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Entrevista a Theo Oberhuber, cofundador de Ecologistas en Acción

«La razón para indultar los regadíos ilegales de Doñana es la necesidad del PP de competir electoralmente con Vox»

Fuentes: Ctxt

El 21 de abril, el Parlamento de Andalucía inició una tramitación exprés de una proposición de ley para regular centenares de hectáreas de regadío ilegal en el parque de Doñana (Huelva). El Gobierno de Moreno Bonilla defiende extender el terreno para su uso en el cultivo intensivo de frutos rojos. Esta medida ha generado una fuerte oposición entre los sectores progresistas y ecologistas, ya que el paraje natural es un símbolo de la biodiversidad, y la comunidad científica ha alertado contra la sobreexplotación basada en la ampliación de los regadíos. La Unión Europea, por su parte, amenaza con graves sanciones a España si el plan sigue adelante. 

Theo Oberhuber, cofundador de Ecologistas en Acción, forma parte del movimiento ecologista desde hace más de tres décadas. Está especializado en la defensa de la biodiversidad, ámbito en el que se le cita como una referencia, y en la actualidad coordina el área de Conservación de la Naturaleza de esta organización. Hemos charlado con él a propósito de la agresión a Doñana. 

La historia de los últimos años en Doñana es una historia trágica. ¿Qué ha sucedido allí?

Desde 1986 las organizaciones ecologistas venimos advirtiendo de la grave situación en la que se encontraba Doñana y especialmente de que el acuífero estaba siendo sobreexplotado. Lamentablemente, en lugar de tomar las medidas necesarias para conservarlo, las diferentes administraciones que se han sucedido desde entonces han incumplido la normativa existente y los planes de ordenación, consintiendo y fomentando diversas actividades económicas en la zona, y muy especialmente incrementando los regadíos, legales e ilegales.

¿Qué puede suponer ecológica y socialmente la decisión del PP?

Sería la muerte anunciada de Doñana y un descrédito internacional para nuestro país. Cualquier administración consecuente estaría aprobando un plan para la restauración de la naturaleza en Doñana, que sin duda empezaría por recuperar los procesos ecológicos que ya están gravemente deteriorados, recuperando las lagunas y arroyos, y para ello es esencial recuperar los recursos hídricos, cerrando pozos y cultivos ilegales. 

El Gobierno del Partido Popular y Vox están demostrando su incapacidad política para gobernar de forma sostenible la Comunidad Autónoma, su irresponsable gestión de los espacios protegidos y su disposición para utilizar electoralmente un tema de gran sensibilidad, que sin duda va a causar importantes daños económicos a los agricultores de la zona al ver que una parte importante de los consumidores de las fresas y frutos rojos prefieran rechazar estos productos. A ello habrá que sumar las sanciones económicas ya anunciadas por la Comisión Europea. 

¿Cuáles son las presiones que ha recibido el PP y qué se puede hacer para frenar la decisión?

La principal razón para indultar los regadíos ilegales de Doñana es la necesidad del PP de competir electoralmente con Vox, especialmente para lograr las alcaldías de varios municipios de la zona, así como la Diputación de Huelva. Por esos votos, el Partido Popular está mintiendo a los andaluces, aprobando una proposición de ley que saben que no se podrá cumplir, y dejando a Doñana en la cuerda floja. Esta proposición se aprobará, aunque creo que terminará siendo derogada. El problema es que hasta que eso ocurra, se puede agravar mucho la situación de Doñana y además supone un precedente muy grave.

Desde Doñana a Sainte Soline, pasando por las Tablas de Daimiel, Sierra Nevada, la Axarquía o el Levante, los conflictos alrededor del agua van a ser cada vez más agudos y complejos. ¿Qué podemos hacer y qué deben hacer los gobiernos?

Efectivamente, la crisis climática tiene entre sus consecuencias un drástico cambio en los recursos de agua dulce, lo que nos está obligando ya a cambiar nuestra relación con el agua. Las medidas que hay que adoptar para afrontar esta situación son muy evidentes: los gobiernos deben prohibir la creación de un solo metro cuadrado más de regadío, eliminar el regadío ilegal existente y eliminar en torno a un millón de hectáreas de regadío legal.

¿Qué le diría a quienes dicen que la preocupación por la naturaleza es propia de clases privilegiadas acerca de la necesidad de proteger Doñana?

La pérdida de biodiversidad no consiste solo en que desaparezcan algunas especies en peligro de extinción. Más de dos tercios de todos los cultivos del mundo dependen de polinizadores naturales como los insectos, y en la Unión Europea se estima que 5.000 millones de euros de la producción agrícola europea depende de la polinización, que en gran parte es realizada por insectos. Sin ellos, nuestro suministro alimentario cada vez será más inseguro y más caro. La biodiversidad marina, por ejemplo, tiene un papel esencial en la salud del planeta. El fitoplancton (algas y bacterias microscópicas) suministra la mitad del oxígeno que respiramos, y el océano y la vida marina absorbe un cuarto del CO2 emitido por la actividad humana. Las consecuencias de la destrucción de la naturaleza son incalculables; por ejemplo, podría suponer un desastre para el sector médico, ya que muchos productos farmacéuticos, incluidos cerca del 70% de los tratamientos contra los diversos cánceres, se obtienen de la naturaleza.

Pero Doñana es además un espacio litoral único, pues ya hemos destruido todos los ecosistemas mediterráneos húmedos similares que existían en nuestro país.

Deberíamos ser capaces de lograr que los diferentes sectores económicos convivan con este espacio natural. Si durante muchos años eso ha sido posible, ¿por qué ahora no?

¿Cómo valora la protección de la naturaleza a día de hoy en España? ¿Cuáles son los riesgos mayores que percibe?

Lamentablemente, el balance no puede ser optimista. La pérdida de biodiversidad continúa acelerándose, los espacios protegidos se muestran cada vez más incapaces de frenar los intereses económicos que los amenazan, los procesos ecosistémicos continúan deteriorándose, y aunque se han logrado en 2022 y 2023 importantes acuerdos internacionales para conservar la naturaleza, las administraciones siguen sin adoptar medidas eficaces para lograr su aplicación. Es cierto que algunas aves y mamíferos en peligro de extinción están recuperando sus poblaciones, pero a la vez otras muchas especies, y especialmente los insectos, están en un grave declive, estos últimos con una tasa de extinción ocho veces más rápida que la de mamíferos, aves y reptiles. La desaparición de los insectos llevará a la desaparición de otras muchas especies cuyas dietas dependen de estos insectos.

Creo que uno de los principales retos que tenemos por delante es aprender a convivir con la naturaleza, de la que, por cierto, formamos parte.

Usted lleva toda una vida dedicado a la conservación y protección de la naturaleza. ¿Qué le llevó a ello y qué balance haría?

Sin duda fue el amor por la naturaleza la que me llevó hace ya muchos años a ser ecologista y luchar por la biodiversidad. En este tiempo han sido muchas las derrotas, pero también las victorias alcanzadas. Pero lo más importante ha sido colaborar al cambio de mentalidad que se ha producido en una parte importante de la sociedad. En estos años hemos pasado de perseguir a las llamadas alimañas [las administraciones crearon las Juntas provinciales de extinción de alimañas para premiar y recompensar económicamente por matar águilas, linces y otras especies] mientras que ahora estas especies cuentan con una importante protección. Aunque el avance es todavía insuficiente, no hay más que salir al campo cualquier fin de semana para ver cómo mucha gente ha desarrollado ese amor y respeto por la naturaleza, y cuántas personas realizan largos desplazamientos para simplemente poder observar lobos, linces o aves migratorias.

Fuente: https://ctxt.es/es/20230401/Politica/42737/theo-oberhuber-ecologistas-en-accion-yayo-herrero-donana-regadios-huelva-fresas-pp-vox-entrevista.htm