Los gobiernos de la Unión Europea (UE) abusan del comercio de emisiones de gases invernadero, permitiendo a sus industrias producir tanto dióxido de carbono como deseen, acusaron ambientalistas. Luego de que la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, divulgó este lunes información sobre la contaminación de industrias incluidas en el Plan de Comercio de Emisiones […]
Los gobiernos de la Unión Europea (UE) abusan del comercio de emisiones de gases invernadero, permitiendo a sus industrias producir tanto dióxido de carbono como deseen, acusaron ambientalistas.
Luego de que la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, divulgó este lunes información sobre la contaminación de industrias incluidas en el Plan de Comercio de Emisiones (ETS, por sus siglas en inglés), grupos defensores del ambiente señalaron que la mayoría de los estados miembro de la UE han entregado a sus compañías permisos de emisión demasiado generosos para el período 2005-2007.
Gracias el ETS, los operadores industriales reciben autorizaciones de emisión por hasta cierta cantidad de dióxido de carbono al año. Si exceden ese límite, pueden comprar permisos adicionales en el «mercado de emisiones».
Por el contrario, si sus emanaciones reales son más bajas de lo permitido, pueden vender el excedente o ahorrarlo para cubrir excesos futuros.
Según los datos de la UE divulgados este lunes, las emisiones de dióxido de carbono el año pasado en 21 de los 25 estados miembro fueron 44 millones de toneladas inferiores al límite permitido de 1.829 millones de toneladas.
Chipre, Luxemburgo, Malta y Polonia no aportaron información debido a que aún no tienen en funcionamiento el sistema.
El hecho de que la mayoría de los países de la UE no superaron sus límites se debe a que el bloque está entregando cuotas de emisión excesivas, según ambientalistas.
El director general de Ambiente de la Comisión Europea, Artur Runge-Metzger, también reconoció que «pudo haber una excesiva asignación de permisos».
El mayor contaminante europeo, Alemania, tuvo emisiones 25,5 millones de toneladas inferiores a su cuota. Bélgica, Dinamarca, Francia, Hungría, Portugal y República Checa también están entre los países que quedaron debajo de sus respectivas asignaciones.
A diferencia de la mayoría, Gran Bretaña superó su cupo en 33 millones de toneladas. España e Italia también estuvieron por encima de sus límites.
La Comisión Europea publicó datos de 9.400 instalaciones incluidas en el ETS.
Organizaciones ambientalistas señalaron que la información demuestra que hasta ahora el sistema de comercialización de emisiones de la UE no cumplió con sus objetivos ambientales.
«La culpa va para los estados miembro que han abusado del sistema de comercio de emisiones para proteger a sus industrias más que al clima», dijo a IPS el activista Jan Kowalzig, jefe de campaña contra el cambio climático en la filial europea de la organización Amigos de la Tierra.
Por su parte, el director del grupo ambientalista belga Climate Action Network Europe, Matthias Duwe, sostuvo que «los gobiernos europeos han ignorado descaradamente los objetivos del ETS y abusaron del sistema presionados por sus industrias contaminantes».
«Esto paraliza el buque insignia de la política climática de la UE. Los gobiernos tienen que mantener el control del volante y buscar un sendero claro hacia la reducción de las emisiones», indicó.
Lanzado en enero de 2005, el régimen de la UE para la comercialización de emisiones fue diseñado con el objetivo de cumplir el Protocolo de Kyoto, con el que se busca disminuir la emanación de los gases invernadero, responsables del recalentamiento del planeta, según la mayoría de los científicos.
La UE intenta cumplir con este sistema su promesa de recortar ocho por ciento sus emisiones de 1990 para el período 2008-2012.
Según el ETS, el primer sistema mundial de este tipo, las compañías pueden comprar y vender permisos de emisión de dióxido de carbono. Cada país tiene cierta cuota de gases invernadero permitidos, y dentro del país cada industria recibe su propia cuota.
Las compañías que exceden sus permisos están obligadas a comprar autorizaciones adicionales de otras industrias más limpias o enfrentar multas severas. Para las compañías más limpias, la venta puede significar importantes ingresos extra.
Sin embargo, si a las compañías se les permite emitir tanto dióxido de carbono que pocas necesiten adquirir permisos extra, el mercado no puede seguir funcionando. Esto es lo que está ocurriendo en el bloque.
El ETS incluye actualmente a unas 12.000 unidades industriales que generan alrededor de 46 por ciento de los gases invernadero de la UE. La cuota excluye al transporte, el sector contaminante de mayor crecimiento, y a la energía de uso doméstico. La primera fase del sistema es para el período 2005-2007.
La nueva información supone una mayor presión a la Comisión para que sea más estricta a la hora de aprobar las cuotas de la segunda fase del ETS, para el período 2008-2012, coincidente con la etapa en el que los gobiernos deben cumplir sus metas bajo el Protocolo de Kyoto.
Organizaciones ambientalistas europeas señalaron que los generosos permisos de emisión actuales socavan la credibilidad del sistema, y llamaron a la Comisión y a los países miembro a garantizar que las autorizaciones totales sean reducidas significativamente para la segunda fase.
«Los estados miembro están ahora preparando sus Planes de Cuotas Nacionales. La Comisión Europea debe rechazar todos esos planes que no muestren significativas reducciones comparados con el período previo», dijo Kowalzig.
Los países de la UE también deben hacer uso de la posibilidad incluida en el ETS de subastar hasta 10 por ciento del número total de permisos de emisión, «en vez de entregarlos todos gratis», como en la primera fase.
«A largo plazo, el ETS debe ir en la línea de las necesidades para reducir las emisiones. Esto es, garantizar que todos los sectores participantes desempeñen su papel en los esfuerzos para una reducción de 30 por ciento de las emanaciones para 2020, y 80 por ciento para 2050, con respecto a los niveles de 1990», afirmó.
«El mercado sólo puede ser funcional y crear incentivos para las industrias más limpias si el monto de los permisos es fijado en un nivel que esté en línea con los objetivos del Protocolo de Kyoto, permitiendo que Europa cumpla con sus obligaciones internacionales», señaló el jefe de la unidad europea sobre cambio climático y energía del Fondo Mundial para la Naturaleza, Stephan Singer.
«Una pérdida de credibilidad en el sistema de comercialización de emisiones de la UE también socavará la credibilidad del bloque en las negociaciones para las nuevas metas de Kyoto después de 2012», alertó.
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=37465