Recomiendo:
0

La revista Nature revela comercialización Ilegal de maíz pesticida por SYNGENTA

Fuentes: RAPAL-VE

En diciembre 2004, la corporación SYNGENTA, uno de los 5 gigantes de la biotecnología y la compañía agroquímica más grande del mundo, informó al gobierno de los EE.UU. que se había enterado que, durante cuatro años, se había comercializado una variedad experimental de maíz productora de pesticida, no-aprobada para uso humano ni animal. Según esta […]

En diciembre 2004, la corporación SYNGENTA, uno de los 5 gigantes de la biotecnología y la compañía agroquímica más grande del mundo, informó al gobierno de los EE.UU. que se había enterado que, durante cuatro años, se había comercializado una variedad experimental de maíz productora de pesticida, no-aprobada para uso humano ni animal. Según esta corporación transnacional, esto se debió a que, por error, maíz Bt10 había sido etiquetado como «maíz Bt11,» una variedad que sí está aprobada. Entre 2001 y 2004, se sembró aproximadamente 14.000 sacos de semillas de maíz Bt10 en aproximadamente 37000 acres y se vendió las cosechas para alimentación humana y animal en los EE.UU. y otros países. Este maíz es ilegal porque nunca fue registrado ante la Agencia de Protección Ambiental como pesticida.

La Agencia de Alimentos y Drogas (FDA), la de Protección Ambiental (EPA) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) conjuntamente con la Casa Blanca, mantuvieron la información secreta durante 2 meses. A finales de marzo, cuando una fuente anónima advirtió a la revista Nature, el gobierno se vio obligado a reconocer el hecho pero, junto con Syngenta, aseguraron al público que no presentaba riesgo ya que la proteína producida por Bt10 (no-aprobado) y Bt11 (aprobado) es la misma. Luego, presionados por expertos en la manipulación genética, reconocieron que sí difieren en la posición de inserción de los transgenes en el genoma y que son «casí iguales.»

El tipo de proteína producida por un transgén puede variar según su lugar de inserción en el genoma por lo que genes idénticos en el mismo cultivo pueden causar riesgos únicos no-predecibles, razón por lo cual se debe evaluar la seguridad de cada nuevo cultivo transgénico aun cuando fue manipulado para producir la misma característica que un OMG ya aprobado. Por tanto, no se puede presumir que los riesgos de Bt10 y Bt11 sean los mismos. En ensayos realizados hace 11 años, se encontró que Bt10 produce 1/7 del pesticida que Bt11 y, según la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos, se reportó que Bt11 produce 4 tipos de proteínas. El gobierno estadounidense no ha comentado sobre estos puntos y sus protocolos ignoran éstos y otros riesgos potenciales. Un informe del gobierno austriaco concluyó que la aserción de que maíz Bt11 es seguro está basada en asunciones y no en hechos científicos.

Otra diferencia entre Bt10 y Bt11, que la compañía y el gobierno no mencionaron, es que Bt10 contiene un marcador que codifica resistencia al antibiótico ampicilina, una diferencia, dice Nature, que expertos consideran significativa pero que el vocero de Syngenta descartó como «irrelevante.» Según un oficial del USDA, Syngenta omitió este dato cuando reportó la contaminación con maíz Bt10 en diciembre 2004.

En abril 2004, la Autoridad Europea declaró que no permitiría la presencia de este tipo de marcador (resistencia a ampicilina) en los productos, lo que resultó en que se vedó el cultivo en España (el único país de la UE que permite el cultivo comercial de OMG) de 79.000Ha de maíz Bt176, también de Syngenta. La UE no ha importado maíz para la alimentación humana desde hace años pero si importó 3,5 millones de toneladas en 2004 para consumo animal. A pesar de esto, Syngenta, una corporación suiza, no informó a la UE sobre esta contaminación. A partir del 17 de abril, como medida de emergencia, la UE exige que todo maíz importado sea certificado libre de Bt10. Es posible que Japón, el principal importador de maíz de los EE.UU. tome medidas similares. En adición, se esperan acciones legales con multas e indemnizaciones multimillonarios que según el periódico alemán «Spiegel» pudiese superar al billón de dólares que la contaminación con Starlink le costó a la transnacional Aventis (ahora parte de Bayer CropScience).

Francis Blake de la Asociación de Agricultores Orgánicos de Europa dijo: «Esto parece ser un ejemplo más de decepción, de ocultamiento, de incompetencia y arrogancia de la industria productora de OMG.» El Ministro alemán de Protección al Consumidor lo describió como «Una negligencia increíble.»

Esta noticia llegó en un momento en que los Estados Unidos está reclamando a la OMC que las regulaciones de la Unión Europea sobre OMG constituyen una barrera al comercio. Irónicamente, representantes de Syngenta y del USDA, sostienen que, dado que Syngenta reportó la contaminación rápidamente, este caso «demuestra que el sistema está funcionando.» Los editores de Nature recomiendan que los reguladores europeos realicen su propia investigación en vista de que sus contrapartes norte-americanos no dan seña de estar enfrentando el reto.

 

Fuente: Jeffrey Smith Spilling the Beans , April, 2005 www.seedsofdeception.com . Smith cita, entre otros:

German Consumer Protection Minister: «Unbelievable Sloppiness!» Spiegel International, Germany, April 18 2005,
http://service.spiegel.de/cache/international/spiegel/0,1518,352006,00.html

Wolfgang Reuter, Stalking Genetically Modified Corn, Spiegel Online , April 18 2005,
http://service.spiegel.de/cache/international/0,1518,351921,00.html

Colin Macilwain: (1) US launches probe into sales of unapproved transgenic corn : 22 March 2005;
http://www.nature.com/news/2005/050321/full/nature03570.html

(2) Stray seeds had antibiotic-resistance genes, Nature, Published online: 29 March 2005;
http://www.nature.com/news/2005/050328/full/434548a.html

Don’t rely on Uncle Sam , Editorial, Nature 434, 807 (14 April 2005) Spain to ban Syngenta corn, EU’s biggest biotech crop, Checkbiotech.org, (Bloomberg), 30 Apr 2004,
http://www.checkbiotech.org/root/index.cfm

E.U. Votes Ban on U.S. Corn Gluten , Associated Press, April 16, 2005; washingtonpost.com