La Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina ha enviado una carta al ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, en la que expresa su «profundo rechazo y vergüenza» por la decisión que adoptaron los Veinticinco a la hora de suspender la ayuda económica a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). «Consideramos que […]
La Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina ha enviado una carta al ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, en la que expresa su «profundo rechazo y vergüenza» por la decisión que adoptaron los Veinticinco a la hora de suspender la ayuda económica a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
«Consideramos que es una decisión injustificada e injusta que sólo servirá para agudizar un desastre humanitario, como constatan entre otros la OMS, en el seno de la población palestina bajo ocupación, con consecuencias sociales y políticas dramáticas», señala en la misiva.
En este sentido, estima que en las reglas de cooperación de la Unión Europea están las de suspensión de acuerdos «con todo país que no respete los derechos humanos, derechos que Israel viola abiertamente desde hace años».
Red Solidaria con Palestina hace hincapié en que los dirigentes israelíes «rehúsan» aplicar la IV Convención de Ginebra, no reconocen un Estado palestino o «simplemente el derecho palestino a un Estado en las fronteras de 1967», al tiempo que «no respetan los acuerdos firmados y no renuncian a la violencia contra la población civil palestina». Sin embargo, critica que no se haya hecho «ninguna amonestación europea por ello».
Incluso, menciona las resoluciones de la Corte Internacional de Justicia del 9 de julio de 2004, en la que se declaró la ilegalidad del Muro de anexión israelí en Cisjordania y se pidió a la comunidad internacional para que asumiera sus responsabilidades «para interrumpir la construcción, demoler las partes construidas, y restituir sus tierras y los bienes confiscados a la población palestina, no se han hecho cumplir».
Y es ahora, con respecto al pueblo palestino y a sus dirigentes elegidos democráticamente en las elecciones de enero, «que por primera vez en este conflicto de ocupación, aparece la hipótesis de sanciones», censura esta asociación. «No es sólo la cuestión de fondo de aplicar dos medidas a poderes que no están en igualdad de condiciones, es también una inversión de los términos de este conflicto, el de una ocupación por Israel de los territorios palestinos», advierte al ministro.
En este sentido, puntualiza que la Unión Europea ha reconocido el carácter «transparente y democrático» del escrutinio palestino de hace casi tres meses. «Sin embargo exige al Gobierno palestino lo que es incapaz de exigir al Gobierno de Israel, que es sin embargo el Estado ocupante. En este caso el reconocimiento del Estado de Israel, y el respeto de los acuerdos firmados y finalizar con la violencia», ha precisado.
Y no se menciona tampoco, a su juicio, que además el Gobierno palestino, «implícitamente», ha reconocido a un Israel de las fronteras de 1967, y que Israel recibe ayuda por su parte, con tratos comerciales preferenciales y acuerdos en el seno de la UE.
Situación de extrema pobreza
«La UE es la primera que contribuye económicamente con el pueblo palestino. A pesar de esta ayuda, las condiciones de la ocupación condenan a la mayoría de la población a sobrevivir en situaciones de extrema pobreza. La primera condición para un desarrollo duradero en Palestina es acabar con la ocupación. En espera del fin de la misma, los palestinos y palestinas tienen necesidad de ayuda internacional para salir del pre-desarrollo al que la ocupación les reduce».
Por ello, indica que la UE deber «reforzar» su ayuda al pueblo palestino así como a la Autoridad Palestina y «comprometerse firmemente» en la búsqueda de una solución justa y duradera al conflicto israelo-palestino.
«No hacerlo condenaría al pueblo palestino a una crisis humanitaria sin precedentes. Sería también vapulear su elección democrática, además de que las elecciones legislativas han tenido lugar bajo condiciones impuestas por la ocupación, son el reflejo a la vez de su voluntad de una vida más segura, de una mejora de sus condiciones de existencia, de un saneamiento de sus instituciones y de su rechazo del unilateralismo israelí ante el que la comunidad internacional permanece impasible», finaliza la misiva.