«Aquí Radio España Independiente, estación pirenaica, la única emisora española sin censura de Franco.» Así se presentaba la emisora de la resistencia a la dictadura en 1941, la única voz radiada que pondría conocimiento y esperanza en la clase trabajadora española, que fue principal defensora de la República y también primera resistente al nazismo y […]
«Aquí Radio España Independiente, estación pirenaica, la única emisora española sin censura de Franco.» Así se presentaba la emisora de la resistencia a la dictadura en 1941, la única voz radiada que pondría conocimiento y esperanza en la clase trabajadora española, que fue principal defensora de la República y también primera resistente al nazismo y al fascismo que encontraban el apoyo más o menos encubierto de las aristocracias y las burguesías europeas.
«Aquí Radio España Independiente…». Los gobiernos europeos no sólo no ayudaron a la República española sino que favorecieron a los golpistas económica y políticamente. La emisora pudo empezar a emitir desde la Unión Soviética cuando la entonces patria de la clase obrera estaba siendo invadida por los nazis. Sirva de ejemplo de la relación de hermandad entre la clase obrera rusa y la clase obrera española.
La Pirenaica cerró en 1977, en el mes de julio, en los primeros días de lo que dimos en llamar «democracia». Después de tantos años sobreviviendo bajo esta otra forma de capitalismo, sin medio alguno con que lanzar al aire los intereses de la clase obrera, leemos este conjunto de cartas pensado lo útil y necesaria que podía resultar una nueva Pirenaica interior hoy.
En aquellos años La Pirenaica pasó por encima de la barrera que el franquismo ponía con el Servicio de Interferencia Radiada y la tecnología puntera que el gobierno de EEUU puso al servicio de la dictadura; a la represión y censura franquista contra la clase trabajadora se sumó la represión y censura del imperio- el imperio continua hoy esa tarea con los nuevos tintes-, aunque mientras duró La Pirenaica no consiguieron implantar el silencio. La fuerza republicana en su lucha proyectó al aire 108.360 emisiones radiadas, una tras otra recogían las palabras de corresponsales voluntarios que escribían a las direcciones que se daban a conocer: L´Humanité, del PC Francés; L´Unita, del PC Italiano; Revista Internacional, o el apartado de correos 43-03 de Estocolmo.
En el libro El Correo del exilio se recogen y comentan algunas de las miles de cartas que llegaban a la emisora entre 1962 y 1964, periodo de tiempo en el que hay un salto cualitativo en la lucha contra el franquismo. En esas cartas de emigrantes y exiliados se reconstruyen el tiempo, el espacio, la organización, los sentimientos, la fuerza con la que se había vivido la lucha y con la que se vivía la lucha por un mundo de justicia social. En esas cartas se oye la voz resonante que fundía la historia del pueblo trabajador.
En El Correo del exilio se recogen las palabras de 112 cartas en torno a los cinco temas que, sin duda, mostraron con más claridad la fuerza del antifranquismo en línea ascendente: la solidaridad con los mineros asturianos en la primavera de 1962; la movilización a nivel mundial contra el Consejo de Guerra y el asesinato del dirigente comunista Julián Grimau; la memoria de la guerra y la represión; las movilizaciones de exiliados y emigrantes contra la dictadura; y el No rotundo de todo el antifascismo a la campaña franquista por sus 25 años de dictadura.
Un libro que nos mantiene conectados con la Memoria Histórica Democrática de la resistencia desde La Pirenaica, pero que también hace que nos preguntemos si, tras tantos años desde su silencio, no han resultado y resultan necesarias, para la clase obrera, herramientas tecnológicas de gran alcance con las que alzar, en esta España tan castigada por el capitalismo, la voz por la República y el Socialismo.
Título: El Correo del exilio. Cartas a Radio España Independiente (1962-1964).
Autor: Mario Amorós.
Edita: Fundación Domingo Malagón.