El pasado día 2 de septiembre fue histórico. La sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña fue clara: el Pazo de Meirás es de dominio público y no de la familia Franco. Gracias a la demanda interpuesta por la Abogacía del Estado, estamos más cerca de que se cumplan las reivindicaciones históricas de gran parte de la sociedad gallega y asociaciones memorialistas. La resolución, no obstante, puede ser aún recurrida pero el paso dado es muy importante respecto a la propiedad de este inmueble que fue residencia oficial de Franco durante la dictadura y hasta su muerte. Luego, pasó a manos de sus herederos. En la actualidad, está gestionado por su familia y la Fundación que lleva el nombre del dictador.
Una de las personas que más ha luchado e investigado para que se haga justicia es Carlos Babío (Sada, A Coruña, 1967). El pasado mes de noviembre ya conversó largo y tendido con cuartopoder.es sobre todo lo relacionado con el Pazo. En 2018 publicó un libro, junto a Manuel Pérez, titulado Meirás: un pazo, un caudillo, un expolio (Fundación Galiza Sempre). Su trabajo ha servido para ayudar a la demanda que ha generado la sentencia. Y también para irritar a los Franco, que le han interpuesto dos demandas por injurias y calumnias. Hablamos de nuevo con él tras conocerse la sentencia judicial.
-Supongo que muy contento por la sentencia. ¿Qué sintió al conocerla y qué significa tanto para usted como para la sociedad gallega en su conjunto?
-Mucha alegría. Son muchos años intentando reconstruir la verdadera historia de todo lo que ha pasado en Meirás. Fueron muchos años de trabajo de investigación y divulgación. Y un trabajo de colaborar en todo lo que tuvo que ver con la forma que se le dio a la participación social, comisiones e instituciones que pusieron su granito de arena. Algunas de manera imprescindible. Sobre todo me acordé de las víctimas de aquello. De lo tarde que llegamos pero que al final conseguimos hacer justicia.
-Defiende que es una sentencia histórica porque es la sentencia más grande que se ha hecho contra el franquismo.
.-Sí, porque si el Pazo de Meirás lo cogiéramos estrictamente desde el Derecho Civil, como pleito por una propiedad, sería muy difícil gestionarlo desde el punto de vista técnico. Hay que entender los procesos históricos por parte de los que se levantaron militarmente y socialmente en A Coruña y cómo se va reconvirtiendo esa propiedad en una residencia oficial del Estado. La sentencia no solo hace un relato histórico magistral sino que además da con las claves de por qué esta sentencia es posible. Una de ellas es que documentalmente se le entregaron las pruebas evidentes de los abusos y todo lo que veníamos denunciando estos años. La jueza hace hincapié en la participación social y las entidades que se coordinaron y consiguieron que la demanda fuera adelante.
Esto habla de la madurez democrática de la sociedad en organizarse para conseguirlo. Es una victoria absolutamente colectiva de la sociedad gallega que se organizó desde la base para lograr que las administraciones públicas tuvieran que coordinarse. El Estado cogió esa bandera para que al final la Abogacía del Estado redactara, de manera maravillosa la demanda y llegara la sentencia de la semana pasada.
-¿Cuál es el siguiente paso ahora? Entiendo que queda que la sentencia sea definitiva. ¿Qué plazos hay para todo este proceso judicial?
-Ahora, desde la publicación de la sentencia, los Franco tienen 20 días para presentar recurso ante la Audiencia Provincial. La Abogacía del Estado está valorando la posibilidad de solicitar la ejecución cautelar de la sentencia, es decir que los Franco entreguen las llaves y que no haya que esperar a otras resoluciones judiciales. Esto es debido a la contundencia de la sentencia. Es una sentencia que avala todos los extremos solicitados por la Abogacía del Estado y no dan lugar a ningún resquicio de dudas. Y además se fundamenta jurídicamente. Y luego, ante la resolución del juzgado cabe un recurso de casación ante el Tribunal Supremo y en último caso ante el Tribunal Constitucional. Pero bueno, somos muy optimistas. En la lectura de esos 400 folios de la sentencia es que no dan ningún resquicio al pesimismo.
-En todo caso, vamos a tardar un poco en vero totalmente recuperado el Pazo
-Sí, pero si miramos hace dos o tres años atrás, la cosa pintaba muy negra. Porque efectivamente aquí hubo un “atado y bien atado”, que lo dijo el señor que protagonizó el régimen que encarnó y ratificó su Transición tras su muerte. Era complicado luchar contra determinados elementos y conseguir aunar todas las voluntades y toda la mayoría social que se generó alrededor de esto en la sociedad gallega. Hace dos años lo teníamos bastante peor y ahora lo tenemos en una situación irreversible aunque tengamos que esperar más tiempo. Pasaron 80 años ya…llegamos muy tarde. Pero las armas que nos da la democracia española son estas, y son limitadísimas. Y las está ejecutando la sociedad gallega en su conjunto de manera ejemplar.
-¿Se esperaban una sentencia así?
-Nos ha sorprendido en la medida en que es la primera sentencia judicial en el Estado español que sienta en el banquillo de alguna manera al golpe militar de 1936 y todo lo que se degeneró a partir de ahí. Y es la primera vez que una sentencia judicial no solo tiene en cuenta esos procesos sino que los juzga como procesos irregulares, no compatibles con una democracia. La sentencia habla de un jefe del Estado autoproclamado. No deja ningún tipo de dudas de que no había diferencias entre lo público y lo privado en el régimen de Franco. El régimen era absoluta corrupción, habla la sentencia de un sinfín de cuestiones históricas que se dan traslado al plano judicial y que nos pueden servir de futuro para acometer el franquismo desde otra perspectiva. Teniendo en cuenta que ya tendríamos jurisprudencia para entender que el franquismo no forma parte de un periodo normal o democrático de la historia de España.
-Lo ha comentado siempre, que el futuro del Pazo tiene que ser un espacio de homenaje a Emilia Pardo Bazán. ¿Cree que hay consenso para que eso sea así?
-Estos días hay mucho debate en torno a eso porque tras la sentencia se da por hecho que el Pazo, más pronto que tarde, va a pasar a dominio público. La idea es que el Estado comparta el Pazo con las instituciones gallegas para que ese uso público del Pazo se pueda ejercer desde aquí. Porque no olvidemos que el Pazo lo pagaron los gallegos y gallegas y se entiende así. Hay ya debate social sobre qué cosas debe incorporar el Pazo. Creo que hay consenso para que un espacio esté dedicado a Pardo Bazán. Y hay también un consenso unánime de que tiene que ser un espacio dedicado a la memoria histórica y reconocimiento de las víctimas. Desde ahí existen multitud de propuestas para convertirlo en un espació público de memoria.
-Sigue pendiente de juicio con la familia Franco…
-Sí, bueno, ahora lo van a tener un poco más complicado. En las cuatro demandas que me han puesto están vinculadas a unas supuestas injurias y calumnias que yo he cometido contra el dictador Franco. Todas están expresadas en el libro que publiqué junto a Manuel Pérez. La jueza en la sentencia les ha dado plena validez. Este libro no solo está avalado por el mundo académico sino que tiene también uno judicial tras la sentencia. Yo no creo que exista una publicación en el mundo que tenga tantos avales como este. Es difícil de entender.