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La radicalidad democrática de Don Felip Puig

Fuentes: Rebelión

Felip Puig, el Conseller de interior catalán, el responsable político del intento fracasado de desalojo de la plaza de los indignados, ha apuntado la posibilidad de convocar en Cataluña una consulta popular. ¿Sobre qué? ¿Sobre los recortes-hachazos en educación? ¿Sobre el intento de desmantelamiento de la sanidad pública catalana? ¿Sobre el acoso y derribo de […]

Felip Puig, el Conseller de interior catalán, el responsable político del intento fracasado de desalojo de la plaza de los indignados, ha apuntado la posibilidad de convocar en Cataluña una consulta popular. ¿Sobre qué? ¿Sobre los recortes-hachazos en educación? ¿Sobre el intento de desmantelamiento de la sanidad pública catalana? ¿Sobre el acoso y derribo de las asociaciones y fundaciones sociales que realizan tareas tan esenciales como cuidar a nuestros mayores, nuestros discapacitados y a nuestros enfermos mentales?

Nada de eso. Va de pacto fiscal, la última cortina de humo del nacionalismo conservador catalán y de ese partido en vías de absorción y liquidación llamado ERC. ¡Ay si LLúis Companys levantara la cabeza! Nada serio: agitar su clientela electoral, tenerlas en tensión, explotar políticamente la «idea» de que España explota a Cataluña y preparar un probable adelanto electoral si las circunstancias lo requieren. El gobierno de Eurovegas-Adelson está dispuesto a todo, el poder es el poder.

¿Qué razón ha esgrimido Felip Puig, el del bate, para apelar a una consulta popular? ¿CDC hablando de consultas populares? No se pierdan el argumento esgrimido: por radicalidad democrática. ¿Democracia en boca del Conseller del palo y los golpes que escribe y pronuncia mítines a los Mossos de escuadra y cartabón que recibirían las felicitaciones del mismísimo Himmler? De democracia nada de nada. Si hay un político institucional netamente antidemocrático en sus procedimientos, modos y finalidades, ese político se llama Don Felip, el Puig. No pueden engañar a nadie y no engañan. Pero la izquierda, que se precie de serlo, no debe menospreciar un ámbito que da mucho juego al nacionalismo conservador catalán, el mismo que negocia con Adelson, otro ejemplo de radicalidad democrática.

Que un hombre como Mas-Colell forme parte de ese gobierno es una prueba evidente que en asuntos poliéticos la inteligencia no es el nudo esencial.

Salvador López Arnal es nieto del delincuente José Arnal Cerezuela, un immolat per Catalunya que nunca tuvo en mente una Cataluña de esas características.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.