Organizaciones humanitarias advirtieron en Bangkok que la nueva directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) favorece el interés de la industria farmacéutica por encima del de los enfermos y pobres del Sur en desarrollo. «No es función de la OMS proteger los intereses de las compañías farmacéuticas», dijo este viernes Ellen Hoen, de […]
Organizaciones humanitarias advirtieron en Bangkok que la nueva directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) favorece el interés de la industria farmacéutica por encima del de los enfermos y pobres del Sur en desarrollo.
«No es función de la OMS proteger los intereses de las compañías farmacéuticas», dijo este viernes Ellen Hoen, de la organización Médicos Sin Fronteras, en una conferencia de prensa.
«Es preocupante que la OMS adopte un rol más conservador que la Organización Mundial del Comercio (OMC)», se lamentó.
La nueva directora general de la OMS, Margaret Chan, «debería defender a los pobres», señaló James Love, director de Knowledge Ecology International, organización con sede en Washington que presiona a favor del abaratamiento de los medicamentos mediante la producción de genéricos.
«Esto es un mal comienzo. Debe tomar lecciones sobre los derechos de la propiedad intelectual», agregó.
«La OMS debe reflexionar sobre su papel en las campañas mundiales por la salud pública. Debe hacer frente a las amenazas de las grandes compañías farmacéuticas», afirmó, por su parte, Nimit Tienudom, director de la organización no gubernamental AIDS Access Foundation, con sede en Bangkok.
Margaret Chan, designada en noviembre, no expresó su apoyo a los países en desarrollo que luchan por conseguir alternativas más baratas a las costosas medicinas de marca, según los activistas. La funcionaria, agregaron, le dio a la industria farmacéutica motivos para envalentonarse.
En una visita a la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria de Tailandia, Chan advirtió a los países que no deberían precipitarse a dictar «licencias compulsivas» para asegurar la presencia en sus mercados de medicamentos genéricos más baratos.
«Debemos encontrar un equilibrio correcto en las licencias obligatorias. No podemos ser ingenuos en esta materia. No hay una solución perfecta para acceder a fármacos de calidad y en cantidad suficiente», dijo, según el periódico Bangkok Post en su edición de este viernes.
Ese mismo día, Chan colmó de elogios a la industria farmacéutica en la apertura de una conferencia internacional de dos días sobre acceso a tecnologías sanitarias esenciales para el tratamiento de enfermedades desatendidas.
Trescientos participantes de todo el mundo acudieron a la universidad de Bangkok donde se celebró la reunión.
Chan realizó estas declaraciones en momentos en que Tailandia realiza gestiones para abaratar los medicamentos para la gran cantidad de pobres del país mediante la producción de genéricos.
El lunes, el gobierno militar dio su consentimiento a las licencias compulsivas para dos medicamentos, uno para el VIH/sida y otro para enfermedades cardiacas. La industria farmacéutica protestó por la medida.
Este tipo de medidas, contempladas por las normas de la OMC sobre propiedad intelectual, permite a los países asegurarse la producción de medicamentos genéricos por emergencias de salud pública, aunque pagando una suma ficta a la compañía propietaria de la patente.
Activistas tailandeses esperaban que la presencia de Chan en Bangkok impulsara la campaña del gobierno para suministrar medicinas más baratas a los 80.000 portadores de VIH que no pueden costearlas. En total, 600.000 tailandeses viven con el virus que causa el sida.
Activistas temen que la OMS se haya vuelto más permeable a la presión de la industria farmacéutica y de gobiernos como el de Estados Unidos.
Pocos hechos ilustran este clima mejor que el modo en que William Aldis, representante de la OMS en Tailandia, fue obligado a renunciar luego de la publicación de comentarios suyos de apoyo a los genéricos en el diario Bangkok Post el 20 de enero de 2006.
Meses más tarde, el legislador estadounidense Jim McDermott atribuyó el pedido de renuncia a la presión del gobierno de George W. Bush.
Washington también reprochó a la OMS el año pasado por copatrocinar la publicación de un informe crítico hacia las políticas comerciales de Estados Unidos.
El estudio consideraba las opciones disponibles para que los países en desarrollo usaran la flexibilidad prevista por las normas de la OMC para garantizar el acceso a medicinas más baratas.
Esta publicación «caracteriza espuriamente la política de comercio de Estados Unidos como una amenaza par la salud pública, y hace recomendaciones innecesariamente incendiarias y perjudiciales», escribió William Steiger, alto funcionario del Departamento de Salud y Servicios Humanos del gobierno en Washington, en una carta enviada en agosto pasado a la dirección general de la OMS.
Lo que preocupa a activistas de la sociedad civil como Martin Khor, director de la Red del Tercer Mundo, organización de expertos con sede en Penang, es la reticencia de la OMS a defender su posición.
«No es normal que la OMS permanezca en silencio sobre los países en desarrollo que usan la flexibilización de las normas de la OMC en materia de propiedad intelectual para conseguir medicamentos más baratos», dijo Khor a IPS.
La actual tendencia de la OMS a ceder a la presión va contra los antecedentes de la organización como defensora de los países en desarrollo, agregó.