Aunque el mundo no cumplirá este año el compromiso de acceso universal al tratamiento del VIH, algunos países, especialmente en África subsahariana, han avanzado mucho, informaron este martes tres agencias de la ONU. El objetivo se fijó en 2006, pero sólo algunos países concretarán el acceso universal, que se define como la cobertura de por […]
Aunque el mundo no cumplirá este año el compromiso de acceso universal al tratamiento del VIH, algunos países, especialmente en África subsahariana, han avanzado mucho, informaron este martes tres agencias de la ONU.
El objetivo se fijó en 2006, pero sólo algunos países concretarán el acceso universal, que se define como la cobertura de por lo menos 80 por ciento de la población que lo necesita, para fines de este año, según el reporte elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).
Como ocurre con muchas metas de salud, para medir los progresos se toma como parámetro la desigualdad, tanto entre regiones como entre aspectos del tratamiento requerido.
El informe, titulado «Towards Universal Access» («Hacia el acceso universal»), señala que todavía son limitados los esfuerzos preventivos para llegar a las poblaciones de mayor riesgo en el mundo, como los trabajadores sexuales, usuarios de drogas y hombres que tienen sexo con hombres. Sin embargo, destaca que hay un continuo avance en el acceso a los servicios que buscan prevenir el contagio de madre a hijo.
A tal fin, alrededor de la mitad de todas las embarazadas con VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) en países de bajos y medianos ingresos recibieron tratamiento antirretroviral, según el estudio.
Ocho países del mundo en desarrollo han alcanzado en 2009 el objetivo de acceso universal al tratamiento contra el VIH: Botswana, Camboya, Croacia, Cuba, Guyana, Omán, Rumania y Ruanda.
«Hay países, especialmente en África austral, que han logrado avances realmente alentadores», dijo a IPS Jimmy Kolker, de Unicef.
Pero no ocurre lo mismo en lugares como Nigeria, donde vive casi un tercio de las mujeres que deberían estar recibiendo medicación antirretroviral y no están accediendo a ella, agregó. Otros países donde se concentra esa carencia son la República Democrática del Congo, India y Uganda.
El informe se basa en cifras de 2009, así que la última palabra en materia de avances logrados llegará el año próximo, cuando también se fijen nuevos objetivos en la lucha contra el VIH y el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Dentro de este tema, Kolker dijo que ahora se percibe que el objetivo para 2015 debería ser eliminar la transmisión de madre a hijo, leve cambio de énfasis en relación a las metas de acceso a atención de salud de 2006 a 2010.
«Esto no mediría el insumo, que es darle los fármacos a la madre, sino el resultado, que es un bebé sin sida», explicó.
Un obstáculo que se interpone ante los objetivos existentes y los nuevos es el estancamiento e incluso la reducción de los fondos aportados por donantes en los últimos años, lo que se atribuye ampliamente a la crisis financiera, subraya el estudio.
Para mantener operativos los programas de lucha contra el sida se requieren 10.000 millones de dólares, dijo a IPS Bernhard Schwartländer, de Onusida.
Se prevé que la semana próxima los países donantes reafirmarán sus compromisos con el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria en una reunión en la ONU, en Nueva York.
Pero, según Kolker, además de donaciones, se necesitará que los gobiernos de los países pobres aprovechen su capacidad al máximo.
«La buena noticia es que una proporción mayor del gasto en la lucha contra el sida procede de gobiernos nacionales. Que países como Kenia, Botswana, Sudáfrica y Namibia decidan pagar por sí mismos los antirretrovirales es un gran paso adelante, y es necesario alentarlo», sostuvo.
Schwartländer dijo que se necesita más dinero, pero también es un hecho que «es necesario ser más eficientes». «Los servicios tienen que estar integrados, y no brindarse en diferentes lugares como si no estuvieran vinculados. Claramente vamos en dirección a la integración de servicios», agregó.
Aunque todavía hay 33,4 millones de personas que viven con VIH en todo el mundo y 2,7 millones fueron diagnosticadas solamente en 2008, la cantidad de quienes reciben terapia antirretroviral en los países de medianos y bajos ingresos aumentó en 1,2 millones en 2009. Esto representa el mayor aumento de que se tenga registro en un solo año, y hace que el número ascienda a 5,25 millones, según el informe.
De todos modos, dos tercios de la población que necesita medicación antirretroviral no accede a ella. Además, se estima que 60 por ciento de los pacientes del mundo en desarrollo no saben si tienen VIH y muchos esfuerzos de prevención continúan rezagados.
El informe advierte que las estrategias nacionales deben incluir esfuerzos especiales por llegar a los indigentes y a los socialmente excluidos, y que los esfuerzos por cumplir el sexto Objetivo de las Naciones Unidas para el Milenio –frenar y revertir el avance del VIH/sida y otras enfermedades para 2015– han desatado cambios en los sistemas de salud de muchos países.
Como explicó Kolker, originalmente el tratamiento del VIH se introdujo en los hospitales centrales como cuidados especializados, pero «el principio del acceso universal implicó que se lo llevara al nivel de atención más básica». Para evitar la transmisión de madre a hijo hubo que «ir a clínicas maternales y antenatales, a las unidades de salud de las aldeas, y eso se hizo en buena medida. El esfuerzo por hacer que esto estuviera universalmente disponible ha tenido éxito en casi todos los países», agregó. Sin embargo, «no es lo mismo acceder a esos centros que prevenir realmente las nuevas infecciones», concluyó.