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La vigencia de Azaña y la izquierda republicana. (V)

Fuentes: Rebelión

La Segunda República española, concitó muchas voluntades en torno a un proyecto cargado de ilusión, esperanza y utopía, en la línea de otros proyectos que aspiraban a plasmar transformaciones sociales y políticas, favorecedoras  de los intereses de la mayoría de la ciudadanía, concretada en los trabajadores y en la pequeña burguesía progresista.Esta conjunción de un […]

La Segunda República española, concitó muchas voluntades en torno a un proyecto cargado de ilusión, esperanza y utopía, en la línea de otros proyectos que aspiraban a plasmar transformaciones sociales y políticas, favorecedoras  de los intereses de la mayoría de la ciudadanía, concretada en los trabajadores y en la pequeña burguesía progresista.

Esta conjunción de un amplio movimiento por el cambio, puede ser comparable, salvando las diferencias, con las ilusiones y esperanzas que suscitaron las promesas del PSOE, en el año 1982.

 La diferencia sustancial es que, en la Segunda República española, las esperanzas de libertad, frente a la monarquía anacrónica apoyada, como siempre, por la derecha y la jerarquía de la Iglesia Católica, fueron truncadas por las armas de los militares franquistas, apoyados por los regímenes fascistas de Alemania e Italia, paradójicamente, bajo la denominación de ‘ejercito nacional’.

Sin embargo, las ilusiones y esperanzas que suscitaron el triunfo por mayoría absoluta, en el año 1982, del PSOE de Felipe González, fueron truncadas, por la propia cúpula dirigente del PSOE en el gobierno de España, con la imposición de la política neoliberal, importada de EE.UU., y la renuncia a los valores históricos del socialismo español.

Nos encontramos pues con un bipartidismo, que interesa a los propiciadores y sustentadores de esta situación. Qué difícil es encontrar la imaginaria línea divisoria que separaría, en lo esencial, no en las formas, los planteamientos y actuaciones de los gobiernos sustentados por el PP y por el POSE.

Qué pobreza política en los debates parlamentarios. Qué falta de oradores, probablemente por que no los hay o, sencillamente, porque los temas ‘del orden del día’ de las sesiones parlamentarias, suelen tener una superficialidad y una falta de calado, más propios de una charla de café, en vez de un debate en el lugar que debe ser el epicentro de la vida política del país.

¿Qué porcentaje de ciudadanos se sienten identificados, y no digamos orgullosos, de ‘sus líderes’ o ‘dirigentes políticos’?. ¿Qué porcentaje de personas se preocupan más del resultado de su equipo favorito, o de cómo va la liga este año, que de los debates parlamentarios?.

Demasiado conformismo. Demasiado derrotismo. Demasiado consumismo. Demasiado servilismo. Demasiado apoliticismo. Demasiado oportunismo.

Poca grandeza de miras. Poco inconformismo. Poca rebeldía. Poco entusiasmo político. Poco compromiso. Poca utopía.
 
¿Hacia donde se supone que nos llevan los dirigentes bipartidistas y otros monaguillos periféricos?. ¿A remolque de qué intereses?.

Tras casi treinta años de esta seudo democracia burguesa, ya no tenemos que correr de los grises, ahora tenemos que correr de los banqueros. La ‘clase política’ divorciada de la ciudadanía tangible, nos pinta un país idílico. Nos engaña, una y otra vez, campaña electoral, tras campaña electoral.

Sin embargo, en nuestra vida cotidiana, lo que sí es incuestionable es que, los ricos son cada vez más ricos, y los bancos y las multinacionales, obtienen cada vez mayores beneficios. Pero el empleo y la vivienda dignos, año tras año, siguen siendo la asignatura pendiente.

Con estos mimbres, se seguirán haciendo los mismos cestos. Habrá que cambiar los mimbres, por otros con ilusión, esperanza, inconformismo, entusiasmo, rebeldía y utopía.

¡Hacia la IIIª República!

Libertad, Igualdad y Fraternidad.

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Francisco Vega, es miembro de la Comisión Ejecutiva Federal de Izquierda Republicana, partido político fundado por Manuel Azaña, que aspira a la proclamación de la IIIª República española.