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La verdad de y sobre el 23-F

Fuentes: Rebelión

Las palabras iniciales con las que don Antonio Machado abría su Juan de Mairena: «La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Agamenón: Conforme. El porquero: No me convence». La primera autoridad del Estado fue preguntado el pasado miércoles, otro día de encuentros folklóricos y de desmemoria diseñada (Ley de memoria histórica: ¡qué […]

Las palabras iniciales con las que don Antonio Machado abría su Juan de Mairena:

«La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.

Agamenón: Conforme.

El porquero: No me convence».

La primera autoridad del Estado fue preguntado el pasado miércoles, otro día de encuentros folklóricos y de desmemoria diseñada (Ley de memoria histórica: ¡qué risa tía Felisa! ¡qué rostro don Potro!) al que se ha prestado de nuevo el que fuera secretario general del Partido Comunista de España, por la verdad del 23-F. ¿Queda algo por saber o ya se sabe todo, le preguntó una periodista con temblor en la voz y en el cuerpo por el «atrevimiento»? Todo, lo sabemos todo, respondió el Jefe del estado borbónico. Y si no, añadió, «se la inventan por ahí». Y a otra cosa mariposa. Él siempre tan campechano y próximo; todos los demás riéndole a coro todos sus chistes (los «chists» que diría el José Montilla de Polònia).

La tercera autoridad de ese mismo Estado, un dirigente político que dice ser «socialista» y que parecía querer proteger con su brazo, derecho por supuesto, a la máxima autoridad del Reino de los tumultos periodísticos, rió complacido. Lo sabemos todo, claro que sí, faltaría más. Aquí no hay nada que ocultar: limpios como el sol cuando amanece y como las transitadas cloacas del estado.

Como Agamenón: sólo sus falsas verdades les interesan. Los porqueros-ciudadanos desconfiamos con más de mil y una razones de todos ellos: de sus verdades, de sus cuentos y de sus historias. Apenas queda alguna en pie.

Y es tal su infamia que parecen pensar que la ciudadanía española está en el limbo de la estupidez, de una inconmensurable idiotez. Sorpresas les dará la vida.

PS1: Ignacio Escobar dada en Público de 24 de febrero de 2011 una lista de siete preguntas sin respuesta. Entre ellas: ¿por qué en 1987, seis años después del golpe, con un gobierno PSOE de amplia mayoría parlamentaria, sólo permanecían encarcelados cuatro golpistas? El listado de interrogantes podría ampliarse ad infinitum. Aparte de la trama civil y periodística que abonó la intentona, algunos de esos interrogantes afectan directamente a la denominada «izquierda institucional» que, en este caso, no incluye sólo al PSOE.

PS2: En Barcelona y sus alrededores, aquella misma noche, un reducido grupo de militantes del PSUC y CC.OO. salieron a las calles, con riesgo innegable, para intentar organizar la resistencia democrática. Alfredo Clemente fue uno de ellos. Vale la pena recordarlo. No fueron los únicos claro está. Hubo muchos otros admirables ejemplos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.