El PSUC Viu rechaza la declaración «soberanista» -las comillas son más que pertinentes- presentada por los grupos parlamentarios de CiU, ERC e ICV-EUiA, la aprobada por el Parlament de Catalunya el 23 de enero de 2013 con un voto añadido de uno de los diputados de las CUP (que, desde luego, no han aparecido en […]
El PSUC Viu rechaza la declaración «soberanista» -las comillas son más que pertinentes- presentada por los grupos parlamentarios de CiU, ERC e ICV-EUiA, la aprobada por el Parlament de Catalunya el 23 de enero de 2013 con un voto añadido de uno de los diputados de las CUP (que, desde luego, no han aparecido en la foto de la trinidad «soberanista» y muy masculina).
El PSUC viu apunta «elementos positivos». Probablemente, sus amistades, compromisos y relacionas políticas le empujan a señalar que la incorporación de ICV-EUiA a la declaración ha mejorado algunos aspectos respecte a la primera propuesta de CiU y ERC. Será eso. No es el punto.
El texto, empero, presenta otros elementos a juicio del PSUC viu (es decir, del PSUC) que justifican su oposición. Los siguientes:
En primer lugar, sitúa la cohesión social dentro del proceso, lo que es totalmente contradictorio, como resulta obvio para todo aquel o aquella que no quiera cegarse, con el contenido neoliberal del pacto de gobierno CiU-ERC. «La propuesta profundiza en la vía fracasada y antidemocrática [y antiobrera habría que haber añadido] de los recortes y en la constante distribución de la riqueza a favor del excedente empresarial», uno de los mantras desgastados del gobierno de los mejores privatizadores, una de sus grandes soluciones. ¡Más madera, mucho más madera, para nuestros emprendedores! ¡Ya nos caerá alguna limosna! Tocar esa melodía infame y hablar de cohesión social es como relacionar el radio de Marte con la derivada tercera del logaritmo neperiano de la cuarta potencia de x + y + z.
Como señala el PSC-viu, lo contrario es más verdadero: se está provocando, ya está provocada, una fractura social de dimensiones históricas en nuestro país, en el país de Federica Montseny, López Raimundo y Salvador Puig Antich (No, por supuesto, en el país de Millet, Mas, Godó y Fainé).
La resolución, además, no cuestiona el fundamento neoliberal y de supuesto libre mercado en el que está fundamentada la UE. Del modelo económico europeo ni se habla. Como la declaración crítica del PSUC señala, ¿el dret a decidir también rige sobre qué UE queremos? ¿Puede hablarse de «soberanía del pueblo catalán», sin contar cuentos estúpidos, cuando los mercados día tras día dictan la letra, las tildes y los compases? ¿UN gobierno que apostó hasta el último momento por EuroVegas puede hablar realmente del dret a decidir, de soberanía ciudadana?
El PSUC-viu apunta también que el grupo parlamentario de ICV-EUiA tendría que haber presentado una declaración propia y no dar oxígeno a una coalición, CiU, que está o estaba en la UVI. Más que razonable. El ABC de casi todo.
El derecho a decidir, es decir, el derecho a la autodeterminación es indiscutible e irrenunciable, siempre ha estado presente en la tradición histórica del PSUC (cuando otras no decían ni pío podría añadirse), prosigue el texto. El PSUC Viu, en coherencia con el programa de ICV-EUiA, esta es su muy generosa interpretación, «reafirma su apuesta por la república y por el federalismo plurinacional como modelo de estado». El estado de las autonomías y el marco constitucional de 1978 han de ser superados en un proceso ciudadano de ruptura democrática que reconozca el derecho de autodeterminación y garantice en serio, no con falsa retórica encubridora, todos los derechos sociales. Y no sólo en Catalunya por supuesto.
No hace falta estar de acuerdo con todas las notas de la melodía del PSUC-viu. Es igual. Gotas de sensatez, argumentos con otra alma, miradas desde otra atalaya, una posición de izquierda anticapitalista y no nacionalista en un asunto esencial para la ciudadanía catalana, para la ciudadanía de Sefarad. Por fin, por fin.
Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría
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