostar decididamente en cambio por la bicicleta, ayudando a su promoción para su uso urbano y para su uso interurbano en combinación con los medios de transporte públicos, permitiendo un desplazamiento puerta a puerta, verdaderamente competitivo con el automóvil.
Algunas otras medidas que sí serían más eficaces para mejorar la movilidad en las ciudades:
El Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (PEIT) que está estudiando el Gobierno, debería incluir de manera muy relevante a la bicicleta, como ocurre ya en la práctica totalidad de los países europeos. Según la UE, España está en la cola en cuanto a promoción y uso de la bicicleta como vehículo de transporte urbano, y ello pese a tener un clima excelente, la reducida distancia de la mayoría de los desplazamientos en automóvil, las elevadas dimensiones del parque ciclista existente, la alta proporción de personas que sabe andar en bicicleta, y la buena imagen de la que goza este vehículo entre los/as ciudadanos/as.
Según un informe presentado hace pocos días por la Agencia Europea de Medio Ambiente, se está infravalorando la contaminación atmosférica de los coches nuevos. No entendemos como con el Plan Renove para automóviles se está financiando su uso y no se hace, al menos, lo propio con la medioambientalmente sostenible bicicleta. Se ve necesario un Plan Renove para bicicletas, que sería mucho más barato que el de automóviles. Asimismo se debería bajar el IVA de la bicicleta al 4%, pues ahora mismo está fiscalizada como artículo de lujo, mientras que, increíblemente, la moto no lo está.
Para cualquier información adicional pueden contactar con Juan Merallo, portavoz de ConBici en el teléfono 617 523 271 o en [email protected]
(Coordinadora Ibérica en Defensa de la Bicicleta) www.conbici.org
www.ecf.com
[1] Datos de la Oficina Federal del medio ambiente, bosques y paisaje (OFEFP), de Suiza. Journal ATE (Association transports et environnement) Suiza. Edición de abril de 2001.
[2] G. Wolf (1991). «Les deux-roues légers : sécurité et aménagements», en «Sécurité des routes et des rues». SETRA, CETUR.
[3] El País, edición del 10/10/1999.