Escuche Tim DeChristopher es un estudiante de economía de la Universidad de Utah en Salt Lake City, que acababa de terminar su último examen antes del receso de invierno. Una de las preguntas del examen era: ¿Si las empresas de petróleo y gas son las únicas interesadas en comprar tierras públicas, los precios que pagan […]
Tim DeChristopher es un estudiante de economía de la Universidad de Utah en Salt Lake City, que acababa de terminar su último examen antes del receso de invierno. Una de las preguntas del examen era: ¿Si las empresas de petróleo y gas son las únicas interesadas en comprar tierras públicas, los precios que pagan para la explotación de gas y petróleo reflejan los verdaderos costos?
DeChristopher estaba inspirado. Terminó su examen, se puso la parca roja y salió hacia la polémica subasta de tierras de la Oficina de Administración de Tierras (BLM, por sus siglas en inglés), que la organización Southern Utah Wilderness Alliance denominó «el último gran regalo del gobierno de Bush a la industria de gas y petróleo». En lugar de participar en la protesta que se realizaba afuera, se registró como postor y compró 9.000 hectáreas de tierra pública. Es decir que pujó con éxito por las tierras públicas, ubicadas cerca de los Parques Nacionales Arches y Canyonlands y del Monumento Nacional Dinosaurio, y otras áreas prístinas. El precio: más de 1,7 millones de dólares.
Me dijo: «Cuando comencé a comprar cada parcela, entendieron con claridad lo que estaba sucediendo… suspendieron la subasta, y fui expulsado por agentes federales. Creo que había bastante caos y realmente no sabían como proceder en ese momento».
Patrick Shea, ex director de la Oficina de Administración de Tierras, representa a DeChristopher. Shea le dijo a Deseret News: «Tim actuó de acuerdo a la mejor tradición de desobediencia civil, hizo esto sin provocar daño físico ni material. Su fin era llamar la atención sobre la ilegitimidad e inmoralidad del proceso».
Hay una larga tradición de impedir el desarrollo territorial en Utah. En sus memorias, «Desert Solitaire», el escritor y activista Edward Abbey escribió: «El desierto. La palabra es música en sí misma… Apenas sabemos lo que significa el término, aunque su sonido atrae a todos aquellos cuyos ánimos y emociones aún no han sido aturdidos, insensibilizados o anestesiados en forma irremediable por los chillidos del comercio, la lucha despiadada por la ganancia y la dominación».
La novela de Abbey, «The Monkey Wrench Gang», inspiró a una generación de activistas ambientales a realizar «acciones directas» para impedir el «desarrollo». El diario Salt Lake Tribune informó sobre DeChristopher: «No puso azúcar en el tanque de combustible de una topadora. No impidió que se derribara un árbol ni prendió fuego un cartel. Sino que tan sólo al alzar su mano en la subasta, un estudiante de la Universidad de Utah de hecho impidió que tierras públicas fueran vendidas el viernes para ser destinadas a la explotación de gas y petróleo. De este modo se aseguró de que miles de hectáreas cercanas a dos parques nacionales de Utah no estarán abiertas a perforación en el futuro cercano».
Del mismo modo, el difunto Utah Phillips, músico de folk, activista y habitante de Utah durante muchos años, a menudo invocaba el proverbio del Sindicato Trabajadores Industriales del Mundo: «La acción directa da resultado».
Las ventas de la Oficina de Administración de Tierras no sólo dañarán la belleza paisajística. La perforación tiene impactos en la calidad del aire y el agua. Según High Country News, «La BLM no había analizado los impactos en los niveles de ozono de alrededor de 2.300 pozos perforados en la zona desde 2004 (…) ni había previsto los impactos en el aire de unos 6.300 pozos nuevos aprobados en el plan». ProPublica informa que el Río Colorado «abastece de energía eléctrica a alrededor de tres millones de personas, nutre al 15% de los cultivos del país y brinda agua potable a uno de cada doce estadounidenses. Ahora el apuro por desarrollar yacimientos nacionales de petróleo, gas y uranio a lo largo del río y sus afluentes amenaza su futuro».
Tras ser interrogado por las autoridades federales, DeChristopher fue dejado en libertad.
El Fiscal de Estados Unidos está evaluando los cargos en contra del estudiante. DeChristopher relexionó: «Ha sido realmente emocionante y esperanzador ver el apoyo que recibí en los últimos días (…) a pesar de todos los problemas de los que la gente puede hablar en este país y de la apatía y los ocho años de opresión y las décadas de deterioro de las libertades civiles, Estados Unidos aún es un lugar donde nunca estás solo cuando defiendes lo correcto».
Su interferencia en la subasta impidió en forma temporal la apropiación de tierra por parte de empresas de gas y petróleo, facilitada por Bush. Si DeChristopher logra conseguir 45 mil dólares antes del 29 de diciembre, puede realizar el primer pago de la tierra, y posiblemente evitar denuncias de fraude. Si la BLM opta por volver a subastar la tierra, esto sucederá después de que asuma el gobierno de Obama.
El resultado de las ventas, si tienen lugar, probablemente será diferente, gracias a la acción directa de un activista que alzó su voz y su mano para oponerse.
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Denis Moynihan colaboró como investigador para esta columna.
Amy Goodman es presentadora de Democracy Now! un noticiero diario de una hora que se emite por radio y televisión en más de 550 emisoras en inglés y 200 emisoras en español.
© 2008 Amy Goodman
Texto En Inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español, [email protected]