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Entrevista a José Enrique Zaldívar, presidente y socio fundador de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT)

«La tauromaquia es tortura, no cultura»

Fuentes: Crónica Popular

José Enrique Zaldívar Laguía es veterinario, presidente y socio fundador de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT), vicepresidente de la Plataforma La Tortura No Es Cultura (LTNEC) y fundador de la Asociación Ciudadana por la Defensa de los Derechos de los Animales (ACDDA). Pensando en la realización de esta entrevista he recordado […]

José Enrique Zaldívar Laguía es veterinario, presidente y socio fundador de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT), vicepresidente de la Plataforma La Tortura No Es Cultura (LTNEC) y fundador de la Asociación Ciudadana por la Defensa de los Derechos de los Animales (ACDDA).

Pensando en la realización de esta entrevista he recordado narraciones sobre animales y el respeto que se tiene por ellos en el mundo de la cultura, y he escogido un párrafo relacionado con el tema a tratar aquí. Forma parte de «Historias y cuentos», de Juan Ramón Jiménez, el título del relato es «Rafael Vázquez», y el fragmento dice así:

«…Su madre dice que él dice:

-El domingo, cuando vengan ya a la plaza los toreros y los picadores y la jente, yo me voy a poner enmedio de la calle con los brazos abiertos, diciendo: «¡Atrás, atrás: ya no hay plaza de toros! ¡Ya no hay plaza de toros! ¡Yo la he echado abajo porque soy arquitecto, y he hecho donde estaba casas para obreros!».

Pasamos a las preguntas.

Explícanos cómo surge la Plataforma Tortura No es Cultura y cuál es su campo de trabajo.

La Plataforma surge como consecuencia de la proposición, por parte del gobierno de la Comunidad de Madrid, de hacer de la tauromaquia Bien de Interés Cultural. Dentro de ella se encuentra una amplia representación de asociaciones animalistas y algún partido político, que tienen dentro de sus líneas de actuación la abolición de la tauromaquia en todas sus expresiones. Una vez que la CAM aprobó que los espectáculos taurinos fueran BIC, la LTNEC presentó un recurso en primera instancia, que ha sido desestimado. Cabía la posibilidad de volver a recurrir esta desestimación, pero el elevado coste que supondría, unos 20.000 euros (Ley de Gallardón), nos ha hecho desistir de plantearlo. A pesar de este contratiempo, la Plataforma seguirá existiendo y trabajando en otros temas relacionados con su único fin: el de conseguir que estos espectáculos de maltrato animal institucionalizado acaben algún día.

Denuncia por el maltrato de toros en el rodaje de «Blancanieves»

Sin embargo, el nombre de la Plataforma Tortura No es Cultura saltó también a un primer plano a partir de la denuncia de lo ocurrido en el rodaje de la película «Blancanieves, dirigida por Pablo Berger y que ha recibido varios premios Goya en su última edició…

La Plataforma, una vez que tiene conocimiento de lo que pasó en el rodaje de la película, inició las actuaciones para que la productora y su director fueran sancionados por infringir leyes de protección animal y, más concretamente, aquellas que hacen referencia al uso que se puede dar a los animales en las filmaciones cinematográficas. En primer lugar, se dirigió a los organismos de la Comunidad de Madrid, que según sus atribuciones tiene algo que ver con la protección animal, y en vista de que, en un plazo prudencial de tiempo, no recibió contestación, presentó una denuncia ante el juzgado de lo contencioso administrativo de Madrid (número 31), que fue admitida a trámite. En dicha denuncia se solicita al juzgado que pida a la Comunidad de Madrid el expediente referente a la filmación de la película en cuanto al uso que se ha dado a los animales que en ella han intervenido, y que la CAM no envió a la Plataforma cuando se le solicitó. Es importante que se sepa que la denuncia se presentó en septiembre de 2011 y que todavía no se ha resuelto, por lo que, en la actualidad, sigue su proceso en el juzgado.

Según parece durante el rodaje de la película fueron muertos varios toros, tras haber sido objeto de maltrato…

Efectivamente. Sabemos que el rodaje de «Blancanieves» supuso el maltrato de algunos de los animales utilizados en el rodaje, y la muerte de todos ellos. Ninguno de los nueve novillos (tenían tres años) salió vivo de la plaza de toros de Aranjuez, que fue en la que se rodaron las imágenes. Sabemos que algunos de los nueve animales fueron sometidos al tercio de varas, es decir, fueron pasados por el caballo del picador, y se les puso un par de banderillas. Otros no recibieron este tipo de castigo, ya que sólo se les grabó corriendo por la arena de la plaza. Sin embargo, una vez utilizados para uno u otro fin, todos fueron apuntillados en los chiqueros, y la razón es obvia: ningún bovino de lidia utilizado en un «festejo» o «espectáculo» taurino, puede ser reutilizado y debe ser dado muerte según las normativas al respecto de la CAM, aunque como se verá más adelante, lo que se hizo en Aranjuez para grabar «Blancanieves» no era ni un «festejo» ni un «espectáculo» taurino.

A juicio de la plataforma ¿Qué leyes se infringieron en el rodaje de esta película en relación con el trato dado a esos nueve novillos?

Las leyes que han infringido son en concreto dos: La Ley 1/1990 de 1 de febrero de Protección de los Animales Domésticos, que, en su artículo 24.3. g, considera infracción muy grave «la filmación de escenas con animales para cine y televisión que conlleven crueldad, maltrato o sufrimiento, cuando éstos no sean simulados» y, presumiblemente, la Ley 32/2007 de 7 de noviembre para el cuidado de los animales en su explotación, transporte, experimentación y sacrificio, que, en su artículo 14.1.d, considera también infracción muy grave, «utilizar animales en producciones cinematográficas, televisivas, artísticas o publicitarias, incluso con autorización de la autoridad competente, cuando se produzca la muerte de los mismos».

¿Existen pruebas de todo ello?

Hay pruebas, sí. La primera, que es a través de la que la LTNEC tiene conocimiento de que algo pasó en el rodaje de «Blancanieves», es el testimonio de una vecina de Aranjuez que vió que, coincidiendo con el rodaje salieron toros despiezados y, por tanto muertos, de la plaza de toros, que fueron cargados en un camión frigorífico. Le llamó la atención que hubiera un despliegue de cámaras de cine. Esta vecina preguntó a algunas personas que se encontaban allí sobre lo que estaba pasando en la plaza, y le contestaron que se estaba grabando una película. Posteriormente, recibimos la información de que, efectivamente, existían dos permisos para «lidias a puerta cerrada» en esas fechas, que coinciden con las del rodaje de «Blancanieves». Es sobre este supuesto soporte legal, el de los permisos gubernativos para dos «lidias a puerta cerrada», en lo que se escuda la productora y el director para decir que no han cometido ninguna ilegalidad, cosa que, sin duda, han hecho.

Parece, además, que existen videos grabados dentro de la misma plaza de toros durante el rodaje…

Así es. Pues, por si con el testimonio anterior no fuera suficiente, posteriormente, la LTNEC recibió de forma anónima 8 vídeos grabados por una persona dentro de la plaza, en los que se ve como algunos novillos son maltratados por el picador, banderilleados y toreados. Incluso en uno de ellos podemos ver como a uno de los animales se le intenta arrancar una banderilla mal colocada desde la barrera, y como otro abandona el ruedo con una profusa hemorragia y con claras muestras de haber sufrido enormemente. Llama la atención que tanto el banderillero como el novillero, que aparecen en los vídeos, llevan micro cámaras incorporadas, y que éste último lleva el mismo traje de luces con el que aparece el padre de Blancanives y la protagonista en la película. Pero aún hay más: el día que nos manifestamos delante del recinto en que se entregan los Goya, una persona que ha intervenido en la película como figurante, nos certificó que todo lo que decimos es cierto. Incluso nos cuenta que muchos de los que trabajaron en el rodaje, protestaron ante los responsables del mismo por lo que se estaba haciendo con los animales.

Sin embargo, se ha ocultado todo lo que se relaciona con la matanza de esos nueve novillos en el rodaje de «Blancanieves» ¿Quién está interesado en mantenerlo escondido? Y, ¿cuál fue la posición que adoptó la Comunidad Autónoma de Madrid?

Es evidente que se ha intentado mantenerlo en secreto, y las razones son obvias. La película fue seleccionada por la Academia del Cine español para representar a España en los Oscar de Hollywood, cuando la LTNEC ya había presentado la denuncia oportuna. Por tanto, interesaba que se creara un silencio administrativo porque el escándalo podía ser mayúsculo. Es así como la CAM ha ralentizado todo el proceso retardando la entrega de los expedientes al juzgado en que se presentó la denuncia. Y lo ha ralentizado aún más, de cara a que la película recibiera, como se pronosticaba, un gran número de premios Goya. La CAM pasó de archivar el expediente a proponer abrir un expediente sancionador, y de éste a archivar de nuevo el expediente. Pasó de decir que efectivamente se podría infringido la Ley de Protección Animal de 1990, a decir que no. Pasó de reconocer que las lidias a puerta cerrada no eran espectáculos taurinos y que, por tanto, los permisos que tenía la productora no justificaban lo que se había hecho con los animales, a decir que éstos habían sido sacrificados (ha quedado así reconocido) conforme a la Ley de 2007 sobre explotación, transporte, experimentación y sacrificio de los animales. El Área de Protección Animal de la CAM, terminó pasando la «pelota» al Área de Medio Ambiente, que es el organismo que en última instancia ha archivado el expediente. Afortunadamente, la respuesta del juzgado número 31 de Madrid de lo Contencioso Administrativo nos es favorable, y en breve la LTNEC presentará nuevas alegaciones que esperamos acaben con el reconocimiento de que todos los que han intervenido en la película han infringido las dos leyes nombradas anteriormente y deberán ser sancionados por ello.

Normativa legal en otros países

En relación con los rodajes de películas en las que intervienen animales, ¿Es muy diferente la legislación de España a la de otros países?

En algunos países existe la obligatoriedad de que, en un rodaje en el que intervienen animales, se persone una organización privada de protección animal que dará fe de que los animales no han sufrido maltrato, y de hecho en los créditos de las películas así se hace constar. En España no existe ninguna normativa al respecto. La productora de «Blancanieves» se escuda en que, durante el rodaje, estuvo presente un veterinario que cuido de que los toros no sufrieran maltrato. Esto no convence a nadie, ya que es de obligado cumplimiento que, en las lidias a puerta cerrada, haya un veterinario, nombrado por el colegio de veterinarios de la provincia en que se celebren, pero su función no es supervisar que no haya maltrato, sino certificar que los animales que se lidian son los que se dice que son, y una vez muertos certificar dónde acabará su carne si es que va a consumo humano, es decir, su trazabilidad. Ésta es, a grandes rasgos, su función. Lo que quieren hacernos creer es que, dado que había permiso para dos lidias no públicas, todo lo que allí pasó es lo lógico y normal en este tipo de actividad: tortura y muerte de toros legalizada, pero se «olvidan» de que, mientras estos animales eran lidiados se estaba grabando una película que luego se podría ver en los cines, y esto está prohibido por las leyes que hemos mencionado.

Puedes decirnos si en otros países se presentan denuncias similares a la que la Plataforma presentó por lo ocurrido en el rodaje de «Blancanieves»?

Es cierto que a lo largo de la historia del cine en otros países hubo denuncias, interpuestas precisamente por esas organizaciones que están presentes en los rodajes. Pero esto no tiene parangón con el tema de Blancanieves, en la que hubo premeditación para que esos animales murieran. En España se denunció también a Pedro Almodóvar por dar muerte a varios toros en la película «Hablé con ella». Era cierto que se mataron varios animales, pero no pasó nada. En los rodajes puede haber accidentes que provoquen daño o que supongan la muerte de animales, como parece que ha ocurrido con algunos caballos en la recién estrenada «Hobbit», pero su muerte, dicen, se produjo por causas involuntarias a la producción. Quiero decir que se produjeron sin intencionalidad, y que la idea durante el rodaje no era que se diera esta circunstancia. De cualquier forma habrá que esperar a ver en que acaba la denuncia que ha sido interpuesta.

Frente a quienes consideran que la tauromaquia es un «bien de interés cultural», la plataforma afirma que no sólo no lo es sino que es tortura…

Cuando los abolicionistas de la tauromaquia usamos el término tortura para referirnos a lo que se les hace a los animales que intervienen en espectáculos taurinos, los taurinos ponen el grito en el cielo. Recuerdo para el que no lo sepa, la definición que hace la RAE de la palabra tortura, del latín tortūra, es  «grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo». El problema de esta definición es que habla de «alguien», que es un término que se utiliza para referirse a personas y no a animales. Incluso han llegado a decir que la tortura implica que el torturado no pueda defenderse e incluso que para que haya tortura el torturado debe estar inmovilizado. Estas dos argumentaciones no dejan de ser demagógicas. Los toros no son personas, pero tampoco son cosas, es decir «algo» inmaterial; son seres vivos capaces de sentir dolor y sufrir. Si bien es cierto que el toro, hasta cierto punto, puede defenderse, y de hecho es lo que hace en el ruedo de una plaza, también es cierto que una persona sometida a tortura podría tener opción de defenderse en muchas ocasiones. Muchas formas de tortura son consideradas como tales por la inferioridad física del que acaba torturado o porque los torturadores son más en número que el torturado. No creo que haya que aclarar que la tortura, en muchas ocasiones, se produce sin que el que la padece esté inmovilizado.

Desde algunos sectores se sigue justificando la existencia legal de la tauromaquia como expresión de la cultura española…

Si entendemos la cultura como «el conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo», llegados a este punto, podemos decir que sí, que la tauromaquia ha formado parte de la cultura de algunos pueblos del mundo, y, sin duda, de la de España. Pero esto no vale para justificarla. No creo que sea necesario recordar que en muchos países, en que se celebraban de forma legal espectáculos con toros de lidia, éstos fueron prohibidos hace más de un siglo. La razón es evidente: el maltrato animal dejó de formar parte de su cultura porque su código moral dio un vuelco con respecto al trato que se debe dar a los animales no humanos. En España, y gracias a la tauromaquia, todavía es legal torturar a estos animales y divertirnos con su sufrimiento, pero no me cabe la menor duda de que en un plazo de tiempo, no demasiado largo, y a través del cuestionamiento mayoritario que la sociedad tiene de estas prácticas, lo que ahora es parte de nuestra cultura, dejará de serlo. Yo soy un convencido que el día que la tauromaquia en general, sea prohibida en nuestro país, el trato que damos a los animales, sufrirá, para su bien y el nuestro, un giro de 180 grados. Pasaremos por tanto a decir que: «la tauromaquia formó parte de la cultura de España», en vez de, «la tauromaquia forma parte de la cultura de España»

Mientras tanto, la Plataforma se enfrenta a diferentes instituciones, Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, como la de Madrid.

Existe lo que podemos llamar «conflicto de intereses». Son muchos los gobiernos autónomos y municipales que siguen apoyando, en forma de promoción y de subvenciones los espectáculos taurinos. Todos sabemos que en muchos lugares la tauromaquia es Bien de Interés Cultural y Bien de Interés Turístico. Incluso ahora es más que probable que se apruebe que sea BIC a nivel estatal. Esto choca frontalmente con el fin de nuestra Plataforma, que es el contrario. Queremos la abolición de lo que, desde los gobiernos, con la excepción, de momento, del de Canarias (1991) y el de Catalunya (2010), es apoyado. En Catalunya hay «correbous», que todavía son legales, pero estamos seguros que también serán prohibidos en su momento. Las declaraciones de BIC suponen inyectar aún más dinero público y el camino a seguir por nosotros es hacer conocer a los ciudadanos que su dinero, en forma de impuestos, está siendo utilizado para sostener esta actividad. Sin dinero público estamos seguros que el fin de la tauromaquia llegará con más antelación. Del mismo se trabaja para que las subvenciones, que de forma indirecta recibe la tauromaquia a través de la Unión Europea, dejen de llegarles.

¿Quién o quiénes están interesados en que la imagen de España se apoye en lo que denominan «fiesta nacional»?

Todos hemos oído hablar de lo que el señor Wert, ministro de Cultura, llama «Marca España». Hace poco su ministerio ha abierto una web en la que sin ningún pudor se promociona la tauromaquia como parte de nuestra imagen de marca de cara a la captación de posibles turistas extranjeros. Para mí, es una equivocación a todas luces, ya que tenemos informes de que hay mucha gente que no visita España porque tenemos espectáculos taurinos. El lobby taurino tiene importantes intereses económicos, y basta con echar un vistazo a los apellidos de los propietarios de las más importantes ganaderías de nuestro país o de algunos países de América Latina. Tenemos familiares de algunos ministros que tienen ganadería de lidia y personas que podemos encuadrar sin equivocarnos en la oligarquía de nuestro país. La herencia es la herencia. La tauromaquia no es solo el espectáculo en sí, sino todo lo que la rodea. Basta con ir a una corrida de la Feria de San Isidro o de Sevilla, por poner dos ejemplos, para ver quiénes son los que se mueven en sus tendidos, en sus barreras y en sus palcos, independientemente del aficionado de a pie, que también los hay. Quieren hacer de la tauromaquia el hecho diferenciador a través del cual ellos también se diferencian de la mayoría de los mortales. Podemos, además, echar un vistazo a lo que eran los toreros, de donde venían y cuáles eran las metas que perseguían y compararlos con los que en la actualidad ocupan las diez primeras plazas del escalafón o hacer un ejercicio de masoquismo y ver algún programa de «cotilleos» de los que ocupan las parrillas televisivas para saber en qué dirección va esta actividad. La campaña mediática, por poner un ejemplo, de defensa de Ortega Cano desde que ha sido acusado de homicidio por parte de muchas televisiones, pero en especial por RTVE, es repulsiva. Raro es el día en que no hablan de él.

La lucha en defensa de los animales y contra la matanza de toros, ¿en qué momento se encuentra? Los enemigos de los animales ¿pueden cambiar o echar para atrás el trabajo educativo realizado en el respeto a los animales?

Son muchas las organizaciones e individuos que trabajan por la defensa de los animales y todas y todos tienen algo que aportar. Desde la más pequeña protectora, pasando por ciudadanos que trabajan sin estar encuadrados en ninguna asociación, por gente que trabaja detrás del teclado de un ordenador, o por potentes grupos que tienen y desarrollan su trabajo de forma más estratégica y profesional, tanto nacionales como internacionales, se está haciendo un magnífico trabajo que creo que acabará dando sus frutos. Los logros tangibles son ya numerosos y aumentarán de forma exponencial. La reciente entrada en la escena de diputados y senadores de distinto signo político en el movimiento por la defensa de los animales (APDDA) nos da un plus de esperanza y de ganas de trabajar. Ya hay muchos municipios y ciudades que han prohibido los espectáculos los animales.

Por todo ello, el movimiento de se encuentra en un momento más que interesante y desde luego importante. Yo he llegado hace seis años, con la creación de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia (AVAT), formada por más de 130 compañeros, y pese a que las organizaciones en defensa de los animales son muy antiguas, podemos decir que está, pese a las trabas y las reticencias por parte de los políticos, en su mejor momento, y cada día cuenta con más adeptos y militantes activos, aunque hacen falta muchos más, Lo que tenemos que conseguir es que la amplia mayoría de la sociedad que cuestiona en silencio muchos de los acontecimientos que provocan sufrimiento a los animales de un paso adelante y se pronuncie públicamente.

No obstante, ¿No es cierto que, con el apoyo de algunas administraciones públicas, el «lobby» taurino está reaccionando con objeto de mantener la legalidad de la tauromaquia?

Como era de esperar, a raíz de la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, el «lobby» taurino, dormido en un profundo letargo de prepotencia, ha despertado y está echando el resto, pero creo que con poco éxito. Su principal activo, que era la afición, se les está quedando vieja, y las nuevas generaciones no muestran el más mínimo interés por los espectáculos taurinos. Una de sus campañas está consistiendo en promocionar el maltrato animal institucionalizado a nivel de colegios y escuelas, con la complicidad de algunos gobiernos autonómicos y municipales. Del mismo modo creen que aprobando BIC tras BIC, van a resurgir de las cenizas e incluso mienten al decir que las corridas de toros volverán a Cataluña. Sólo volverán si el Tribunal Constitucional lo ordena, pero no porque la tauromaquia sea BIC en España.

En cualquier caso, también parece que el movimiento contra la tauromaquia no es sólo español sino que se está desarrollando en otros países…

En lo que respecta a la tauromaquia, el movimiento se ha globalizado, ya que podemos decir que se trabaja al unísono con organizaciones portuguesas y francesas, por lo a que a Europa respecta, y con las de los países de América Latina en las que la tauromaquia es legal. Además, existen organizaciones en muchos países del mundo en que no hay tauromaquia, como Alemania, Holanda, Gran Bretaña, Italia, Suiza, EEUU, que apuestan por la abolición de la misma en los pocos países en que todavía es legal. Por poner un ejemplo, Francia es un país en el que, en el 90% de su territorio está prohibida la tauromaquia, y, sin embargo, los taurinos ponen como ejemplo de defensa de la misma.

¿Qué tendrías que añadir a quienes mantienen la misma postura que la Plataforma?

Muchos ánimos a todos aquellos que de una u otra manera colaboran para acabar con esta lacra que es la tauromaquia. En el plano estrictamente profesional, es decir, como veterinario, sí quiero decirles a los lectores que si leen algo sobre que hay un estudio o más bien hipótesis que dicen que el toro no sufre tanto como suponemos, no hagan el mínimo caso porque es totalmente falso. Si tienen interés es ampliar la información al respecto lo pueden hacer en nuestra página: www.avat.org.es en la que encontrarán toda la información sobre este asunto.

Fuente: http://www.cronicapopular.es/2013/03/jose-enrique-zaldivar-la-tauromaquia-es-tortura-no-cultura/