La imputación de Cristina de Borbón por el juez, esperada por muchos ciudadanos hace tiempo y temida por el régimen, ha tenido una rápida y amplia repercusión en los medios internacionales. Hago a continuación, en un breve resumen, una selección y traducción personal de las crónicas que ofrecen sobre el tema los principales diarios. Le […]
La imputación de Cristina de Borbón por el juez, esperada por muchos ciudadanos hace tiempo y temida por el régimen, ha tenido una rápida y amplia repercusión en los medios internacionales. Hago a continuación, en un breve resumen, una selección y traducción personal de las crónicas que ofrecen sobre el tema los principales diarios.
Le Monde: «Delito de tráfico de influencias»
El periódico parisino destaca que la decisión del juez se inserta en un proceso de corrupción del que hasta ahora era protagonista su marido, Iñaki Urdangarín, «sospechoso de haber malversado varios millones de euros de dinero público sirviéndose del instituto Nóos», quien había intentado a lo largo de la instrucción judicial exculpar a la infanta en contra de las evidencias recogidas en los correos electrónicos aportados. Este «giro espectacular en el escándalo [de corrupción] golpea la popularidad de la monarquía española y del rey Juan Carlos», concluye.
En el comentario de un lector se refleja esta extendida opinión: «Como en Francia, en Italia y en otros sitios, una «élite» sin moral es ruina de nuestra civilización! Esta gente no inspira respeto sino desprecio».
La Repubblica: «La investigación judicial amenaza el trono del rey Juan Carlos»
Para este diario italiano «la investigación judicial por corrupción… afecta ahora directamente a la familia real». De ahí las graves consecuencias que llegarían a derivarse de tal imputación que «podría incluso llevar al rey Juan Carlos a la abdicación». En contra de la pretensión de Urdangarín y de la casa real, los hechos llevaban a la implicación de la infanta: «Cristina estaba en la dirección del Instituto, había puesto su secretario y asesor financiero a disposición del marido, recibía correos electrónicos con comunicaciones detalladas sobre las actividades de Nóos. Todos indicios de un posible conocimiento de esos affari sporchi [sucios negocios]».
Al final de esta crónica fechada en Palma de Mallorca, La Repubblica se hace eco de posibles presiones del rey a su hija y del rumor madrileño de su abdicación: «Se dice que para avalar la estrategia defensiva, para construir un personaje de mujer devota que apoyaba a su marido sin saber cómo engordaba su cuenta bancaria, el rey Juan Carlos había presionado para que su hija pidiese el divorcio. Y que ella se ha negado a obedecer al padre. En Madrid se cree que la implicación de Cristina podría obligar a Juan Carlos a abdicar, confiando las riendas al hijo Felipe, para salvar el futuro de la monarquía».
The New York Times: «La popularidad del rey Juan Carlos se ha hundido también»
El diario neoyorquino por su parte le dedica una amplia crónica bajo el título «Princesa española imputada en caso de malversación». A diferencia de otros corresponsales, Raphael Minder sitúa esta imputación real en el contexto generalizado de la corrupción en España, incluido el propio partido del gobierno. Para empezar, reconoce el fracaso de la casa real española en su intento de limitar a Urdangarín el daño derivado de la investigación judicial. La imputación deja a Cristina de Borbón en una posición incómoda, al convertirse en «la primera persona de sangre real en ser llevada ante un tribunal en la historia moderna de España».
Tambien refleja la «sorpresa» en la casa real por la imputación y la curiosa coincidencia de ésta con el fiscal: para ambos no habría suficiente evidencia para esa decisión judicial. «El juez Castro dijo que no llamar a declarar a la princesa Cristina habría ido en contra del principio de que la ley es igual para todos». En España, recuerda el periódico estadounidense, sólo el rey goza de completa inmunidad penal.
La corrupción acosa igualmente al PP y al jefe de gobierno, añade NYT. Están en marcha investigaciones judiciales acerca de los millones de euros guardados en bancos suizos por el extesorero del partido, Luis Bárcenas, así como sobre los presuntos pagos ilegales que habrían recibido Mariano Rajoy y altos dirigentes conservadores.
En unos momentos duros para muchos ciudadanos que se ven obligados a apretarse el cinturón, «los casos de corrupción que sacuden virtualmente a todas las instituciones públicas en España» han provocado ya ─ escribe R. Minder ─ una falta de confianza en el gobierno y una pérdida de imagen de la monarquía. «La popularidad del rey Juan Carlos se ha hundido también. (…) Los partidarios de la monarquía están preocupados de que el caso de corrupción que afecta a la hija del rey empeore las cosas para el palacio [de La Zarzuela]».
The Guardian: «Las alegaciones de corrupción y fraude fiscal golpean el corazón de la familia real española»
Giles Tremlett, corresponsal de este diario británico en Madrid, resume las acusaciones de corrupción que pesan sobre Urdangarín y las 14 razones que esgrime el juez Castro para desmontar su táctica defensiva a la hora de adoptar lo que él llama «dramática decisión». «El nombre de la princesa Cristina podría haber ayudado a las empresas privadas y a los corruptos políticos a «olvidar los necesarios canales y controles administrativos» en beneficio propio y de su marido», como señala el juez instructor.
La imputación de la hija menor del rey daña seriamente el ya enturbiado prestigio de la corona: «La decisión es un golpe para el rey Juan Carlos en cuanto que la antes modélica familia real comienza a doblarse bajo el peso de un escándalo público».
Recoge por último The Guardian la favorable acogida de la decisión del juez Castro por parte de «los diputados republicanos» en el Congreso, citando unas palabras de Cayo Lara, coordinador federal de Izquierda Unida (IU), que resumen bien su posición ─crítica con la monarquía y defensora de la igualdad jurídica─: Better late than never, es decir, en román paladino, «más vale tarde que nunca».
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