Ante la visita a finales de marzo a Cuba del Papa Benedicto XVI, la oposición cubana se divide entre los que la rechazan por considerarla condescendiente con las autoridades y los que la apoyan como una apuesta por el diálogo. Orlando Márquez, portavoz de la arquidiócesis de La Habana, advirtió que pueden surgir presiones que […]
Ante la visita a finales de marzo a Cuba del Papa Benedicto XVI, la oposición cubana se divide entre los que la rechazan por considerarla condescendiente con las autoridades y los que la apoyan como una apuesta por el diálogo.
Orlando Márquez, portavoz de la arquidiócesis de La Habana, advirtió que pueden surgir presiones que pongan en peligro el fluido diálogo que mantienen con las autoridades cubanas desde mayo de 2010.
En un artículo publicado en internet señaló que «ante la ausencia de otras entidades, grupos o partidos independientes, algunos pueden aspirar a que la Iglesia se convierta en el catalizador de cambios radicales en Cuba».
El portavoz del cardenal cubano Jaime Ortega, alertó que otros esperan que la Iglesia sea una aliada natural del gobierno y resaltó que no faltan «los que le desean su repliegue y enclaustramiento»
Márquez, un laico que también dirige la revista diocesana Palabra Nueva, destacó que tanto el gobierno cubano como la Iglesia deben tener claro que «nada de lo anterior es el propósito y sepan mantener el diálogo».
Opositores piden a Benedicto XVI que desista del viaje
Más de setecientos opositores firmaron una carta pública en la que llaman a Benedicto XVI a reconsiderar su visita a Cuba, aunque no le piden que desista del viaje, que sería el segundo de un pontífice católico después del de Juan Pablo II en 1998.
La carta señala que la presencia del Pontífice en la isla puede ser considerada como un «mensaje a los represores de que pueden seguir haciendo lo que quieran, que la Iglesia lo va a permitir».
Martha Beatriz Roque, una de las firmantes y miembro del llamado «Grupo de los 75″, es crítica con la jerarquía eclesiástica porque considera que la política de acercamiento de la Iglesia es cómplice con el gobierno cubano.
Por su parte el sacerdote José Félix Pérez, secretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal, señaló que el Papa «va a hablar del amor cristiano, va a hablar de la reconciliación y de la unidad entre los cubanos».
Los obispos cubanos piden oración y ayuno
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, en un comunicado publicado en el diario Granma, invitó al pueblo a ser partícipe del evento y recibir al «Santo Padre Benedicto XVI con el cariño y el entusiasmo de quien viene en nombre del Señor».
De acuerdo con el programa hecho público, el Papa llegará a Santiago de Cuba el lunes 26 de marzo donde ofrecerá una misa en la plaza Antonio Maceo, al día siguiente visitará la Basílica donde se encuentra la Virgen de la Caridad del Cobre.
Luego Benedicto XVI continuará viaje hacia La Habana donde celebrará una misa el miércoles 28 de marzo a las nueve de la mañana en la histórica Plaza de la Revolución «José Martí» ante el público capitalino.
Durante la semana anterior a la llegada del Papa, los obispos exhortaron a los fieles cubanos a dedicar tres días a la oración eucarística y a la misión, practicar el ayuno y realizar obras de misericordia.
La visita del papa Juan Pablo II a la isla en 1998 significó el comienzo de una relación más cercana entre la Iglesia y el gobierno cubano después de décadas de enfrentamientos entre ambas partes.