La porción de océano que se extiende al este de la central de Fukushima Daiichivuelve a estar en el centro de la polémica. La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (ASNJ) informó ayer de que el viernes se detectó una concentración de yodo radiactivo1.250 veces superior al límite legal en las aguas marinas situadas a […]
La porción de océano que se extiende al este de la central de Fukushima Daiichivuelve a estar en el centro de la polémica. La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (ASNJ) informó ayer de que el viernes se detectó una concentración de yodo radiactivo1.250 veces superior al límite legal en las aguas marinas situadas a 300 metros de la planta, una cifra diez veces superior a la media registrada desde que empezó la crisis nuclear. Eso significa que si un adulto bebiese medio litro de ese agua recibiría una radiactividad de un milisievert, considerada la cantidad de radiación máxima a la que es seguro exponerse en un año.
Durante la última semana, los niveles de radiación en el mar fluctuaron entre 100 y 147 veces el límite permitido. Según la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco), es probable que la cantidad de yodo-131 se haya disparado debido a las toneladas de agua marina utilizadas para enfriar los reactores y las piscinas de combustible que, una vez rociada sobre los edificios, se escurre hacia el mar. Ese líquido se sumaría a las partículas aéreas que emiten los reactores y que llevan semanas posándose sobre el océano.
Beber medio litro acumularía la radiación máxima permitida en un año
«En términos generales, el material radiactivo liberado en el mar se diluirá a causa de las corrientes marinas, por lo que se necesitaría mucha más cantidad para que las algas y la vida marina lo absorbieran», indicó el portavoz de la ASNJ, Hidehiko Nishiyama, en su enésimo mensaje tranquilizador. «Y puesto que [el yodo-131] tiene una vida media de ocho días , para cuando la gente coma los productos del mar probablemente esa cantidad se habrá reducido significativamente», completó.
Efectos en la pesca
Nashiyama se apresuró en afirmar que el pescado, pilar básico de la dieta japonesa, no se verá afectado por la radiación, bajo el argumento de que la pesca está suspendida en los alrededores de Fuku-shima desde el mismo día del tsunami y que el yodo radiactivo se diluye rápidamente. «Es poco probable que tenga un efecto inmediato sobre los habitantes de la zona», indicó, apostillando invariablemente su opinión con ese inquietante «inmediato» que tan habitual se ha hecho en las declaraciones del Gobierno japonés desde que estalló la alarma nuclear. Hasta la fecha, ninguna fuente oficial se ha referido al «largo plazo» , el gran peligro de toda esta crisis y la gran tragedia a la que se enfrenta Japón.
Greenpeace eleva a nivel 7 el desastre de Fukushima, igual que el de Chernóbil
Los operarios de Fukushima, por su parte, proseguían ayer con la nueva estrategia de lanzar agua destilada a los reactores, más efectiva que el agua marina ya que no corroelos materiales. Comenzaron con los reactores número 1 y 3, y más tarde iniciaron las operaciones en el número 2.
Al mismo tiempo, Tepco siguió intentando hacer circular el agua estancada y altamente contaminada de los reactores, cuya radiactividad está impidiendo las labores de restablecimiento del suministro eléctrico en varios de ellos.
Tepco ha detectado hasta 400 milisievert en la superficie del agua acumulada en el edificio que alberga la turbina del reactor 3, un nivel que puede provocar daños a la salud si se recibe en un intervalo corto. También preocupan las grandes cantidades de líquido irradiado en los reactores 2 y 4.
En el reactor 1, la profundidad del agua tóxica era de 40 centímetros , mientras que en el 3, el lugar donde sufrieron quemaduras dos operarios, alcanzaba 1,5 metros.
Por su parte, Greenpeace publicó ayer un informe en el que eleva a nivel 7 el desastre de Fukushima, el mismo rango que Chernóbil. Según el experto en seguridad nuclear Helmut Hirsch, la central japonesa ya ha liberado la suficiente cantidad de radiactividad como para ser calificado al máximo nivel según la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).
Desastre económico
A medida que las comunicaciones se restablecen en el área arrasada por el tsunami, el desastre económico también comienza a aflorar. El brutal terremoto y la ola de diez metros de altura no sólo dejaron a 250.000 personas sin hogar, sino también pusieron fin al sustento vital de centenares de miles de personas , en su mayoría pescadores que perdieron desde su barco hasta la costa en la que faenaban. «La mitad de los pescadores [en las provincias de Miyagi e Iwate] se han quedado sin medio de sustento» en el futuro, sentenció el experto Yuko Sasaki.
Según el Gobierno nipón, ya son 10.151 los muertos y 17.053 los desaparecidos.