Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. *** Me baso, como siempre, en sus […]
Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto.
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Me baso, como siempre, en sus informaciones querido amigo. Empiezo por esta noticia: «Inspectores del Organismo europeo ECHA (European Chemical Agency), localizan amianto en el 14% de diversos productos de ocasión: EUROPA https://www.etui.org/fr/content/download/33749/313021/file/Le+rapport+complet.pdf «. ¡El 14%! ¿En qué productos de ocasión? ¿De dónde vienen estos productos?
Principalmente, se trataba de electrodomésticos, tales como, por ejemplo, hornos eléctricos, secadores de pelo, planchas eléctricas, etc., y sus países de origen de fabricación, eran tanto extra-comunitarios, como los que no. En el caso de estos últimos, con fechas de fabricación que en ocasiones eran anteriores a las correspondientes a cuando se estableció la prohibición en cada una de esas naciones europeas.
La finalidad del estudio, es la de alertar acerca de ese riesgo, confirmando su realidad, siquiera sea de forma minoritaria, como así es efectivamente el caso. A día de hoy, el amianto lo podemos tener en los más inesperados escenarios, y consecuentemente con ello, al propio tiempo no saberlo, con el consiguiente peligro.
Una información: TOLEDO – ELIMINACIÓN RESIDUOS AMIANTO-CEMENTO CONTAMINANTES DE TERRENOS. https://eldiadigital.es/not/248986/el-pp-pide-a-tolon-que-retire-el-amianto-del-poligono-con-el-superavit/ . ¿Se están haciendo bien las cosas en Toledo?
Rotundamente no, si lo que al final llega a prevalecer, como casi todo apunta a presuponer, es una monumental chapuza, que consistiría meramente en soterrar in situ a «todos» los peligrosos residuos, dejando a generaciones futuras ese permanente legado de potencial vuelta a la atmósfera de un amianto encapsulado, siempre eventualmente sujeto a deslizamientos espontáneos, de asentamiento del terreno, a la acción perturbadora de roedores o de niños con sus juegos, a la erosión de la lluvia y del viento, a los micro-seísmos, a las vibraciones del tráfico rodado más o menos próximo, y a que futuras generaciones, tras el olvido de lo realizado y en la ignorancia del riesgo real, terminaran por remover, accidental o voluntariamente, al peligroso contenido del depósito practicado en un tiempo entonces ya lejano.
Idealmente, lo procedente sería proceder a su inertización -que es definitiva-, mediante el oportuno y costoso tratamiento térmico a altas temperaturas. En su defecto, y como mínimo, habría que proceder a su retirada, en adecuadas condiciones de seguridad, incluyendo a su transporte y depósito permanente en un vertedero autorizado, en el quedaría indefinidamente retenido, identificado y custodiado.
Visto el cariz que ha tomado el asunto, me parece de lo más atinado y pertinente aquello que se ha anunciado en estos últimos días, esto es, que Izquierda Unida se apresta a trasladar el asunto al Parlamento Europeo.
De usted también por supuesto: «Incalificable información: http://www.malagahoy.es/malaga/Junta-dedicara-presupuesto-retirar-climatizacion_0_1222378648.html «. ¿Por qué incalificable?
Porque no se puede -no se debe-, detraer de su destino una partida presupuestaria que ya tenía su finalidad definida -el desamiantado de las edificaciones escolares-, para trocarla por la climatización de las mismas. Es como si, para poder pagar el material didáctico, se pretendiera dejar sin remuneración a los profesores. Esos «juegos malabares» presupuestarios señalan una nula concienciación respecto de la real entidad del riesgo que presupone la permanencia durante todavía más tiempo y con mayor obsolescencia, del amianto instalado, cuyo desmantelamiento queda así relegado sine die a un incierto futuro, y que por esa misma «regla de tres» podría resultar sucesivamente postergado ad calendas graecas.
Los niños, por la propia condición de sus inmaduras defensas inmunológicas y por su mayor esperanza de vida, constituyen una población de incrementado riesgo, singularmente para el mesotelioma, dado su dilatado tiempo de latencia. Cuanta mayor esperanza de vida, mayor margen temporal para que dicho tiempo de latencia pueda cumplirse.
¿Qué ha pasado en Madrid? Este enlace es de usted, me han llegado muchos: «El «aguacero» continúa, con novedades. Siguen surgiendo novedades en lo que se va publicando: http://ecodiario.eleconomista.es/sociedad/noticias/8971231/02/18/Entre-4000-y-5000-personas-podrian-morir-en-Madrid-por-el-amianto.html# «. ¿Cuatro mil o cinco mil personas? Creo que hay una convocatoria de huelga en el metro de Madrid: http://www.lavanguardia.com/local/madrid/20180228/441150888715/sindicato-de-maquinistas-de-metro-convoca-paros-en-marzo-y-pide-cesar-a-carabante-por-la-presencia-de-amianto.html . También esto: «Se ocultó durante 15 años la existencia de este mineral nocivo en 64 estaciones del suburbano Los sindicatos denuncian que Gallardón, Aguirre y González ocultaron la existencia de contaminantes cancerígenos». ¿Qué hace la actual Alcaldía? ¿Metro Madrid vendió en contra de la ley y a sabiendas trenes con amianto a Argentina? ¿Cuándo fue eso? ¿Quiénes fueron los responsables?
Todavía es pronto para opinar y pronunciarse sobre este asunto. Yo preferiría que dejáramos esta cuestión para una próxima entrevista, cuando ya se hubiera asuntado un tanto la polvareda informativa levantada, en la que cada pocas horas surgen nuevos datos, actitudes, justificaciones, detalles, el conocimiento de circunstancias pasadas, etc., que constantemente van modificando un panorama que en su momento habrá que contrastar adecuadamente, en la veracidad de todos sus vericuetos y facetas múltiples, y que parecen tan escandalosas, al menos en nuestra actual valoración.
De acuerdo. Para la próxima.
Además -no seamos ingenuos-, aquí al final prevalecerá una versión «oficial», que será el fruto, no le quepa duda, del juego de fuerzas contrapuestas, entre quienes tratarán de «quitar hierro» al asunto (ya lo están empezando a hacer), y quienes tratan de averiguar la verdad… o de sacar rédito político del desgaste del adversario ideológico. Téngase presente, por ejemplo, que, al parecer, el actual gobierno argentino está sopesando la oportunidad de denunciar judicialmente a España, por una venta de vagones con carga de asbesto, que podría haber resultado fraudulenta.
La presencia de amianto en el metro de diversas ciudades, y el uso del asbesto en los ferrocarriles, en general, es un tema que cuenta, indudablemente, con una historia previa.
El 14 de junio del año 2010, remitía por mi parte un correo electrónico dirigido a Ángel Cárcoba Alonso, que incluía el siguiente párrafo:
En el curso de mis pesquisas sobre el amianto en ferrocarriles, me encuentro con referencias bibliográficas que hacen mención de su uso en las INSTALACIONES FIJAS del «METRO» (en Seúl, en Oslo, etc.). Como ocurre con tantas otras cuestiones del amianto, a mí me gustaría poder hacer referencia a alguna situación concreta española, para que no parezca que los problemas no los tienen más que en el extranjero, una sensación que «me persigue» desde mis tiempos de la Comisión Nacional del Amianto, de Uralita. ¿Tienes alguna información que pueda ser publicada sin problemas, sobre presencia de amianto en alguno de los «metros» españoles?. De no ser así, ¿puedes indagar algo?
Con esa misma fecha, la respuesta de Ángel fue la siguiente:
Me pongo a buscar ya mismo datos concretos. De una cosa estoy seguro: si los vagones de metro los ha venido construyendo la fábrica CAF de Zaragoza y Beasain y los trabajadores de esa CAF están cayendo como moscas, lo lógico es que los trabajadores de talleres de Metro también estén afectados. Buscaré las pruebas.
El 10 de diciembre del año 2015, le dirigí otro correo a Ángel, con el siguiente contenido:
«Publicado ahora:
http://cadenaser.com/emisora/2015/12/09/ser_malaga/1449670749_047539.html
… link que correspondía a una noticia titulada: «Llegan a los juzgados los primeros casos de muerte por amianto de trabajadores del taller de Renfe en Málaga».
Su respuesta, de la misma fecha, decía lo siguiente:
¡Ay, ay ay!… ¡como pasa el tiempo! 1978, 80, 82, 87, década de los 90…cuantas reuniones con la sección sindical de CCOO en Madrid, Sevilla, Málaga, Valladolid (con mapa de riesgos incluido). Cuantas reuniones en la Comisión del amianto a las que tu asistías y en las que llevábamos al compañero Valdés a explicar la situación en Renfe. Y cómo conseguimos que Renfe respondiera al Grupo de Trabajo con Informes médicos…en los que admitía el uso de los diversos amiantos en los diversos tipos de vagones y trenes. Imagino que tienes las actas y los informes de la época. Y aquel informe del técnico del Centro de Sevilla, que me enviaste tu, en el que afirmaba que los talleres de Málaga se parecían a una barbería. Y las barbaridades contra la salud laboral y la salud pública y medioambiental que se cometieron en años siguientes en los que Renfe contrató a empresas de amigos, para la retirada de amianto en Zaragoza, Villaverde, Barcelona, Valladolid, Alcoy, Sevilla….Es una historia terrible, Paco, en la que se mezclan de nuevo intereses, presiones muy fuertes de la empresa a líderes sindicales para que cambiaran de opinión. Y si lo unimos a la tragedia de CAF, vemos que el sector ferroviario tendría la misma dimensión epidemiológica que Uralita o sector naval. Bueno, pues a lo mejor sería útil, elegir los tres o cuatro sectores más importantes y hacer una historia documentada de los mismos. !Ah! se me olvidaba RTVE.
Finalmente diremos, que en el mes de junio del año 2016, se publicó una información relativa a la presencia de amianto en el metro de Santiago de Chile: http://www.quepasa.cl/articulo/actualidad/2016/06/un-incomodo-pasajero.shtml/ , cuyo «resumen» es el siguiente:
La cantidad de asbesto presente en los carros más antiguos del metro de Santiago generó un inesperado encarecimiento del programa de renovación, adjudicado a la misma empresa que los fabricó originalmente, Alstom. Metro debió pagar US$122 millones más de lo contemplado para la reutilización, y someter a sus trabajadores y ex empleados a un programa de monitoreo médico, que hasta ahora no ha arrojado casos. Para los pasajeros, afirman expertos, el riesgo es casi nulo.
También esto es sorprendente: presencia de amianto en los platós y otras instalaciones de los estudios de Prado del Rey, asunto que, según usted, ya colea desde antiguo. https://www.elplural.com/comunicacion/2018/02/26/imputados-rtve-amianto-derechos-trabajadores-ccoo Le pregunto a continuación sobre ello. Descansemos un momento.
De acuerdo. A su disposición.
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