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Pide la preservación del litoral frente a la presión urbanística del turismo

La OCDE recomienda a España el uso de ‘ecotasas’ e impuestos ambientales

Fuentes: El País

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomienda el uso de ecotasas y otros impuestos para la protección del entorno, en su informe sobre la situación medioambiental de España, hecho público ayer. El estudio (elaborado entre 1996 y 2003) afirma que los ingresos derivados del turismo dedicados al medio ambiente son «insignificantes». […]

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomienda el uso de ecotasas y otros impuestos para la protección del entorno, en su informe sobre la situación medioambiental de España, hecho público ayer. El estudio (elaborado entre 1996 y 2003) afirma que los ingresos derivados del turismo dedicados al medio ambiente son «insignificantes». La OCDE explica que la ecotasa que el anterior Gobierno socialista de Baleares mantuvo hasta 2003 «no dio buenos resultados porque sólo se aplicaba a los hoteles y no a los propietarios de inmuebles». La OCDE, formada por 30 de los países más desarrollados, valora en el Análisis de los resultados medioambientales de España, la evolución del país entre 1996 y 2003. «Se ha conseguido disociar del crecimiento económico algunas de las presiones sobre el medio ambiente. La legislación ha experimentado una evolución importante, y algunas regiones aplican políticas muy avanzadas», dice el informe. El director medioambiental de la OCDE, Lornts Lonentsen, presentó el estudio junto a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, quien aseguró que la nueva orientación de ministerio ya recoge las propuestas del informe. Lonentsen afirmó que con este examen no se pretende interferir en la política interna del país, sino realizar una «crítica constructiva». Éstas son las principales consideraciones de la OCDE:

. ‘Ecotasa’, turismo y costas. El informe propone «explorar instrumentos económicos» para preservar las zonas turísticas (especialmente las costeras), y protegerlas de la construcción. Así, se aboga por ampliar la ecotasa (como la que aplicó hasta 2003 el anterior Gobierno socialista en Baleares) no sólo a los hoteles, sino también «a los propietarios de inmuebles». La OCDE afirma que España «recurre poco a las ecotasas (…) ya que existe la creencia de que podrían afectar a la competitividad y al empleo».

El estudio alaba la introducción de impuestos ecológicos sobre emisiones contaminantes, sobre la energía nuclear y el almacenamiento de residuos atómicos. Algo que ya establecen algunas autonomías. La OCDE aboga por «estudiar la posibilidad de emprender una reforma fiscal ecológica», con una «reestructuración de los impuestos en vigor, de forma que reflejen el grado de contaminación de los diferentes productos o actividades».

. Subsidios agrícolas y pesqueros. El informe pide que continúe la retirada progresiva de las ayudas «perjudiciales para el medio ambiente» en los sectores de la agricultura, la pesca y el carbón.

. Energía. La OCDE valora el esfuerzo realizado por España para desarrollar fuentes de energía renovables, sobre todo la eólica. Se recomienda reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de una Estrategia Española de Cambio Climático para cumplir los objetivos del Protocolo de Kioto.

. Calidad del aire. Según el informe, entre 1996 y 2003, bajaron las emisiones de monóxido de carbono y dióxido de azufre; pero las emisiones de dióxido de carbono se han disparado y las concentraciones de ozono troposférico y de partículas en suspensión «suponen una amenaza para la salud humana y el medio ambiente».

. Especies y espacios protegidos. El volumen de espacios protegidos ha vivido, según el estudio, un «aumento significativo». Además, se han redactado planes de recuperación para 44 especies en peligro de extinción. Sin embargo, en España está protegido «menos del 10% del territorio», frente al 14,6% de promedio en la OCDE, y debe mejorarse la representatividad de los ecosistemas protegidos. Las zonas arboladas han pasado de 25,6 millones de hectáreas en 1974 a 26,8 millones en 2003 y se ha mejorado la eficacia en la lucha contra el fuego.