Un método para hacer más efectivo el cultivo de arroz, creado por el jesuita francés Henri de Laulanie específicamente para granjeros pobres en Madagascar, es usado hoy en el todo el mundo. Y en India, los propios agricultores lo perfeccionan. El Sistema de Intensificación del Arroz (SRI, por sus siglas en inglés) es aplicado en […]
Un método para hacer más efectivo el cultivo de arroz, creado por el jesuita francés Henri de Laulanie específicamente para granjeros pobres en Madagascar, es usado hoy en el todo el mundo. Y en India, los propios agricultores lo perfeccionan. El Sistema de Intensificación del Arroz (SRI, por sus siglas en inglés) es aplicado en 40 países. Agricultores pobres de India además propagan su uso y le añaden toda suerte de innovaciones.
Desde nuevas herramientas hasta la creación de fertilizantes orgánicos, estas invenciones locales han permitido mayores cultivos a menores costos. «El SRI ha sido posible en India por lo general gracias a pequeñas redes de innovadores que se han animado a experimentar con prácticas nunca antes probadas», señaló C. Sambu Prasad, profesor asociado del Instituto Xavier de Administración, en Bhubaneswar. «Los agricultores experimentan y sus éxitos convencen a otros a adoptar esas innovaciones», añadió.
Como otros países asiáticos, el arroz sigue siendo el alimento básico en India, donde hay plantadas unas 44 millones de hectáreas del grano. Los arrozales convencionales son tierras de labrantío inundadas 30 días antes de sean introducidas las plantas de semilleros. No hay espacio regular entre las plantas y por lo general el desbroce es manual. En cambio, en el método SRI, las plantas son transplantadas con apenas 12 días en espacios precisos de 25 centímetros cuadrados. El suelo en las raíces se mantiene seco y bien aireado, y se le añaden nutrientes orgánicos. El desbroce es realizado con implementos que mueven el suelo y permiten que reciba más aire. Según expertos en agricultora, esto permite usar un mínimo de agua. Se procura que las raíces tengan suficiente espacio para crecer y desarrollen todo su potencial.
El SRI por tanto requiere menos semillas, menos agua y menos fertilizantes, pero permite mayores cultivos.
De hecho, según un estudio comparativo realizado por la Red de Servicio de Apoyo y Actividades en la Cuenca (Wassan), organización sin fines de lucro que trabaja con agricultores en el sudoriental estado de Andhra Pradesh, la producción mediante el SRI es 52 por ciento mayor que la lograda con los cultivos convencionales, y los costos de insumos son 32 por ciento menores.
S. Bhagya Laxmi, investigador de la Wassan, dijo que el nuevo método también logró una reducción de 37 por ciento en los costos de mano de obra. Más de la mitad de esos costos son por el desbroce, indicó, pero con las innovaciones del SRI, muchas mujeres recuperaron casi el doble de tiempo libre, cuando antes se dedicaban casi por entero a un trabajo manual que les dañaba la espalda.
En Andhra Pradesh, el SRI también inspiró la creación de al menos dos tipos de instrumentos para el desbroce que facilitan la tarea y evitan que el trabajador deba agacharse. Uno fue desarrollado por expertos de la Universidad Agrícola Acharya N. G. Ranga. El otro fue creado por un grupo de agricultores en la aldea de Mandava, y hoy es fabricado a gran escala y vendido a 800 rupias (18 dólares).
La agricultora Prabhavathamma Reddy, en el distrito de Mahabubnagar, dijo que ahora cosecha el doble de lo que solía en su tierra de cuatro hectáreas. Atribuyó esto al SRI, aunque también puede deberse a que alimenta su arrozal con un fertilizante orgánico de cinco ingredientes que hace ella misma en su hogar.
No es la única que utiliza innovaciones locales. En el sudoccidental estado de Karnataka, el agricultor Narayana Reddy, emplea hojas de nim para ahuyentar las pestes y usa variedades tradicionales de semillas antes sumergidas en leche de vaca.
«Por razones extrañas», dijo el director de Wassan, K. Suresh, el SRI «ha ido evolucionando más dentro del dominio del conocimiento popular y a través de las redes de agricultores que en los centros formales de investigación científica».