La Comisión Europea de Medio Ambiente ha encontrado «pruebas científicas sólidas» de la existencia de dióxido de nitrógeno en el sur de la provincia de Lugo, entre o Caurel y el Valle del Sil. La presencia de este contaminante, que había sido detectada por el satélite Envisat de la Agencia Espacial Europea en lo que […]
La Comisión Europea de Medio Ambiente ha encontrado «pruebas científicas sólidas» de la existencia de dióxido de nitrógeno en el sur de la provincia de Lugo, entre o Caurel y el Valle del Sil. La presencia de este contaminante, que había sido detectada por el satélite Envisat de la Agencia Espacial Europea en lo que se había denominado como el mapa más preciso y fiable elaborado hasta la fecha sobre concentración de NO2 en las capas bajas de la atmósfera, había sido discutida por varios expertos y por la Consellería de Medio Ambiente, que no encontraban una razón lógica que explicase el fenómeno, ya que se trata de una zona prácticamente virgen. De hecho la Xunta, que había asegurado que los datos europeos entraban en contradicción con las estaciones de medición de la polución del Ministerio de Medio Ambiente, solicitó una investigación a Bruselas.
La explicación de las autoridades comunitarias llegó ayer a instancias de una pregunta formulada por el europarlamentario gallego Daniel Varela. En la respuesta, el comisario europeo de Medio Ambiente, el griego Stavros Dimas, no sólo constata la existencia de la contaminación, sino que la asocia con las emisiones de las centrales térmicas existentes en el noroeste del país, tanto en Galicia como en León y Asturias. El propio mapa de la ESA que desvelaba que el sur de Lugo tenía una de las concentraciones de N02 mayores de España, al margen de Madrid y Barcelona, también había detectado en Asturias una situación semejante a la gallega.
El origen de esta polución, según Stavros Dimas, «parece estar relacionado con la presencia de importantes centrales térmicas de carbón situadas en Ponferrada y As Pontes y con las ciudades de A Coruña y Oviedo».
En la troposfera
El comisario también aclara, en respuesta a lo expuesto por la Consellería de Medio Ambiente, que los resultados de la estación de O Saviñao, que registró unos valores de óxido de nitrógeno diez veces menor del límite establecido, no son contradictorios con los de la Agencia Espacial Europea (ESA), ya que los primeros se tomaron en superficie y los segundos fueron recogido por el satélite Envisat en la troposfera. «No es extraño que se registren importantes diferencias entre los niveles observados cerca de la superficie y los registrados en la atmósfera superior», sostiene el representante de la UE en la respuesta parlamentaria al eurodiputado Daniel Varela.
La UE sospecha que el contaminante pudo haber llegado a la zona trasladado desde el aire por los focos emisores de las chimeneas industriales, que son de gran altura. En estos casos existe la posibilidad, según explica el comisario, de que las altas concentraciones presentes en la troposfera superior «no sean detectadas por los sistemas locales de medición en superficie».
Lluvia ácida
Esta justificación, sin embargo, sigue sin convencer a la Consellería de Medio Ambiente, que ha reiterado que los datos de polución recogidos por el satélite europeo se corresponden únicamente con la troposfera, por lo que «non se poden aplicar á situación real en superficie, nin tampouco supoñen impacto algún para os habitantes ou o medio ambiente». Ayer mismo, el departamento dirigido por Xosé Manuel Barreiro reafirmó la buena calidad del aire en el sur de Lugo.
La Xunta asegura que, según los estudios que maneja, tanto propios como ajenos, Galicia se encuentra «entre as rexións europeas menos afectadas polo problema das chuvias ácidas, ocasionadas polos óxidos de nitróxeno e xofre existentes na atmósfera».