No es de la primera parte del partido de la Supercopa en la que Atlétic, con procedimientos un pelín contundentes (y, por supuesto, con un magnífico gol de Villa), llevó al Barça (multinacional)-més-que-un-club a la práctica de un juego insulto e inoperante capaz de adormecer al más despierto e interesado, de lo que quería hablar. […]
No es de la primera parte del partido de la Supercopa en la que Atlétic, con procedimientos un pelín contundentes (y, por supuesto, con un magnífico gol de Villa), llevó al Barça (multinacional)-més-que-un-club a la práctica de un juego insulto e inoperante capaz de adormecer al más despierto e interesado, de lo que quería hablar.
No es tampoco del horario del partido -¡11 de la noche!- impuesto por los auténticos mandatarios, los que ostentan mando en plaza, los patrocinadores de la Liga de Campeones. ¡Media hora después del final de los partidos de la previa de la Champions, para que su publicidad no quede perjudicada ni un nanosegundo!
No es ni siquiera de China, el país asiático donde se celebrará la Supercopa de España (¿De España?) a partir de 2015 (¿Qué diría Chu en Lai, incluso Lin Piao, de un «acontecimiento» así?).
No es tampoco de las bicolores con toro, o de las bicolores noefranquistas -o incluso franquistas- que me pareció ver ondear en el Calderón a lo que quería referirme.
No, no son esos los objetivos de esta nota. El asunto va de camisetas y de retransmisiones televisivas, de los «profesionales» de TV3.
A algún genio publicitario de la directiva del Barça o de sus proximidades se le ocurrió elegir la senyera para diseñar la segunda camiseta del equipo de Cesc y Neymar. Nunca hasta ahora. Supongamos por un momento que yo me moviera en los alrededores del barcelonismo más catalanista y militante, que apoyara firmemente (incluso algo fanáticamente) el mal denominado proceso soberanista -independentista, que me sintiera molt però que molt català y muy culé. Etc etc. Añadan lo que mejor estimen; lo acepto todo.
Mis dudas tras esa ubicación:
¿Es de recibo una bandera nacional incrustada en una camiseta que publicita en su parte central el tema «Qatar airways»? ¿Una enseña nacional haciendo publicidad de un compañía aérea de un estado tan «democrático, fraternal y humanista como» Qatar? ¿Una declaración implícita de intenciones a favor del neoliberalismo más antipopular concebible y de una política exterior impresentable?
¿No hay ya, además, un equipo, el de la selección catalana, que usa esa camiseta o una muy afín?
¿No existen en Catalunya otros equipos «catalanes» aparte del Barça? ¿No es el Español acaso un equipo catalán? ¿No lo son el Girona, el Tarragona, el Mollerusa o el Sabadell por ejemplo? ¿Por qué entonces el Barça ha elegido como segunda camiseta un diseño que, prima facie, no debería usar en exclusiva? ¿Es un corolario de su dominio por ser la multinacional catalana «més-que-un-club»?
¿Se imaginan las opiniones que podrían leerse en medios informativos catalanes si el Madrid, el Atlético, el Málaga o el Valladolid usaran la bicolor (…o la tricolor, no sería esta «pequeña-gran» diferencia un nudo esencial en esta caso) como segunda camiseta del equipo? Fachas, españolistas, anexionistas, rancio-conservadores, la España de siempre… ¿no serían algunas de las expresiones más usadas?
¿Es de recibo que los periodistas deportivos de TV3 se comporten, y me quedo corto, como hooligangs nacionalistas? ¿Es razonable que defiendan políticamente, sin ser capaces de atisbar ninguna arista crítica, el uso de la senyera en la camiseta de uno (entre muchos) de los equipos catalanes? ¿Es sensato que señalen, más allá de las decisiones arbitrales, que el Barça puede hacer lo que le venga en gana y que, puestos, sin ninguna recomendación al respecto, podría decidir jugar con la camiseta-senyera-Qatar, marginando la blau grana, cuando y donde les viniera en gana?
Pues sí. Todo lo anterior, sin exageración por mi parte, es razonable, prudente y sensato. El marco de pensamiento en el que se mueven las informaciones de TV3, una televisión pública servilmente situada a los pies del poder político y la ideología nacionalista dominante más indiscutida, casi a la altura de las menos presentables de las televisiones neofranquistas en el vértice apuntado, es éste: Barça, Catalunya, independencia, senyera, som ells millors, España-araña, etc, etc.
¿A qué les recuerda algo aunque sea recordando la figura de la inversión hegeliana?
Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia).
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