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Sales y soles

La vida es zumbar

Fuentes: Gara

Los grandes exageran. No son tan fuertes. Y mucho menos omnipotentes. Los chiquitos disimulan y en realidad son gigantes. Pequeños héroes. Imprescindibles. Manfred Max-Neff, economista chileno, ganador del premio Nobel Alternativo, pone nombres y sonidos animales al secreto mejor ocultado del ser humano. «Más poderosa que el rinoceronte es la nube de mosquitos. Que crecen […]


Los grandes exageran. No son tan fuertes. Y mucho menos omnipotentes. Los chiquitos disimulan y en realidad son gigantes. Pequeños héroes. Imprescindibles. Manfred Max-Neff, economista chileno, ganador del premio Nobel Alternativo, pone nombres y sonidos animales al secreto mejor ocultado del ser humano. «Más poderosa que el rinoceronte es la nube de mosquitos. Que crecen y crecen, zumban y zumban».

Ni broma, ni metáfora, ni utopía. Está demostrado científicamente. Investigadores de la Universidad de Oxford acaban de descubrir que el zumbido de las abejas africanas puede hacer huir a los mismísimos elefantes. El experimento tuvo lugar en Kenya y sus resultados impresionan. «Casi la mitad de los elefantes de la manada huyeron despavoridos a los diez segundos de que les pusiésemos la grabación del zumbido de las abejas», explica Lucy King, zoóloga británica y una de las autoras del estudio. En ocasiones, las abejas atacan juntas y, según King, «esto es algo que los elefantes recuerdan y que los aterroriza».

Sobran los ejemplos. Los malos ejemplos que, por si acaso, pocas veces asoman a la luz pública. Por primera vez, un sacerdote ha sido condenado por los crímenes de la dictadura militar argentina. Un tribunal ha sentenciado a Christian Von Wernich a cadena perpetua por el asesinato de siete personas y la tortura de otras treinta. El cura respondía a las peticiones de ayuda de los presos recordándoles, entre hostia y hostia, que «tu vida depende de Dios y de que colabores». Las culpables del milagro, de que por fin se haga justicia, las abejas-madres de la Plaza de Mayo y los mosquitos defensores de los derechos humanos.

Ridículos. Diminutos. Insignificantes del mundo. ¡Uníos! Vale la pena. Está aún casi todo por hacer. Juntos, ¡se puede alcanzar! Como en la fábula del poeta y escritor colombiano Jairo Aníbal Niño: «Y los ratones hicieron una alianza y la serpiente de cascabel le puso el cascabel al gato». Así en la tierra como en el reino animal. La alianza de los minúsculos. El tiempo de los gorriones. El zumbido global.